Emily

6.4K 64 7
                                    


Demian me observa y puedo sentir mi piel caliente. Sé lo que está a punto de pasar y me avergüenza saberlo, sin embargo, lo espero con ansias. Soy un manojo de nervios cuando entro a su habitación en silencio. ¿Cuántas veces pensé en esta situación? Quizás la repuesta en miles. Millones, infinitas veces. Trago duro, cerrando la puerta a mis espaldas.

Esto es una locura, una de las más grandes que haré en mi vida. Mientras todos se divierten abajo. Mientras la música retumba en la casa de quien me gusta. Mientras Carolina, la novia de Demian esta abajo, yo estoy en su pieza. Expectante.

Muerdo mi labio y entonces soy decidida en sacarme mi vestido negro, pegado al cuerpo. Observo al chico que está en frente jadear mientras lo hago, y eso me alegra. Esta afectado como yo lo estoy. No es indiferente a mí como yo no lo soy a él. Siento mi pulso disparado, un poco de mareo por los vodkas que me dieron el valor de seguirlo. Y la calentura, lo mojada que me siento me hace sentir con ganas de llegar al final.

¡Al demonio la perra de Carolina! ¡A la mierda Patrick, mi ex! ¡A la mierda mi dignidad! ¡Viva mis ganas de coger! ¡Viva!

Cuando el vestido cae en mis talones estoy semidesnuda, en presencia de esos ojos ambarinos que me miran intensamente. Brillan del deseo y estoy completamente segura que mi mirada le corresponde. Doy un paso al costado y acto seguido me saco mis zapatos de tacón. Lo hago inclinándome lo justo para dejar a la vista mis firmes pechos. Otro jadeo por parte de Demian me hace saber que lo logré.

— ¿Entonces, te desvestirás o solo seré yo? —digo enarcando una ceja. Aparentando tranquilidad aunque estoy temblando. Todo en mi tiembla. 

Acto seguido observo como él saca su polera* de color azul. Veo su pecho y pectorales marcados. Trago duro porque cada cosa se está volviendo más excitante. Cuando se quita su pantalón veo su incipiente erección a través del bóxer. Sonrió como estúpida, porque sí que estoy impaciente para que su pene de hunda en mí.

Doy pasos hasta Demian de forma lenta, evaluando que haré en este momento. Cuando estoy a pasos de él me doy vuelta bajando mi ropa interior de forma lenta. Puedo ver como da un paso y su erección da a un costado de mi trasero. Gimo despacio y me levanto. Puedo sentir sus manos tomando mis caderas y sus besos en mi cuello. Demian empuja su cuerpo hacía el mío, frotando su erección en mi piel desnuda. Su mano derecha va a mi entrepierna y la acaricia.

En ese momento soy solo respiración entre cortada. Mete su mano en mi zona íntima y me retuerzo entre su brazo firme que sostiene mi cintura. Sus dedos hacen estragos en mí. Me hacen murmurar cosas inteligibles. Me hacen perder la razón.

Siento calor, fuego donde toca. Con sus labios en mi cuello y sus caderas frotándose en mí. Sus dedos hurgando y tocando mi punto más sensible puedo sentir que tiemblo. Porque un orgasmo fuerte, caliente se expande por mi vientre y puede ver cómo un poco de líquido corre por mi muslo.

Acto seguido, Demian saca sus dedos de ahí. Aún caliente y mojada me doy vuelta, no sin antes de que él desabroche mi sostén. Cuando nos miramos, pareciera ser que desaparece todo a nuestro alrededor. Ahora es él quien está desnudo delante de mí. Con su pene levantado, erecto por mí.

Me apega a su cuerpo y me besa de forma pasional. Su lengua recorre mi boca y luego al juntarse con mi lengua empieza una lucha. Siento su erección pegada a mi parte intima, bajo mi mano y la acaricio. La tomo y masajeo. Un gemido escapa de nuestros besos y ya no puedo más. Lo quiero dentro de mí. Quiero su dureza invadiéndome.

Al separarse se da vuelta unos instantes, buscando en su cajón lo que supongo en un condón. Cuando lo tiene en sus manos me lo extiende y capto enseguida lo que desea. Lo tomo y abro delicadamente. Los dos no queremos que nada salga mal. No queremos un bebe en mi vientre. Solo queremos apagar el incendio que se prendió hace unos cuantos meses.

A SolasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora