A SeokJin le gusta... ☆ [JinNam]

1 - Mango rice

A SeokJin le gusta comer.

Le gusta casi tanto como preparar postres y platillos para su familia, o pasar la tarde con sus amigos después de clases. 

Jin va en último grado de preparatoria y sus mejores amigos no comparten curso con él, pues es mayor; por lo que se aburre la mayor parte del tiempo entre sus compañeros en el aula a pesar de ser popular y que compañía no le falta, pues es un chico bastante atractivo, cabellera castaña y más suave imposible, cutis impecable y facciones incomparables; SeokJin siempre viste a la moda y también es bastante inteligente, con un carisma natural que impide a cualquiera ignorarlo.

Pero tan pronto como acaban las clases, y antes de ir a ver a sus amigos en el patio, SeokJin piensa en pasar a la cafetería; está muerto de hambre, y ese día sabe que prepararán Mango rice y no planea perdérselo por nada del mundo.

Trota por los pasillos, más no corre, no él, debe mantener la imagen intachable que tiene frente a todos y además odia sudar. Sabe que a esa hora la mayoría de los alumnos van a la cafetería y que es probable que apenas y alcance una porción de su ansiado platillo.

Cuando entra a la cafetería hay una fila considerable frente a la barra de alimentos y divisa la pequeña cantidad de platos con mango rice, él solo desea alcanzar un poco.

Estando a unos pasos, con solo una persona delante, se da cuenta que toman el último cuenco del ansiado arroz dulce por el que tanto babeaba mientras pensaba en él durante la clase de historia. Lástima, tendría que esperar hasta la próxima semana.

Suspira derrotado y abandona la fila. No tiene caso buscar algo más, tiene hambre pero estaba tan encaprichado por un solo platillo que ya no le interesa. Después buscará algo más, puede que su amigo Jimin llevara almuerzo y le comparta un poco.

En el camino a la salida se encuentra con más compañeros que lo saludan e incluso lo invitan a sentarse a su lado, pero Jin solo quiere apresurarse para ir con sus amigos. Había prometido ayudar a su torpe y distraído TaeHyung a repasar un poco de álgebra. A veces SeokJin se siente como un verdadero hermano mayor entre aquellos jóvenes que parecen admirarlo. Siempre lo reciben con una enorme sonrisa y un "Hyung" lleno de emoción, SeokJin los ama de verdad.

Es increíble lo bien que se lleva con esos menores, mejor que con los chicos de su edad. Ha pensado varias veces que es simple cuestión de personalidades compatibles, y mala suerte también, pues preferiría también tenerlos como compañeros

Después de rechazar a algunos otros insistentes grupos de alumnos, quienes le piden que se quede, está por salir, pero una mano lo detiene por el hombro con algo de fuerza y él se gira con el ceño fruncido. Normalmente no lo haría, es paciente, pero ¿por qué tanta brusquedad? Cuando se topa con el responsable este parece avergonzado por la fuerza aplicada y sonríe nervioso.

Un chico apenas pocos centímetros más bajo que Jin, de piel morena y cabellera oscura. SeokJin no recuerda haberlo visto antes, porque de haber sido así, no habría forma de que hubiera olvidado esos bonitos hoyuelos que aparecen en las mejillas de ese joven que ahora recuerda fue quien tomó el último plato de Mango rice.

—Aquí tienes, no quiero dejarte sin almuerzo.

El moreno estira la mano y le entrega el platito sellado con arroz, salsa dulce y mango, además de una cuchara de plástico. SeokJin lo toma por inercia, sin decir nada y con la boca ligeramente abierta. No sabe si lo que más lo ha dejado en ese estado es la voz profunda de chico, su sonrisa -que podría jurar que era más bonita que la de Lee Min Jung, su actriz favorita- o el repentino cambio sobre su situación, porque parece que al final si podrá saborear aquello por lo que llevaba días muerto de ansias.

—Pero... esto es tuyo.

—No creo que yo lo desee tanto como tú —ríe el pelinegro; sabe que es verdad lo que dice, pues la cara de frustración y el gruñido que escuchó de SeokJin antes de salir de la fila lo habían dicho todo —disfrútalo, y disculpa por tomarlo antes.

SeokJin mira el par de ojos rasgados del otro e inevitablemente sonríe también. Le parece divertido lo desesperado que debió lucir como para que ese chico se tomara la molestia de cederle la comida que justamente había ganado.

—Permite entonces que te lo pague.

—No, no. Invito yo —el moreno se apresura a contestar y muerde su lengua. No quiere parecer nervioso pero realmente lo está y no sabe el motivo, si segundos antes se había acercado al castaño con seguridad —provecho.

Antes de que pueda alejarse hacia la mesa donde lo esperaban sus amigos, SeokJin lo detiene con un agarre firme pero suave, a diferencia del que NamJoon le había dado.

— ¿Cómo te llamas?

—NamJoon.

—A la próxima invito yo —Jin dice con seguridad y NamJoon asiente.

Quiere creer que es alguna clase de promesa lo que el castaño le dice y lo observa fijamente hasta que se retira, pero algo lo hace sentirse como un tonto; no pidió su nombre.

Se aleja hacia donde lo esperan sus amigos, sin poder borrar la sonrisa de su rostro. No entiende por qué o qué es lo que le causa tanta emoción. Cuando se sienta al lado de su amigo más pálido este lo recibe con un ligero golpe en el hombro.

— ¿Y mi arroz, Nam?

—Yo... no alcancé.

— ¡Pero si hace un segundo te vi pasar con él en manos! No me digas que lo tiraste —interviene Seung Hyun, el otro chico de cabellos castaños con destellos rubios con quien comparten mesa y también gran amigo de ambos.

—Eso no...es que no era mío.

Yoongi deja escapar aire y decide olvidar el asunto. Después de todo aún puede robar el arroz de Seung Hyun cuando este se distraiga mirando a alguna chica bonita que pase cerca, algo que es demasiado común.

SeokJin por los pasillos corre, cuidando de no tirar el valioso tesoro que lleva en manos y que planea disfrutar sentado en el pasto con sus amigos, corre por primera vez en lugar de trotar, porque siente ansiedad, quiere contarles lo que acaba de pasar y no sabe por qué, si no es la primera vez que alguien le obsequia algo. Tiene a más de una chica tras sus huesos y aún así no sabe por qué esto se siente diferente.