Strange | 2Jae.

III.

YG.

Serví el desayuno al que para mí seguía siendo un extraño, saber su nombre no me garantizaba conocerlo del todo, en realidad uno nunca termina de conocer a las personas, creo que en realidad ni siquiera uno mismo se conoce del todo, tenemos un consciente, subconsciente e inconsciente que lo garantiza, pero volviendo al tema principal, sin desvíos, el extraño llamado JaeBum no había vuelto a hablar, su mirada parecía perdida, no había brillo en ella ni mucho menos una gota de esperanza, ¿qué le tendría de esa manera?  ¿Tal vez amor? ¿Conflictos familiares? O tal vez lo más importante actualmente el dinero, los problemas económicos llevaba a un gran porcentaje de personas al borde del suicidio, JaeBum parecía alguien humilde, no adinerado, y no, ¡No! No lo juzgaba por sus ropas, no soy ese tipo de persona, para nada, sólo digo que parece alguien de origen humilde.

–Hey, chico, ¿no piensas decir nada?- Fue lo único que me me atreví a decir y que al parecer quitó al extraño de sus pensamientos por un momento, pues no obtuvo respuesta alguna, el chico sólo siguió comiendo como si no hubiese un mañana, como si no hubiese comido hace un buen par de días.
–Lo mínimo que merezco es un gracias, ¿no crees? No te obligo a que cuentes tus problemas ni mucho menos que me des dinero, no quiero nada a cambio por lo que he hecho, no pienses eso pero al menos habla, di algo.–

Pasó un buen rato, el café contrario se había acabado por lo que serví un poco más en su taza, sentía su mirada fulminante en mí por lo que apenas dejé la cafetera a un lado le vi también, el chico era apuesto, ojos pequeños y de bonito color, lunares curiosos y facciones bastante masculinas que estaban marcadas con golpes bastante prominentes.

—Gracias, Choi YoungJae, por cuidar de mí toda una noche sin saber quién soy, por todo, te debo la vida.– Habló secamente pero parecía sincero, no lo niego, pero seguía pareciendo extraño, despertaba cierta curiosidad.

OM.

El ambiente en la cocina era extraño, de alguna manera tenso e incómodo más para Choi que para Im pues éste último parecía estar ahogándose en un turbio mar de pensamientos, estaba llegando a un punto en el que dejaba de respirar todo el tiempo que podía para luego volver a hacerlo agitadamente.

Ambos habían terminado de desayunar, el silencio reinaba por todo el lugar por lo que YoungJae no encontró nada más que hacer que levantarse para lavar la vajilla utilizada y guardar todas las cosas que había sacado para hacer el desayuno.
Mientras lavaba tarareaba una suave y armoniosa canción 'City of stars', canción que JaeBum escuchó, deleitándose con ella y aprovechando a su vez de analizar la silueta que tenía frente a él, no parecía alguien tonificado, cabello castaño, rostro similar al de una nutria, facciones perfectas y un lunar bajo su ojo que había alcanzado a ver cuando lo vio en la mañana, su apariencia y personalidad eran dulces y lo mejor de ello es que era sincera, dulzura sincera pues actualmente la dulzura traía consigo intereses personales de las personas, siempre con el objetivo de conseguir algo, eso JaeBum lo tenía más que claro, sabía bien de ello.
El chico era especial, sumamente especial, fuerte, capaz de detenerse a ver a su al rededor y ayudar a quien lo necesita, curioso pues personas como él no quedaban y eso convertía a YoungJae en un ángel para JaeBum, haciendo hasta sentirlo afortunado de toparse con él.
Sin embargo el último nombrado sabía muy bien que un ángel no merecía toxicidad en su vida ni mucho menos preocuparse por alguien como él, YoungJae no merece ello y JaeBum no merece la presencia de YoungJae en su vida, eso pensamiento bastó para que Im tomase la poca dignidad que le quedaba para levantarse y dirigirse hasta el refrigerador donde se encontraba un marcador y una pequeña libreta donde estaba anotado lo que Youngjae debía comprar en el supermercado, "-Adorable- Pensó Im." Y simplemente tomó el marcador para escribir: