Incidente en el laboratorio

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Hoy iba a ser un día normal, sin promesas, sin problemas, sin rarezas, sin desilusiones. Iba. El día comenzó normal. Se despertó tarde, se cambió, saludó a sus papás, y se tomó el bondi. Llegó a la escuela a una hora justa, muy justa, dos minutos antes de que la campana sonara, pero aun así tuvo tiempo para saludar a Milagros y a Azul, ellas eran chicas del otro grado, sus amigas.

-¿Van a ir al anfi mañana?-preguntó Azul, muy animada.

-Ay. Están re pesados con eso che-contestó, cansada, Milagros-ni en pedo voy a ir con esa manga de maricones.

-Y yo tampoco sé, chabón o sea, son re idiotas, pero si vamos todas juntas capaz que la pasamos más lindo-propuso Kiara, ilusionada de ir con sus amigas del jardín-.

-Sí, obvio, yo me anoto, pero si va Fati-condicionó Milagros a sus dos amigas-. Y también puede ir mi novio ¿No?

-No sé, o sea iba a ser una salida de chicas, que vaya Fátima, siempre la quise conocer, pero no sé si da para que vaya Bruno, en ese caso invitamos a Cristian y a Fede y ya fue, es lo mismo que lo que teníamos antes-rechazó y al mismo tiempo aceptó las condiciones Kiara-.

-Sí, tiene razón, Mili-avisó Azul-. Vayamos solo nosotras.

-Es cierto-aceptó Mili-. Está bien, solo nosotras y Fátima, sin chicos. Kiarita, ¿Antonella es tu amiga? Ella también podría venir.

-No, no lo es, pero seguro que la puedo convencer-ofreció Kiara-. Les aviso en el recreo.

-Te esperamos-la notificó Azul-.

-Hicieron la tarea, ¿No?

-Sí, yo...

En ese momento sonó la campana. Un nuevo compromiso. Mierda. Sentía que era una tendencia eso de comprometerse hasta con los perros. ¿En qué estaba pensando? No podría hacerla su amiga ni en un millón de años, Ojos Verdes era más difícil que su tarea de historia.

Hablando de eso. Recórcholis. Increíble. Batió su récord de mala suerte, bueno, más que mala suerte, estupidez. Hoy tenían que ir al laboratorio del primer piso, y ella, obviamente, no había traído los materiales. Sí, era trabajo en grupo, seguro que su amigo Walter, el abanderado, había traído todo. Se puso en grupo con él y su grupo (con Bianca y Graciela, la mejor amiga de Wally (Kiara era la única que le decía así).

Se dispusieron a ir al laboratorio de la planta alta, tenían una hora-escolar, de cuarenta minutos-ahí, hasta el recreo. Y tenía algo para hacer además de dibujar la célula que vería en el microscopio y marcar su núcleo; convencer a Antonella de ir con ellas al anfiteatro. Ya habían pasado unos días desde aquel incidente, así que seguro que ella ya lo había olvidado. Sí, seguro. Ojalá. Ella tenía un plan basado en la sociabilidad con las chicas de su amigo Wally.

-Che Wally, -lo llamó Kiara-¿Cómo te llevás con Anto, la nueva?

-Bien, juega con nosotros en los recreos, a la mancha-le respondió con naturalidad, pero a medias, porque estaba acomodando algunas cosas de su banco, ni la miraba-.

-¿Decís que pueda estar con nosotros en el grupo? Digo, porque está ahí solita, estaría bien ¿No?

-Sí, si querés preguntale. De todas formas nos falta alguien.

-No, no, no. Decile vos. Plis.

-Bueno, va.

-Grax

-De nada, pero agradeceme cuando la traiga acá para hacer grupo con nosotros.

Dicho esto, su amigo fue al banco de Ojos Verdes e intercambió algunas palabras, pero Kiara no llegaba a escuchar lo que decían. Ella estaba con su habitual expresión de desgano, hasta que Walter dijo algo gracioso, seguramente, porque los dos comenzaron a reírse, e, indudablemente, ella aceptó, porque se acercó al banco de Walter en donde Kiara se había sentado sin saber cuándo ni cómo, probablemente por estar totalmente inmersa en ver el resultado de su amigo con aquella misteriosa chica.

Ojos VerdesWhere stories live. Discover now