-¡Ouch!- en ese momento el payaso abrió los ojos como platos y pegó un pequeño brinco. La verdad es que lo habia hecho con toda la fuerza que tenia, se lo merecía por meter sus narices en donde no le incumbe.
- Ay, ¿Te dolio? Disculpa.. es que soy tan torpe que no puedo mantenerme sobre mis dos pies- lindo sarcasmo, ¿No?
- Ja.. muy chistosa.- okay... su expresión ahora es totalmente diferente a la de hace unos segundos atrás. Ya no se reía, sólo me miraba con una cara para nada amigable y con el ceño fruncido. Si que tenía unos ojos muy impactantes cuando se enojaba.
- Tú te lo buscaste. Me estás molestando y me metiste en problemas el primer dia de clases ¿Quién te crees?- crucé los brazos debajo de mis pechos y lo miré, esperando a que me diera alguna respuesta.
- Pff, enana. Soy alguien con quien no quisieras tener ningun tipo de problema. No te conviene.- dijo, mientras me mostraba una sonrisa cínica. Sus ojos me analizaban de arriba a bajo, como si quisiera descubrir que es lo que estaba pensando en ese momento.- Además, eres tú la que inició todo este problema. Casi me dejas sin un ojo ¿Lo recuerdas?
- ¡Oh vamos! ¿Ahora resulta que eres una delicada princesa? Créeme si hubiera querido dejarte sin un ojo, ya lo habría hecho. Y que quede claro, no me importa quien seas, lindo hijito de papi, pero no te tengo miedo.
*Roar, muy bien, ¡asi se hace! Muestrale a ese payaso quienes somos.*
- Vaya.. tu si que eres todo un caso. No te caería nada mal cerrar esa pequeña boca tuya de vez en cuando sabes. Algún dia te meterá en aprietos enana.
- ¡Y deja de llamarme enana! ¡Maldito payaso! - okay.. esto sonó mas a un berrinche que a un grito serio.
-¿Por qué? ¿Acaso estoy mintiendo? Solo mirate.
En ese momento se paro cerca a mi y con su mano empezó a comparar nuestra diferencia de tamaño.
- Jaja ¿Lo ves? - su estupida sonrisa habia vuelto.
- Ya cállate. Que quede claro que no soy enana,mido 1.65 , el problema aqui es que tu eres como un maldito poste de luz.- dije mientras lo empujaba lejos de mi.
-Ajá, si, como no.
Para suerte mía, en ese instante toco la campana de cambio de hora. Por fin era el receso que tanto habia esperado, por fín vere a Alya y podre dejar de ver la horrible cara de este sujeto.
*Wow.. wow.. tranquila chica. Tampoco diria que este tipo está tan mal ¿No crees?*
¿Sabes? Tambien estoy anciosa por dejar de hablar conmigo misma, esto ya no es normal.
-Bien, ¿Escuchaste eso? Fue la campana, lo que significa que ya es hora de que tu tomes tu camino y yo tome el mío. - le dije, mientras le hacia una seña con la mano para que se fuera, en serio ya estaba cansada de él y su actitud.
- Sí, la escuché. Por suerte hoy no me dejaste sordo- rodó los ojos y dicho eso salió del coliseo a quien sabe donde.
Ag. Este chico si que es un dolor de cabeza, mejor lo hubiera dejado mudo.
Recogi mi mochila que habia dejado en las gradas y me fui en busca de Alya. Seguramente ahora está en la cafetería esperándome en alguna mesa. Me dirigí para aquel lugar y una vez que llegué busqué con la mirada a mi amiga. Para mi mala suerte, el lugar estaba repleto de gente , todos ya estaban sentados en grupos y almorzando. Seguro esto se debe a la llegada de los chicos nuevos.
Miro a mi alrededor y sí, todas son caras nuevas, por un lado veo a los eruditos, por otro a los artistas hablando muy entusiastas y dibujando sobre las mesas. También llegué a ver a una que otra persona del grupo de canto practicando. Y por supuesto, al famoso grupo de deportistas, que al parecer todos ya se conocían ¿Acaso he visto bien? El payaso y Luka estan en la misma mesa y hablando muy animadamente.
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¿Te odio?
FanfictionSINOPSIS Si tuviera que elegir tres palabras para describir lo primero que se me vino a la mente cuando te conoci... sería: horror, odio y .. curiosidad? (Por no decir un irremediable deseo de saber mas de ti. Aunque no quiera admitirlo ..claro está...