Claude Biergen

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Sin pensármelo dos veces, cogí valentía y me dirigí hacia el vampiro con toda la naturalidad del mundo:

 

-¿Por qué debo beber esta sangre de un desconocido? -le miré algo asustada, pues podría atacarme-

 

-Si no quiere no tiene que beberla por su cuenta, como su fiel servidor yo se la daré.

 

El vampiro se levantó y le dio un trago al líquido de la botella. Yo asustada me eché hacia atrás y me quedé pegada en la pared mirando con atención cada uno de sus gestos. El cada vez se acercaba más a mí y paralizada por el miedo no pude moverme ni un centímetro, cuando de repente, salido de la nada, apareció un chico de pelo rubio y alocado con una horquilla roja y otra negra cruzadas que sujetaban un mechón de su pelo , con unos ojos marrones muy claritos, en los que se distinguía una pequeña y negra pupila. Vestía con unos pantalones azules cortos, por las rodillas aproximadamente, de los que colgaban unos tirantes de este mismo color, una camiseta blanca y unas deportivas negras y blancas. La verdad es que era bastante guapo, parecía mayor que yo. Al fijarme bien vi en su cabeza unas orejas no muy grandes y a demas tenía una cola peluda, en su boca había unos pequeños colmillos que no sobresalian mucho, pero brillaban a la luz de la luna llena. Se acercó al vampiro y lo apartó de mi dándole un empujón que lo hizo retroceder. Y con total confianza cogió mi mano y me subió a su espalda con facilidad, me miró y sonrió ampliamente:

 

-Soy Claude, Claude Biergen.

 

Y con un salto salió del callejón sin salida, llevándome con el en su espalda, una cálida espalda.

 

Ahora empieza mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora