LO YA ESCRITO 🌹

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"El amor no necesitaba ser perfecto, solo verdadero"

-La Bella y la Bestia (1991)

Encadenado de pies y de manos Hans convertido en humano permanecío débil en la eterna oscuridad de aquel húmedo y solitario calabozo donde la Reina Nelida lo envío tras debilitarlo con su hechizo.

—En verdad no sabes cuanto lamento haberte hecho esto.

Hans estaba muy débil como para responderle así que solo se limitó a verle con severidad.

—Las miradas hablan más que las palabras, se que me odias por haberte arrebatado tu hogar...

Nelida extendió sus brazos, hizo referencia a todo su alrededor.

—...a tu amor, inclusive tu humanidad, pero no me arrepiento pues merecías todo esto, ya sabes el porque.

Entre el sonido de las gotas que se estrellaban en el suelo una risa se hizo presente.

—Si, tienes razón pero por todos los amplios cielos en verdad Nelida, en lugar de reclamarte te lo agradezco.

La mujer se sorprendió por lo que le dijo.

—Me quitaste todo lo que en verdad no importaba, el reino, la corona, incluso Anabela, pero en su lugar pude encontrar una verdadera joya que ni siquiera tu podrías tener... ni aún con toda la mágia del mundo—las cadenas que envolvían sus manos provocaron brotar sangre de ellas .

—¿En verdad?, déjame pensar.

Nelida fingió tocar su barbilla con su dedo.

—Toda esta intriga me esta matando... me rindo no se a que te refieres.

Unos minutos dejo en silencio, mientras fue asomarse a la diminuta y pequeña ventanilla del calabozo.

—El sol está un poco más allá de desaparecer tras las montañas, creo que es hora de irme, tengo que asistir a una boda.

Él la miró con odio mientras ella seguía pavoneandose entre sus palabras.

—Aún soy la reina de este moribundo lugar, tengo que bendecir y esas cosas, además es la boda de mi fiel consejero, un hombre tosco pero se que controlará a la mujer que escogió, una mujer con sueños tan tontamente imposibles, con decirte que quizo salvar a una bestia a la que le lleno la cabeza de tontas ilusiones y falsas esperanzas.

Alzo su mirada en cuanto supo de quién hablaba, sus manos tomaron fuerza y sus cadenas se tensaron, importandole muy poco sus heridas.

Nelida colocó su mano en la boca.

—Uy, ¿no me digas que esa era la joya que decias?.

Aún tenía las cadenas tensadas por su fuerza.

—¡Tú te atreves a poner tus asquerosas manos en ella y yo te jur...

—Yo no, jamás colocaría mis manos en basura, en su lugar, su destino estará en las de su futuro marido en unas cuantas horas más.

Ella se atrevío a colocarse a un lado de su oido.

—Solo piénsalo Hans, todo lo que hiciste se te regreso, ¿y adivina que?, soy la primera en ver  el espectáculo que comenzaste.

Hans unió toda su fuerza por desatarse de aquellas enormes cadenas, gritó pero aún así no pudo soltarse mientras que la malvada de Nelida solo carcajeaba, entre tanto su voz se desvanecía tras un portazo.

—Maeve, Maeve.

La joven se encontraba vestida de blanco mirándose en su reflejo el enojo y la tristeza que sentía, mientras que él estaba detrás de ella.

EL DESEO DE UNA ROSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora