Capítulo 4: La llamada

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Cassandra:

Estaba sumida en un mundo de silencios. Confinada en mi departamento, completamente a oscuras. Habian pasado dos semanas desde la segunda carta. No había salido ni siquiera a la esquina después de eso. Y yo me estaba volviendo loca, literalmente.

Observo la imagen que me devuelve el espejo y un escalofrío recorre mi espalda . Mis ojos se ven cansados. Tengo ojeras por primera vez en mi corta vida. Mi piel esta tan pálida y mi pelo parece que se peleó con media docena de peluqueros principiantes.

No puedo dormir, las pesadillas toman control ni bien cierro los ojos. Mi cabeza esta en una constante batalla para acallar esas voces que aún persisten en mi, siendo obvio el resultado de quién va perdiendo en esa lucha.

Me permito cerrar los ojos unos segundos mientras suspiro y me encamino hacia la ducha . Necesito salir urgentemente. Y no, no fuí ni pienso ir a esa dirección que me sé de memoria, la que se repite en mi mente como si se burlara de mí y de mi cobardía .

Porque eso es lo que soy, una cobarde. Pero... ¿Quién en su sano juicio acudiría a un llamado de quién sabe quién para quién sabe qué? Y ni hablar de que la peculiar invitación estaba en un sobre bajo mi puerta con mi letra, siendo que yo no la escribí.
Si, aún no llego a ese grado de locura.

Tengo planes de ir hoy a clases, ya perdí muchos días . Mis amigos deben estar preocupados . Mi telefono celular durante los dos primeros días no dejaba de sonar. Por lo que en un ataque de histeria lo arroje contra el suelo en un intento de desquitar mi frustración y bueno... ya no lo pude revivir . Pero no me arrepiento, no hubiera sabido que decir sobre mi ausencia, ni sobre mi estado deplorable. Ni yo sabía que me pasaba.

Por eso cuando hace una semana vinieron hasta mi departamento a buscarme, no contesté. Sabía que era mi mejor amiga. Pero no podía permitir que me viera así. Seguro me enviaba directo al hospital, o a un psiquiatra., o talvez se ahorraría esos pasos y me dejara directamente en el loquero. Yo lo hubiera hecho .

De camino a clases me detengo por un café. Como salí mas temprano de lo normal, voy caminando y no en el metro. Voy con mis auriculares puestos a todo volúmen en un nefasto intento de silenciar mi mente.

Sé que necesito descubrir que es lo que me pasa. No creo que vaya a detenerse pronto. Al contrario, cada día empeora más . Los "recuerdos" o lo que sean; vienen a mi a todas horas, y cada vez me dejan más afectada. Tengo que encontrar una forma de evitarlos, o por lo menos aguantar estos ataques. No quiero hacer un espectáculo en cualquier parte.

—Directa al manicomio Cass — me digo en voz alta.

Cuando me faltan unas pocas cuadras para llegar a destino, siento que alguién me agarra del hombro. Me giro y detengo la música al mismo tiempo que una sonrisa se desliza en el rostro del chico que me detiene.

—Ey tú! Te estoy hablando muñeca —
yo solo lo observo esperando a que continúe.

—No deberías ir con la música a tope , es una distracción y más si vas sola.

—Eh, si. Disculpa, ¿necesitas algo? — Le pregunto, la verdad es que no me da confianza la forma en la que me mira.

—Si, en realidad tienes una llamada.

La confusión se hace presente en mi rostro, por lo que el chico me extiende un teléfono a modo de explicación .

¿Y este raro de donde salió ? Como sigo sin reaccionar, mi acompañante vuelve a hablar.

—Eres Cassandra Jackson ¿no?— sólo asiento.

—Mira, no tengo todo el maldito día muñeca, vas a tomarlo o no? .

Al no ver ningún tipo de reacción de mi parte, el desconocido toma mi mano e intenta depositar el artefacto en ésta . En ese momento reacciono y quito mis manos antes de que coloque el celular en ellas y me alejo unos pasos del sujeto.

Súper casual Cassandra. De seguro este tipo sera tu compañero en el loquero. Vamos bien eh.

—No quiero ser grosera, pero ¿de que va todo esto? ¿Es una de esas bromas de youtubers o algo asi? .

—No lo se y no me interesa, me pagaron para darte el móvil , tomalo o tíralo , pero decídete de una maldita vez .

—Eh, si, yo mejor me voy — Y dicho esto salgo disparando como alma que lleva el diablo, o eso intento ya que el chico me sujeta por detras y empezamos a forcejear. Termino liberandome y corro lo más rapido que puedo por un par de cuadras.

Me giro y al no ver a nadie siguiéndome me detengo. Coloco mis manos sobre mis rodillas e intento tomar aire para evitar morirme asfixiada. Dios, mi estado fisico es del asco. Parezco una foca en pleno trabajo de parto. Y me transpira hasta las uñas del pie. Sí, linda imágen la tuya Cass.

Una vez que logro respirar como una persona normal, me dispongo a seguir mi camino. Pero al caminar unas cuadras me doy cuenta de que desconozco el lugar donde me encuentro. Típico , huyes de un loco y terminas perdida . Genial, simplemente genial.

Cuando me decido por tomar un taxi, una melodia comienza a sonar a mis espaldas. Me doy vuelta rápidamente y no veo a nadie. Sin embargo la melodía no se detiene. Es entonces cuando me doy cuenta de que el sonido esta demasiado cerca. Me quito la mochila y reviso. No es ni mi reproductor, ni mucho menos mi celular, porque no tengo. Sin embargo en el bolsillo externo puedo distinguir el origen de esa canción . Un móvil , el mismo que tenía aquel tipo hace unos momentos. No puede ser. Debe ser una maldita broma.

Una vez que tengo el celular en mis manos , el cual , cabe aclarar, no ha dejado de sonar ni un segundo , me debato entre contestar o no al llamado del número desconocido que se ve en la pantalla. Tal vez el chico raro se dio cuenta y quiere recuperar su teléfono.

Me decido por contestar , llevo el aparato a mis oidos, y espero a que contesten a mi escueto "hola".

Nunca me hubiera imaginado lo que escuché segundos después. Esas palabras que me hicieron helar la sangre. Que me paralizaron y me dejaron en shock.

No recuerdo que paso después de eso. Sólo recuerdo que corrí. Como si mi vida dependiera de ello. Corrí con la esperanza de escapar de lo que me estaba sucediendo. Corrí tanto que mis pulmones quemaban y me dolían . Pero ni así me detuve . Porque me dí cuenta de que esa llamada era el principio de todo. Tenía que llegar cuánto antes a la dirección que días atrás me habían enviado.

Ojalá nunca hubiera contestado. Ojalá nunca hubiera ido a ese maldito lugar.

La chica sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora