Sin duda, ella

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Kiara miró la hora ¡¿6:46 AM?! Tenía que correr a vestirse. Sus papás no se habían levantado con el despertador. Ella vivía a dos cuadras y media de la escuela, así que se puso el guardapolvo, agarró la mochila, desayunó y salió para la escuela a las 7:45, no sin antes despertar a sus papás, avisarles, y decirle que llegan tarde al trabajo. Ah sí, me olvidé de contarles, sus papás se llamaban Adrián y Romina, él tenía 43 y ella 41.

En el camino se encontró con Marco, y fueron caminando juntos hasta su escuela.

-¡Boluda! ¡Hola!-le dijo él, desde atrás.

-Holis-saludó ella, dándose vuelta y sonriendo-. ¿Por qué no invitaste a Leda al anfi el sábado?

-¿Por qué lo haría?-preguntó él, acelerando la marcha para ponerse al lado de Kiara, mientras bajaba un poco la cabeza, tal vez por la lluvia, o tal vez por el sonrosado de sus mejillas.

-¿Pensás que no me di cuenta de que te gusta? Se nota a tres kilómetros de distancia campeón.

-¿En serio?-indagó, poniendo los ojos como platos-Bueno sí. Un poco. ¿Le podés preguntar si le gusto? Pero disimuladamente. Y no le digas que fui yo. O mejor no. Sí. No hagas nada.

-Lo voy a hacer. Y te aviso. Por avión.

-Bueno. Gracias. No sé qué onda. Te diría te quiero, pero como que no da. Vos entendés -expresó, y después sonrió-.

-Sí sí sí, entiendo. Yo también. Ah re. Jajaja-comentó, y luego guiñó un ojo-.

Llegaron a la escuela 8:05, y el timbre sonaba a las 8:00, así que se tuvieron que comer el himno en la entrada. Pero no era como siempre, nadie de su grado estaba respetándolo. Ni si quiera las chicas. Todos cuchicheaban.

Kiara se quedó mirando, tratando de desentrañar aquel misterio, hasta que encontró la causa de aquella polémica; había una alumna nueva, vestida de gris y negro, con unos rizos marrones, no la había encontrado porque estaba primera en la fila, y en la entrada se veía de atrás. Rara, muy, pero muy raramente, Erick era el único que no charlaba. Increíble, pensó Kiara, pero, cuando pasaba la bandera por detrás y todos se daban vuelta y aplaudían lo entendió. Bueno, no entendió todo, porque era imposible entender todo ahí, en la entrada de la primaria n° 354 de Lomas De Zamora, pero entendió por qué su amigo no chusmeaba, era ella; "Ojos Verdes" ¡Sí! Era ella, no cabía duda, ni si quiera sonreía, era seguro. Pero... ¿Cómo? Y... ¿Por qué ella y él habían tenido el mismo sueño? Pero notó otra cosa, no eran ellos los únicos sorprendidos, cuando la mirada de esa chica se posó en los ojos color miel de Kiara, Ojos Verdes se quedó helada. Sus miradas se cruzaron, pero ninguna la apartó al notar que la otra también la observaba. Se examinaron mutuamente.

Justo entonces, Kiara sintió un leve golpe en su espalda, era Mateo, ella ya había olvidado que permanecía en la entrada esperando que la canción terminara, ni siquiera lo notó cuando sucedió, eso era lo que aquel aviso pretendía notificarle.

Mientras se sumaba a la fila, atrás de Camila, antes de Leda, en tercer lugar, y la directora anunciaba los avisos del día, ella veía a la extraña con curiosidad, así que pensó en que la invitaría a sentarse con ella, le diría a Alex que se sentara con Leda adelante suyo. Sí. Eso era lo mejor. Así hablaría con Ojos Verdes-de paso le preguntaría su nombre- y además podría averiguar sobre los sentimientos de Leda.

Kiara se acercó a Ojos Verdes y le hablo:

-¡Hola! Soy Kiara. ¿Cómo te llamás vos? ¿Querés que nos sentemos juntas y así charlamos?

-¿Qué pasa? ¿No tenés amigos que tenés que ir atrás de la nueva? ¿O sos la delegada, y tenés que hacer que todos se sientan acogidos? No gracias, no quiero ni tu pena ni tu desesperación-la rechazó, despreciativa-. Por cierto, me llamo Antonella, aunque dudo que te importe.

A continuación, justo después de pronunciar la palabra "importe" se sienta en un banco individual. Sola.

Kiara se sentó en su asiento habitual, pero ésta vez no era Alex la que la esperaba en el asiento de la izquierda, sino Leda. Bueno, no es bingo, pero línea es, pensó ella.

-No vino Alex, así que pensé que... bueno, vos sabes-anunció, con mucha vergüenza Leda-. Si no te parece, no hay problema-se ratificó, levantándose-, puedo irme.

-No, no hay problema. Quedate. Si querés, obvio-contestó, atajándola, para evitar que se vaya con su mano derecha-.

-Bueno... Está bien-aceptó, sonriendo tímidamente, ella-.

-Eu, ¿A vos te gusta Marco?, voy a ser directa, porque no quiero que la conversación se vaya por las ramas y no pueda preguntarte esto-investigó Kiara, sin ni el tacto ni la discreción prometidos-.

-¿Te lo pidió él?

-Yo pregunté primero.

-Y yo segunda.

-Sí-dijo Kiara, muy pero muy firme, sin ni siquiera titubear, ni pestañear-.

-S-si-sí. Un poco. Si él te lo preguntó, significa que él también... él...-insinuó, tartamudeando-él...

-Él también gusta de vos, sip.

Los ojos marrones tirando a rojo de Leda, se volvieron totalmente luminosos, y su cara de tensión, se relajó y se le veía una sonrisa vergonzosa, pero radiante.

-¿Se lo vas a decir?-siguió Leda, sin dudar, como nunca había acostumbrado a hacer- A Marco.

-No-mintió-.

-¿Por?

-Vos lo deseas más, ni siquiera me menciones, vos solo decí que te enteraste. No le digas lo del pajarito, eso es estúpido.

-Te quiero, gracias, no sé lo que haría sin vos.

-Bueno, en unos años lo vas a comprobar-avisa, y a continuación, ríe, con su manera tan especial de hacerlo, entrecerrando los ojos, y sonriendo casi de oreja a oreja, es decir, que parece una risa forzada, de tanto que fuerza su boca al reír-.

Leda la acompaña con su risa personal, en la que mueve su cuerpo adelante, de una manera exagerada, y hace un sonido de como si se hubiera estado aguantando de exhalar los últimos ocho años. Cuando ríe mucho hace el sonido de un chancho.

El pequeño plan casi improvisado de Kiara era contarle en avión a Marco, como habían acordado, para que él esté preparado cuando Leda le hablase. Ella sabía que Leda no se lo diría inmediatamente, era demasiado tímida, bueno, él también, ambos. Así que solo consistía en tirarle el avión, contarle la situación, que se prepare, todos contentos y nadie se entera.

Esto es lo que puso:

Che crack ganador de la vida, ¡Dijo que sí! Oficialmente, ella gusta de vos, Marco. Leda estaba encantada, te lo juro, suerte. PD Estoy dispuesta a ayudarte en alguna sorpresita de novios jaja naa.

Kiara.

Ojos VerdesWhere stories live. Discover now