A la mañana siguiente, cerca de las nueve de la mañana, me despertaron las sirvientas de la familia Biergen, me vistieron por su cuenta, un vestido largo de color rosa clarito y gris, me dejaron el pelo suelto y me pusieron unos zapatos rosas con algo de tacón. Me acompañaron al comedor donde me esperaban todos sentados, era una gran mesa, llena de personas, sin embargo, en vez de sentarme en cualquier sitio, me sentaron junto a Claude, al verme sonrió ampliamente y yo me sonrojé, aunque le seguí la sonrisa y me senté en la preciosa silla de terciopelo rojo. Un pequeño buenos dias salió de mi boca nada mas sentarme, al escucharme todos dijeron a dúo buenos dias, yo estaba feliz de que por fin alguien en mi vida respondiera a mis saludos por la mañana. El desayuno era variado, y yo tenía mucha hambre, cogí unos pocos cereales y los eché en mi tazón, un basito de zumo y algunos panecillos dulces. Terminé de desayunar y Claude se levantó conmigo para enseñarme la casa. Me cogió de la mano amablemente y salimos del comedor empezando a andar por los pasillos.
-Charlotte, ¿te gusta vivir aquí? -me miró sonriendo-
-S-Si, es todo muy bonito, y son muy amables. -sonreí dulcemente-
-Entonces, ¿porque siempre tienes esa mirada tan triste? -seguía mirandome, ahora con cara de intriga-
-Yo soy muy feliz aquí, es solo que recuerdo malos momentos de mi vida que no quiero que vuelvan a suceder...-suspiré mirando el suelo mientras andábamos-
-No estés triste nunca, ¡yo te cuidaré! -me abrazó tan fuerte que creí que perdía la respiración-
Yo seguí su abrazo aunque doliera un poco, el era tan amable...y yo lo único que hacía era preocuparle desde que llegué. En ese momento me sentí estúpida, pero su calidez calmaba mis ganas de llorar, era como si lo conociera de siempre.
Tras unos minutos abrazados, seguimos nuestro camino mientras el me enseñaba toda la mansión, ¡era enorme! Unas horas después llegó un mensaje para Sebástian, era del consejo de las criaturas, teníamos que ir a la reunión, era muy importante que estuviera presente, pues hablarían sobre mi. Claude se vistió bien al igual que Sebástian, llamaron a su chofer el cuál nos llevó hacia el Salón de Las Siete Criaturas y al llegar entramos en una gran sala llena de seres de razas diferentes, todos me miraban y cuchicheaban sobre mi, era incomodó, pero Claude me cogió la mano y me prometió que todo saldría bien y que el estaría allí para protegerme. Sonó una voz grave que nos avisó de que entráramos a la sala, naturalmente entramos y nos sentamos en unos asientos donde había una tarjetita en la que ponía ''Clan Lobo'', ese era su clan, el clan lobo, yo como soy algo cotilla miré las demás tarjetitas, estaban: el Clan Fantasma, el Clan Hada, el Clan Duende, el Clan Mago, el Clan Zombie y el Clan Vampiro.
Cada uno venía con su hijo, el heredero del Clan de cada uno, la verdad es que eran bastante jovenes todos, pero alguien llamó mi atención, tenía el pelo largo, negro y lacio, los ojos amarillos y unos colmillos enormes que...¿el vampiro del otro día? Mi vista se nubló, me empecé a poner nerviosa, pensando que podria pasar lo del otro dia, quiza tenia miedo, pero esta vez Claude volveria a salvarme, igual que la ultima vez, pues el seguia sujetando mi mano con fuerza. De repente el vampiro miro hacia mi, y me sonrió con toda la naturalidad del mundo, como si lo ocurrido el otro dia no hubiera pasado y todo fuera fruto de mi imaginacion. El volvio a mirar hacia el señor de voz grave, ese señor era el jefe del consejo de las criaturas, y empezo a decir cosas bastante aburridas, y yo mire hacia otro lado, a mi izquierda habia un pasillo que separa ba un banco del mio, ese banco era el de los duendes, un chico bajito, de pelo rubio intenso y unos preciosos ojos verdes y grandes me miraba sentado de una manera demasiado informal, sonreia ampliamente, sus labios tenian un oscuro tono rojo, pense que esa seria la razon de que su sonrisa se notara tanto, llevaba un traje verde y rojo, parecido al de los duendes de los libros, tambien tenia las orejas como un duende, pero aun asi era bastante atractivo. De repente la voz de Claude llamo mi atencion.
-Charlotte, atiende al jefe, ahora van a hablar de ti. -susurró-
Yo asentí y mire al señor que estaba hablando, a su lado habia un chico joven, no me pare a mirarlo detenidamente, pero vi que tenia los ojos de color violeta, y con una raya en medio como los gatos, pense que esos ojos eran inolvidables, tenian un brillo increible, y despues escuche mi nombre siendo pronnciado por una voz grave y ronca.
-Señorita Charlotte, acerquese aquí un momento por favor.
Asenti y me levante, empece a andar por el centro de la sala hasta llegar al señor que me llamo, todo me miraban cuando pasaba por su lado, un color rojizo empezó a salir en mis mejillas, asi es, tenia vergüenza, mucha, era demasiado vergonzosa. Al pasar por el lado del vampiro senti que me miraba a los ojos fijamente, con seriedad, pero segui caminando. Al llegar me paré en frente del señor que me llamó y le miré.
-Señorita Charlotte, como ya le habra contado el joven Claude usted es la hija del Señor Ville y la Señora de Luding, sus padres estan en grave peligro, y usted es la unica que puede salvarlos de las garras de las brujas antiguas, ¿esta dispuesta a aceptar este cargo de responsabilidad, o dejara que las brujas se salgan con la suya destruyendo asi el mundo humano y el de las criaturas?
Yo me quede pensando perpleja a lo que oia, solo yo podia ayudarles, pero no sabia que devia hacer, esa eleccion era solo mia, no queria perder a mis amigos, queria conocer a mis verdaderos padres, queria saber quien era ese vampiro, queria que Claude volviera a sonreirme por el resto de los dias, pero tenia miedo, tenia mucho miedo....
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Ahora empieza mi vida
RomanceGabriela es una chica dulce, amable, sincera, linda, solidaria...es una chica genial, pero esta gordita, lo que supone una dificultad en su vida, a pesar de eso, tambien es maltratada por la pareja de su madre y en la escuela sufre acoso, algo que a...