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El grupo de Mortífagos rodeaba la cama de Severus Snape, observando como este agarraba con las manos unos mechones de su grasiento cabello. Se balanceaba hacia delante y hacia atrás mientras que sus compañeros lo miraban de brazos cruzados.

—Han sido ellos, estoy seguro de que han sido ellos— musitaba sin cesar.  Sus compañeros, sin comprender qué ocurría, intentaban tranquilizarlo.

—Vamos, Severus, no te alteres. Seguro que todo se soluciona— lo consoló Rodolphus Lestrange.

—¿Qué todo se va a...? ¡Tú no lo entiendes, Lestrange!¡Tú no sabes lo que ha ocurrido!

—Tienes razón. Pero al final, ninguno de nosotros lo sabemos - intervino Avery. 

Severus suspiró y apretó los puños.

—Al principió de curso, cuando Potter molestaba a Evans, yo tenía pensado... vengarme - explicó entre dientes— Caminando por el bosque, encontré una serpiente medio muerta y decidí recolectar un poco de su veneno para...

—Para dárselo a Potter— completó Avery.

—Exacto. Lo tenia guardado en una caja dentro del armario. Hoy , cuando llegué, me di cuneta de que había dejado el armario abierto, así que fui a cerrarlo. Allí fue cuando me di cuenta de que la caja no estaba.

—¿Crees que alguien se la ha llevado?— preguntó Walden Mcnair. Severus asintió. 

—¿Quién crees que lo ha hecho?— preguntó Bellatrix Black. Severus la miró con sus ojos negros.

—Estoy convencido de que han sido ellos.

—¿Ellos?— dijeron todos al mismo tiempo.

—Los merodeadores.

Es silencio inundó la habitación. Nadie parecía dispuesto a decir nada. Avery fue el primero en hablar después de unos incómodos cinco minutos.

—Les daremos su merecido esta noche, Severus. Y, si tú quieres, puedo hablar con el Señor Tenebroso para que...

—No— interrumpió Severus—. No molestes al Señor Tenebroso. Él tiene otros asuntos que atender.

Sus compañeros lo miraron expectantes.

—¿A qué asuntos te refieres, Severus? El Señor Tenebroso no nos ha dicho nada de "otros asuntos"— dijo Bellatrix con el ceño fruncido. Una sonrisa macabra apareció en el rostro del muchacho.

—Planea un ataque, un ataque a Hogwarts. 

—Eso ya lo sabíamos, Snape.

—Pero lo que no sabéis es que ocurrirá antes de las vacaciones de Pascua.


La cena en el Gran Comedor transcurrió tranquila. Remus se retiró antes de que aparecieran los postres y los Merodeadores no se levantaron hasta haber terminado de comer. James consiguió escabullirse de la mesa de Slytherin con disimulo después de que ellos se fueran. 

En esos momentos, se encontraban en la sala común de Gryffindor, despidiéndose de las chicas como lo hacían cada luna llena.

—Sammy, vendré mañana por la mañana, no tienes que ponerte así— decía Sirius al ver a su pequeña Sam aferrada a él con los ojos anegados en lágrimas. 

—Es que tengo un mal presentimiento, Sirius. Por favor ten cuidado— respondió Sam.

Metros más allá, Lily y James se despedían con un fogoso beso. Al separarse, se abrazaron.

—No te acuestes muy tarde, no comas demasiados dulces, porque luego duermes mal. No salgas a los pasillos sin chaqueta, que te resfrías. Mejor no salgas a los pasillos...

Hasta el fin del mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora