Cap-10 Me tendieron una trampa

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Mis parpados se sentían pesados al igual que mi cuerpo, poco a poco fui abriendo un ojo , para luego lograr abrir el otro. Lo primero que pude ver  fue mi ventana, la cual estaba cubierta por una cortina rosa, obviamente ya era de noche, pues habia poca iluminación en mi habitación ¿Qué hora será? Bueno, no importa, lo único que realmente importante es lo cómoda que estoy justo ahora, en serio amo mi cama y amo mi almohada.

En ese instante me quedé mirando al vacío, me encontraba perdida entre mis pensamientos. No se porqué, pero sentia que algoe faltaba, o mejor dicho, que me olvidaba de algo muy importante ¿Pero qué?

Volví a cerrar los ojos, en un vago intento de recordar aquello importante.

Abrí los ojos de golpe y RAYOS. ALYA. LA FIESTA. ES DE NOCHE.

Mrd.

Me levanté dejando de lado toda la pereza que tenía y me fui directo a prender la luz del cuarto. Vi la hora que marcaba el reloj y para mi mala suerte eran las 7:45 pm . Oh no, Alya vendría en cualquier momento junto a las chicas y no me he arreglado.

* Incluso sigues despeinada desde la mañana ¿En serio eres chica?*

¿Tú nunca te callas?

Corrí hasta mi armario en busca de algo decente que ponerme. Se que Alya me dijo de que no me cambiara, pero obviamente no podian encontrarme vestida con la misma ropa desde la mañana. Asi que opté por escoger una pantaloneta negra junto con una blusa blanca, de ese modo estaria cómoda hasta que llegaran. Me dirigí a la ducha e intenté no demorarme una eternidad como de costumbre, ellos podrian llegar y honestamente no sería nada lindo abrir la puerta en bata de baño.

Cuando por fin terminé, me puse a secar mi cuerpo con la toalla y aproveché para cambiarme ahí mismo. Regresé a mi habitación y por primera vez en todo el día, peiné mi cabello, para luego arreglarlo y hacerme una cola de caballo alta.

¿Realmente necesito maquillarme?

* Amm. ¿Obvio? No es posible que quieras ir a una fiesta y no te arregles como se debe. Eres tan femenina como un niño de preescolar.*

Primero que nada, yo no quería ir a la fiesta, Alya fue la que me obligó. Segundo, en lo ultimo puede que si tengas razon..

*Te lo dije*

En ese momento tocaron el timbre de mi casa dos veces e instantáneamente supe que era mi amiga. Nosotras simpre hacemos eso cuando vamos a nuestras casas de visita, es algo asi como nuestra señal.

Bajé las escaleras hasta la sala y caminé en dirección a la puerta para luego abrirla.

— ¡Hola Marioneta! —Alya se abalanzó sobre mi y ambas caimos en la alfombra que se encontraba en el piso.

— Ouch, H-hola chica loca — dije mientras la empujaba lejos de mi y me reía por el dolor que me había provocado.

— Jaja disculpa, es que realmente estoy emocionada, por fín podremos divertirnos como se debe— se levantó a duras penas del suelo y se puso a bailar en medio de mi sala. En serio amaba a esta chica.

— Entiendo de que estés emocionada pero ¿Esa es razón suficiente para agredirme? Te puedo denunciar ¿sabias?— le dije sumamente seria.

No pasó ni un segundo y ambas partimos en risa de nuevo.

— Jaja bueno ya Mari, basta de juegos, yo estoy aqui para algo serio. Tú, yo, a tu cuarto ahora.

*Eso sonó como muy doble sentido. Esta tipa esta loca.¡ Me encanta! Por eso somos mejores amigas de la niñez.*

¿Te odio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora