Veintidos.

5K 468 61
                                    

En los días siguientes, Louis siguió dando clases a sus alumnos bajo la atenta mirada del ojiverde, quien lo comía con la mirada y hacía que este muchas veces perdiese el hilo de la explicación.

Harry tenía amenazados a todos sus compañeros, por lo que ninguno de ellos se atrevía a propasarte o a darle una palabra mal sonante al maestro.

Cada roce que se dio entre ellos fue como una descarga y dejó huella en sus almas, por lo que rápido se corrió la voz entre los presos, de que Harry estaba interesado en el nuevo tutor.

Eso no pasó desapercibido para sus enemigos, los cuales vieron la oportunidad perfecta para atacarle creyéndole vulnerable.

Por suerte, el ojiverde contaba con muchos aliados a los que había hecho favores, salvándoles de otros presos o consiguiendo algo para ellos.

La sangre no llegó al río en los muchos de los intentos que se ocasionaron, hubo varias peleas y Harry se pasó muchos días en el aula de castigo, al igual que los otros implicados.

Aún así, no tardó en complicarse todo, ya que sus enemigos pasaron de atacarle físicamente a él, a pensar  detenidamente y hacerle daño indirectamente.

Louis cumplió dos meses dando clases y estaba muy feliz pues sus alumnos habían progresado mucho, así que ese día entró en cárcel para dirigirse a su aula y llevarles un pastel para compartir pero de repente, alguien vino corriendo y entonces chocaron.

Unos segundos después mientras Louis caminaba, comenzó a sentir un dolor en su costado, entonces levantó la chaqueta, vio que tenía sangre y acto seguido se desmayó.

Uno de sus alumnos lo encontró tirado en el pasillo, entonces rápidamente lo llevó a la enfermería dónde vieron que le habían pinchado con un punzón.

El médico de prisión le hizo los primeros auxilios en la enfermería pero este no reaccionaba, así que llamaron a una ambulancia y esta lo trasladó al hospital.

Louis no se enteró de nada y despertó un día después, rodeado de enfermeras y médicos, los cuales fuero quienes le contaron lo que había sucedido.

Por suerte no le había dañado ningún órgano y solo tendría que estar unos días hospitalizado pero aunque le aconsejaron que no volviese a la cárcel, este solo alegó que había sido un incidente.

Mientras en la cárcel, Harry aún permanecía encerrado en la celda de castigo pero un guardia se lo contó y éste comenzó a gritar y golpear las paredes pidiendo salir para buscar a los culpables.

Cuando al fin lo liberaron, este se encontró con la banda enemiga, entonces atrapó al jefe, lo acorraló en una esquina y empezó a golpearlo hasta que no pudo más.

El tipo fue ingresado también en el hospital muy mal herido y eso hizo que el ojiverde perdiese todo derecho a una nueva revisión de su caso, con opción a salir libre.

Cuándo Louis se enteró de lo que había pasado, se desilusionó mucho pues tenía la esperanza de que el rizado saliese libre al fin y pudiesen retomar su relación.

Allí dentro de la cárcel era prácticamente imposible hablar y estar a solas, a pesar de todo, sabía de buena mano que el rizado aún seguía interesado, al igual que lo estaba él.

Dos semanas después, el ojiazul regresó a dar clases al penal pues prefirió volver a arriesgarse, a no volver a ver a Harry nunca más.

Harry estaba nuevamente en su celda cuando escuchó que alguien decía que ya había profesor para continuar con las clases, así que por curiosidad se acercó a ver quién era.

Sintió morirse cuando al entrar en el aula, este vio al ojiazul de nuevo sentado en la mesa, muy sonriente y saludando al resto de presos sentados en sus pupitres.

—¿Estás loco?, ¿Se puede saber qué demonios estás haciendo aquí, Louis?—gruñó caminando hacía él—… ¿Acaso es qué no has tenido suficiente con lo que te ha pasado?, ¿Quieres que te maten?.

El ojiazul entonces se levantó y empujó a Harry para salir fuera del aula, luego cerró la puerta y entre susurros le habló.

—¿Por qué creías que no iba a volver?, ya te he dicho varias veces que fuera no tengo otra oportunidad de dar clase como aquí. Esto me gusta, Harry... esto es lo que sé hacer...es mi vida y lo que ha pasado ha sido puntual.

- No entiendes una mierda, Louis—dijo el rizado aún más molesto—…te han hecho eso para hacerme daño a mí… ellos han encontrado la manera de hacerme débil...Esos cabrones saben quién eres y lo que yo siento por ti...¿No lo entiendes?, mientras permanezcas aquí no pararan hasta matarte.

-Tranquilo Harry, no te preocupes... tú ya te has ocupado de él, además andaré con más ojo... tú preocúpate de portarte bien y poder salir de aquí... Llevas demasiados años encerrado y quiero que salgas...ya has perdido una oportunidad muy valiosa.

—Me importa una mierda estar aquí encerrado de por vida si sé que tu estas bien y a salvo lejos de aquí, ¿No lo entiendes?—habló Harry preocupado mientras lo sujetó de los hombros.

Louis entonces sonrió.

—Ha sido muy romántico, Hazza pero también muy estúpido.... Has echado por la borda una buena oportunidad para salir de aquí y volver conmigo lejos de todo esto.

El rizado posó su cabeza en el hombro del maestro y suspiró.

—Mientras me quedé un aliento de vida velaré por ti, Lou... y si tengo que hacerte la vida imposible para que te largues de aquí lo haré.

El ojiazul sonrió y acto seguido miró hacia un lado y hacía otro del pasillo y tras levantar la cara de este, se puso de puntillas y le dio un corto beso en los labios.

-Gracias Harry...muchas gracias por preocuparte por mí pero estoy bien y  ya no quiero estar en ningún lugar en el que tú no estés.

14. El tutor - (Larry Stylinson)-Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora