Una, dos, tres gotas de agua caían en el rostro de Agreste. El hombre había estado recargado al borde de su balcón durante horas.
...Marinette se levantó de su cama, se arregló un poco y bajó a desayunar. Al parecer Gabriel no estaba, entró a la cocina y una sirvienta le sirvió su comida. Estaba algo pensativa, Chloé era una mujer bastante extraña, suspiró, se dedicó a comer tranquila.
Sintió una persona entrar y tembló.
Nathalie, la joven de rostro afilado y caderas bien marcadas le tomó de los hombros.—Agreste le ha dejado una actividad, señorita Dupain.
— ¿Eh? — se sorprendió un poco, ¿Para qué? Se mentalizó suspirando — ¿Y cuál es esa actividad?
— ¿Te interesa el arte, Marinette? — se sentó a su lado, observándola con detenimiento.
— Sí, me gusta mucho el arte — seguía confusa ¿Qué era lo que quería Agreste?
— Pintura, específicamente. A partir de hoy en las tardes irás con una persona de confianza del señor Agreste.
Marinette quedó asombrada, su gran sueño era ser artista, sonrió y agradeció a la señora. Subió a su cuarto a cambiarse, mirando el cuarto vacío de Gabriel. La dejaría, salir cosa que le alegraba, pero también le extrañaba.
...
La mirada de Marinette se mantenía en el piso, su vestimenta había sido discreta, una manera para que no la reconocieran. Durante todo el camino no apartó los ojos del suave piso de la limusina. Por la ventana polarizada miró el paisaje de la bella París, tan hermosa, soleada como siempre. El vehículo recorrió bastante hasta llegar al estudio del famoso pintor Kurtzberg. Los guardaespaldas de Gabriel la llevaron hasta dentro del lugar, junto con una escolta un rojizo salió al living mirando a la chica.
— Señorita Dupain, un gusto conocerla. Soy Nathaniel Kurtzberg, ¿quiere empezar de una vez con las clases?
Ella quedó callada por tal comportamiento, entró junto con él al estudio. Tomó asiento y de inmediato comenzó con ello.
...
Agreste mordió sus labios para callar, horas en el balcón pensando en la propuesta de Bourgeois le hacían la cabeza añicos. La chica lo había marcado. Pero no de una buena forma.
Chloé siempre fue el tipo de fémina encantadora, tenaz y sensual que atraía a cualquier hombre que se le cruzara. Mujer de la vida fácil, desde siempre buscaba una manera para mantener su alargada fortuna. ¿Qué mejor estrategia que casarse con un hombre con una mayor a la suya? Esa fue la mejor y la peor idea que se le pudo haber ocurrido, pero resultaba.Gabriel era el prospecto perfecto para su plan, hombre viudo, atractivo y con una riqueza tres veces mayor a la suya.
Por el lado de su hijo fue como llegó, Adrien Agreste siempre fue muy atractivo, pero nada encantador. Tímido y pulcro sin lo necesario para mantener una chica a su lado. Durante meses ella fue su pareja, una de las más aclamadas por París. El estándar de perfección, tonterías. La rubia era bastante inteligente, gozaba día con día el provocar a Agreste, una aventura que no acabaría nada bien. Con el pasar de los meses la seductora chica logró su cometido, con una simple provocación fue suficiente para levantar los deseos del hombre. Toqueteos rápidos entre cita y cita, aprovechar cada momento en el que Adrien no estuviese, aventura mal planeada, pero exitante.
Pasó lo obvio, Adrien se enteró un día al azar y la imagen perfecta de la familia Agreste fue manchada."Triángulo amoroso en la familia Agreste, escándalos y más."
El titular de el periódico Parisino anunciaba el drama familiar más controversial del año, cuestión de engaños y mayormente de modificaciones para hacer más interesante la historia. Era el fin de la vida social de Adrien, humillado, devastado y engañado. La burla de la socialite, un chico ingenuo.
Olvidando al rubio, su padre hizo lo posible para hacer público su compromiso. Pagando ciertas cantidades por aquí, y otras por allá el tema fue olvidado. Aunque las malas lenguas seguían hablando era de lo que menos se preocupaba él. Chloé se regozijaba ante su evidente victoria, una caza fortunas tan inteligente como ella aprovechó al máximo los días al lado de Agreste.
...
Una madrugada de invierno parecida a las demás ella se alejó de Gabriel. Con una sola maleta en la mano, el pelo hecho marañas y un vestido fluido color azul cruzó el umbral de la puerta para no volver en mucho tiempo. Gabriel dormía tras la noche llena de pasión que habían pasado juntos, manchas de labial en su cuello y un sentimiento de satisfacción que le invadía.
Ese día no fue lo mismo, faltaba ella. Faltaban los chistes sarcásticos, los cumplidos posesivos y el incontable flasheo de la cámara profesional de Chloé, la amante de la fotografía. Su melena rubia le hacía sentir como en su hogar, ella se parecía a su difunta esposa, le recordaba tanto a ella que perderla dos veces no le agradaba del todo.

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Deseos Carnales
FanfictionDeseos Carnales. Gabriel Agreste, un hombre adinerado y lleno de poder esconde un oscuro y pecaminosos secreto. Marinette Dupain, a sido sobre explotada durante años en un burdel. Siendo dama de compañía y esperando ser comprada por el mejor postor...