La luz del sol resplandecío tras aquellas cortinas, Maeve había despertado tan descansada en aquella suave y enorme cama.
—Oh despertó, buenos días señorita, ¿cómo amaneció?.
Aquella voz era tan tranquilizante para ella que parecío escuchar a un ángel.
—Increíblemente bien—dijo la joven todavía semidormida.
—¿Quiere una taza de té?.
¿Cómo ella podía negarse?.
—¿Porqué no?.
Con los ojos aún sin abrir, mientras estiraba sus brazos y bosteceaba una pregunta se esparció en su cerebro ¿Qué hacía un hombre en su habitación?, y en efecto, al abrir sus ojos había un hombre en su habitación. De inmediato se sobresaltó cayéndose de la cama.
—¡Señorita! ¿No sé lastimo?.
—¿Quién... quién es usted?.
—Me presentaré con gusto pero antes debería ayudarla a...
La joven de inmediato se tapó la mitad de la cara con una sábana mientras se alejaba.
—N...no se acerque—en ese momento otro hombre mas bajo y flaco entró, asustándola aún más.
—¿Qué es lo que ocurre?.
—Yo intentaba...
Ni lo dejó terminar de hablar cuando eufórico el hombre lo comenzó a regañar.
—¿¡Usted sabe lo que ha ocasionado!?.
—¿Ocasionar?, ¿qué cosa ocasioné?—esa persona alta colocó de una forma graciosa las manos en su cadera.
—Ha sido amable con ella, si el amo se entera de que fuimos amables con ella se enojará, no me diga que no se ha puesto a pensar en lo que pasaría si lo hacemos enojar.
—No pasa nada, que dramático es usted—dejó de mirarlo.
Mientras aquellos peculiares hombres hablaban entre sí, Maeve agarró de la cómoda una figurilla de porcelana y sin pensarlo se las lanzó, hizo que está se estrellara en mil pedazos sobre la pared.
Aquellos hombres se quedaron sorprendidos.
—Lo que faltaba, ahora ya también se nos reveló.
—Señorita, porfavor no llegue a esos extremos
De nuevo lanzó una figurilla de porcelana.
—No hay por qué llegar a la violencia—insistia el hombre más alto.
—¿Quiénes son ustedes?, ¿porqué me secuestraron?—decía Maeve con aquella cara de desconfianza.
—¿Se..secuestrar?, ¿usted por quién nos toma?.
Pero Maeve no dejaba de lanzarle cosas.
—Nosotros no la secuestramos... nuestro señor... nuestro señor la salvó... de la bestia.
—¡Señor Conrad!.
Aunque reveló la verdad fue de la manera en la que Maeve dejo de lanzar cosas.
—¿De la bestia?.
—Si... si, de la bestia, de la temible bestia.
Brigham deseaba reprender a Louis.
—¡Basta! deje de decir eso.
Maeve sólo se sentó en la cama en silencio. Después de un tiempo la joven miró a los hombres, este par se sorprendió al ver como aquella joven se levantó con dirección hacía ellos, el bajito se tapó la cara, previno cualquier golpe.
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EL DESEO DE UNA ROSA
Romance"Ellos pelearon con sus miedos para nacer de nuevo" By M.V. CASIOPEA Adaptacion de "La Bella y La Bestia" de 1991 #2 bellaybestia 14/03/21 QUEDA ESTRICTAMENTE PROHIBIDO LA COPIA A ESTA HISTORIA SIN EL PERMISO DE SU AUTORA *Creada 07/10/18