Cada día dejaba un dulce en su mochila y me escondía para ver su reacción la cual siempre era una sonrisa cálida.
Me sentaba a unas dos sillas de distancia de ella y cuando tenía tiempo la observaba, si no entendía algún ejercicio le explicaba solo para poder verla de cerca y poder sacarle una dulce y pequeña sonrisa con algún chiste sin gracia.
Ella en serio era todo lo que a mi corta edad de doce años esperaba en una chica un año mayor que yo, ser torpemente inteligente y dulce en los momentos necesarios, con una sonrisa que podría calmar al animal más rabioso que la viese, en verdad pensaba que ella era diferente.
Yo tenía un amigo, él era como mi hermano perdido, nos conocimos el primer día de escuela, él tenía once años recién cumplidos, con una personalidad tan creída pero con una amabilidad y alegría que si solo lo conocieras no lo quisieras alejar. Él amaba bailar y cantar y desde niño había aparecido en comerciales y en periódicos famosos de nuestro país pero yo nunca lo había visto hasta ese día y me alegra haberlo hecho; no creas que nos hicimos amigos desde que nos conocimos, lo hicimos muchos meses después.
Un día le conté que ella me gustaba y con una sonrisa me animo a que confesase mi amor por ella.
-"No"- Conteste al recordar lo que hace unos pocos años había sucedido.
Me convenció un día después.
¿Saben cómo se siente ser traicionado?
Pues en ese momento, el que yo creía que era mi amigo verdadero se estaba confesando al lado mío frente a ella.
Y ese momento fue definitivo para nosotros dos.
-¡Que tiernos!- Dijo en un tono un poco chillón y molesto- Pero ninguno de los dos me atrae, son feos, con granos, cabello grasoso y con una estúpida alma infantil, no me gustan, me provocan ganas de vomitar cada vez que los veo, y ¿saben que más? Me encantaría que desaparecieran de mi vista antes de dejar esa piel de un morado desagradable.
Esas palabras fueron mi detonante.
Al igual que presenciar como su novio y ella se comían a besos salvajes.
Su nombre significaba Luz Pura.
Ella fue el ángel que ilumino el antiguo infierno por un tiempo y me empujo dentro de él, dando la vuelta y llevándose la luz que alguna vez sostenía mi esperanza.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
