Capítulo 2

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Tan rápido como corría, el viento acariciaba mis mejillas sonrojadas, llenas de juventud y sueños. Sentia como si de volar se tratase. Desde que el abuelo enfermó, no había salido demasiado lejos se clase, tenía que estar atenta de él, no hubiera soportado que le pasase algo y yo no me encontrase a su lado...
Seguía mi camino mirando un pequeño mapa que cogí en un pequeño establecimiento que quedaba de camino al bosque. No falta mucho para llegar.

-A partir de aquí (miré el mapa y el camino de tierra que se iba cerrando poco a poco para entrar en el bosque) no hay camino. Debo de ir con cuidado, nunca he estado tan alejada de casa.

Daba pasos pequeños, sigilosa, con ojos en la nuca con tal de observar todo a mi alrededor. Intentaba no perderme e ir con muchísima precaución. Comencé a entrar poco a poco, memorizando como podía, el camino de vuelta. Los árboles eran majestuosos, de unos 16 metros de altura, con sólo mirar a sus copas, imponían. Se podía escuchar un silencio descomunal. Sólo el sonido del viento acompañado del repiqueteo de las ramas de los árboles chocando contra otras. Dejé una pequeña marca en uno de los árboles más altos con una pequeña daga de plata que cogí prestada del armario de mi padre, en el momento en el que la enfundé, escuché un crujir de una rama tras de mi. Sentí muchísimo miedo y con cuidado me escondí en la sombra de aquel árbol tratando que se me viese lo menos posible. Me puse mi capucha negra para camuflarme aún más e intenté observarlo todo para encontrar el indicio de aquel ruido.

-¿Quién anda ahí? (Dije un poco temerosa.)

Una voz que provenía de encima de una rama del mismo arbol en el que estaba, me aterrorizó.

-¿Quién eres tu? ¿qué haces aquí?

Era la voz de un chico, no se diferenciaba mucho de alguien de mi edad. Me calme un poco pero decidí no contestar y hacerme pasar desapercibida.
Aquel chico dio un gran salto bajando del árbol y se colocó delante de mí.

-¿me has escuchado? He preguntado que quién eres.

Aquella persona se cubrió la cara y se puso en posición de alerta.

-Nadie que quieras saber. (Dije con voz grave)

-¿Eres una chica? (Dijo el chico extrañado)

Quedé en silencio sin saber que contestar, no quería que nadie supiese que había estado por allí sola y además, jamás me he fiado de los desconocido, cuanto menos supiera de mi

-¿Qué haces en el bosque? Para empezar... ¿quien eres?

Empezaba a cansarme de aquellas preguntas y traté de esquivarlas mientras pudiera.

-Qué pasa, ¿No puedo andar por aquí? Ni que el bosque fuese tuyo. (Dije muy tajante al extraño)

-No me refiero a eso, pero... el bosque puede ser muy peligroso si no andas con cuidado... (El chico sacó un tirachinas y alcanzó a una larba gigante que había tras de mi a punto de subirseme encima)

-¿Quién dice que no ande con cuidado?

-Pues no parecía que hubieses visto a ese bicho (rió un poco y tendió su mano). Soy Deku, encantado de conocer a una cara nueva.

-Déjame (me di la vuelta y seguí andando ignorandole por completo)

Oku me agarró de repente y tiró de mi hacia atrás al mismo tiempo que a mis pies se activaba una trampa para osos sin llegar a herirme por la rapidez del chico.

-Te he dicho que vayas con cuidado (dijo haciéndose el importante)

-G-gracias pero yo puedo cuidarme sólo.

Decidí hacerme pasar por un chico, suponía que si lo hacía estaría menos en peligro. Seguí caminando esta vez con más cuidado y observandolo todo.

-Si tu lo dices... (respondió a lo anterior) No se ni como te llamas por cierto...

-¿Por qué he de decírtelo?

-Porque... mmm... (dijo pensativo) no se, pero estás en el bosque... y has de saber que aquí, vivimos gente. (Observó a la chica) No eres de por aquí, ¿verdad?

-No (Dije seca) y lo se, pero el mundo es de todos, y quiero despejarme, si? Ahora deja de molestarme.

Seguí caminando enfadada sin prestar esta vez mucha atención.

-¡Cuidado! (Gritó Deku)

Oku agarró a Azazel y los dos cayeron por un precipio bastante profundo que daba lugar a una pequeña aldea. El pequeño chico rodeó con los brazos a Azazel protegiendola de la gran caída mientras rebotaban por las rocas.

-¡AHH! (logró decir Deku en una caída fatal)

En lo más profundo de EmelfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora