Me perdí en sus ojos.

2 1 0
                                    

LAUREN

-¿Por qué tienen que inyectarme todos los días, papi?-Pregunté triste.

-Lauren, estás enferma, no te puedes curar sola, te inyectan para que puedas curarte-Explicó mi padre.

-Pero duele mucho...

-Lo sé, pero eres fuerte y valiente.-Me sonrío él.

Me sentía feliz cuando mi papi tenía tiempo para mi, ya que nunca está en casa y siempre tengo que jugar sola con mis carritos.

-¡NO ME TOQUEN! ¿¡DÓNDE ESTÁ MI MAMÁ!?-Escuché gritar a un niño.

Siempre escuchaba cosas así en los pasillos pero mi papá me decía que era normal, aunque quería ayudar a ese niño, parecía muy asustado.

Corrí hacia él y lo abracé, me gusta dar mucho cariño a las demás personas.

-¿Tú sabes dónde está mi mami?-Me preguntó el niño con un poco más de calma.

-No, pero tranquilo estaré contigo-Lo miré y noté que tenía unos hermosísimos ojos verdes.-Me llamo Lauren ¿Cómo te llamas tú?-Le pregunté.

Él me dijo su nombre, veía que hablaba pero ya no podía escuchar...

Desperté de golpe, sentía ganas de vomitar, estaba débil y tenía la sensación de estar asustada.

No recordaba parte de mi infancia, ni recordaba pasar tiempo con mi papá, pero tampoco tuve ninguna enfermedad, da igual sólo fue una pesadilla.

-Lauren-Saludó mi madre-¿Te sientes bien?-Tomó asiento en mi cama.

-Sí, sólo tuve una pesadilla es todo-Respondí sin importancia-¿Papá está?-Sabía la respuesta pero nunca perdía la esperanza.

Ella sonrío-Sí, está en el comed...-No dejé que terminara porque corrí hacia donde se encontraba mi padre, que casualmente sólo estaba tomando café.

-¡Papá!-Lo abracé.

-Lauren-Saludó él.

-¿Te vas a quedar todo el día? ¿Podemos ir a pasear? ¿Quieres..

-Hija tranquila-Me interrumpió-Sí, voy a quedarme, tengo que hablar con tu madre de algo importante, después de que hable con ella podemos hacer algo ¿te parece?-Asentí muy entusiasmada.

Hoy iba a ser un gran día.

***

Estaba en mi habitación, mis padres ya empezaban a hablar de eso súper importante, así que me centré en espiar.

Abrí la puerta para poder escuchar algo.

-Will, ella no sabe absolutamente nada de lo que en realidad es, ¡tienes que decirle!-Exclamó mi madre algo enojada.

-No, no puedo hacerlo, arruinaría todo mi trabajo ¿Sabes cuánto duré experimentando con ella? ¡Y funciona! De verdad funciona...-

-¡NO ME IMPORTA TU MALDITO EXPERIMENTO! ¡ES NUESTRA HIJA! ¡NO UNA RATA DE LABORATORIO!-Gritó.

No sabía de qué demonios estaban hablando, lo único que sabía era que yo era el centro de esa conversación, algo de un experimento, todo un tema de película.

-Ellos vendrán.-Dijo mi padre, se escuchaba algo asustado.

-¿Qué harán? ¿Tendremos que mudarnos de nuevo?-La voz de mi madre se quebraba.

-No, será mucho peor si nos vamos...

Mi celular comenzó a sonar con el tono de "Somebody else/ The 1975", contesté.

-¿Hola?-Respondí.

-Tienes que irte.-Escuché una voz masculina pero no la reconocía.

-¿Qué? ¿Quién eres?-Pregunté.

-Sólo hazme caso si no quieres terminar como yo...

-¿De qué hablas? ¿De qué tengo que huir?-Me asusté.

-Muchas preguntas, Lauren.-¿Cómo sabía mi nombre?-Pero no responderé a ellas,"¡C-37!- Escuché a una mujer- ¡¿Con quién demonios estás hablando?! ¡Vuelve a tu habitación!-él aclaró su garganta- Me lo agradecerás después.-Colgó.

Me encaminé a donde se encontraban mis padres.

-¿Mamá? No vas a creer lo que...

-¡LAUREN CORRE!-Mi madre estaba en una silla amarrada junto con mi padre.

Estaba en shock, no podía ni moverme, ni hablar, ni gritar.

-Lauren-Escuché una voz detrás de mi-Bienvenida, no te haz perdido mucho-Volteé.

*******

¡!

Limerencia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora