El país de las cosas perdidas

Un nuevo lugar

Para mí fue duro mudarme. Nuevo lugar, nuevo instituto, nuevo curso... Todo eso pensaba cuando me levante aquella mañana y me dirigí a mi nueva escuela en Adelaida (en el sur de Australia). Durante el camino me preguntaba cómo sería la escuela, como llevaría la nueva lengua, si aprobaría todas las asignaturas... Detrás de mí se quedaban unos maravillosos 15 años en España. Tenía duda de si me adaptaría bien a mi nueva vida... Añoraba a mis amigas... Era una chica tímida y tenía miedo de no tener amigas...
Llegué rápidamente a aquel instituto y me pareció más antiguo de lo que me imaginaba. La verdad es que llegué muy rápido a mi clase (la directora del instituto había llamado a mi madre el día anterior para decirme las indicaciones de cómo llegar a mi clase) y quedaban como diez minutos para que empezase la clase. Me senté en el primer sitio que encontré, en primera fila. A mi lado se sentó una chica morena, de pelo muy rizado, que me estuvo observando unos instantes:
- Hola - me saludó- ¿Eres nueva, verdad? Soy Nicky
- Hola, soy nueva. Me llamo Zoe.
- Hola Zoe, encantada de conocerte - y me dijo observandome aún más - ¿No eres de Australia, o me equivoco?
- No, soy de España. Me mudé hace poco...
- ¡Pues bienvenida! ¿Conoces Adelaida?
- No, la verdad es que no he tenido tiempo de dar una vuelta.
- Es un lugar muy bonito, ¿Por dónde vives?
- Vivo cerca de la costa, en una zona donde no hay muchas casas; a las afueras de la ciudad.
- Bueno... Luego hablamos, ¿Vale?
- De acuerdo
En aquel momento me dí cuenta de que Nicky y yo íbamos a ser grandes amigas.
Aquel primer día fue mejor de lo que esperaba: los profesores tuvieron algo de paciencia conmigo, y conocí mejor a Nicky.