A todos les importaba un comino lo que decía, ni si quiera pararon de hablar para escucharme, para ellos era invisible, pero sorprendentemente:
– Tienes razón, siempre se debe escuchar al culto, pues si lo ignoras tú serás el necio.- dijo el viejo mayordomo.
Sus palabras me conmovieron pero seguían sin irse, al rato por supuesto, vi que mis predicciones eran ciertas, pues era de noche, llovía a cantaros y no podíamos ir a ningún sitio.
– Ya os lo dije, pero no me escuchasteis y ahora no podemos ir a ninguna parte – repetí yo
El viejo, cuyo nombre nos había confesado que era Ricardo Pardo, nos dijo:
– Si queréis aquí sois bienvenidos, os podéis quedar a pasar la noche si es lo que deseáis.
No nos dio tiempo a hablarlo entre todos, cuando cristina dijo de inmediato:
– Pues nos quedaremos esta noche, pero mañana temprano nos iremos, no queremos molestar y además nos hemos perdido y nuestros padres estarían preocupados.
Esta decisión la apoyamos todos, ya que si no nos fiamos de Ricardo y su ruinosa casa tendríamos que dormir a la intemperie mientras llovía a cantaros, lo cual no era buena idea.
- No os preocupéis no molestareis , mañana temprano tendréis el desayuno en la tripa y un mapa para salir de aquí y llegar a donde queráis , estáis mucho más cerca de lo que pensáis.
-Pues vale - respondí como si me hubiera enterado solo de la mitad.
Alex seguía extrañado, puede que incluso más que yo.
Ricardo nos enseño una habitación fantástica, una era pequeña, en la entrada, y otra más grande al final. Como no había demasiadas camas dormimos en el sofá, como había dos yo me dormí en uno y Cristina en otro, Alex durmió en una de las camas de el cuarto de la entrada o según ellos el cuarto pequeño, lo llamaban así porque era el más pequeño de la casa, o mansión. Susana durmió en la otra cama del cuarto pequeño. Prometieron no pelear y aceptamos dormir así, nos dejo pijamas y extrañamente no sé cómo eran de nuestra talla, nos dormimos.
A medianoche Cristina oyó un ruido y me llamo, yo me desperté con sueño y bostezando:
– ¿Qué pasa?, ¿Para qué me despiertas? Estaba dormida – dije yo.
- Silencio he oído un ruido – me contesto.
De inmediato me despeje y cogí la linterna, de repente… apareció Susana asustada:
– Siento si os he asustado, es que Alex no me deja dormir en su cama, he tenido una pesadilla y he pensado que vosotras seriáis más buenas y me dejaríais dormir aquí ¿puedo? – dijo la pequeña Susana.
– Claro ven a dormir en mi sofá-cama conmigo y Sara – dijo de inmediato Cristina.
- Pues vale - dije yo y me volví a dormir.
Al día siguiente nos encontramos preciosos vestidos encima de nuestros sofá-camas, al parecer nos los había regalado el simpático Ricardo, también fue él quien nos despierto temprano para marchar con solecito y ganas.
Era el mejor, y como dijo, ya desayunados emprendimos el viaje, pero cuando nos despedimos me dio pena, el nos había cuidado muy bien y nosotros, o al menos yo, se lo quería agradecer y antes de partir, le pregunte:
- ¿Seguro que no quiere que le ayudemos en nada? Quiero devolverle el favor, no me parece justo, si necesita nuestra ayuda o cree que podemos hacer algo por usted estaremos encantados de ayudarle y devolverle el favor.
- Pues ahora que lo dices sí que podíais hacer algo por mí , tengo muchos mapas, este es el de un tesoro, dice que está escondido en esta casa pero nadie ha podido descifrarlo jamás, ni si quiera yo que llevo aquí no se ya ni cuantos años , yo vine un día cuando era como vosotros a buscarlo pero no lo encontré y como no tenía a donde ir me quede aquí ,hay algún secreto en esta casa aunque aún no se cual es, me podríais ayudar, como por ejemplo ¿Por qué tenéis esos vestidos?, no los había visto en mi vida, y ¿Por qué el desayuno aparece todos los días en la mesa si nadie lo ha preparado?
CONTINUARA…
**************************************************************************
queridos lectores espero que os guste, muchos votos y comentarios
gracias a todos :-) :-) :-) :-)
ESTÁS LEYENDO
Los buscadores del tesoro
AdventureHay historias que se inventan otras que se recuerdan otras que se viven y otras que simplemente se cuentan esta no es de ningún tipo en concreto sino de todos a la vez. Adéntrate en esta intrigante historia con Cristina, Alex, Sara, Susana y Celia...