Seis.

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Desperté fresco y cómodo. Al abrir los ojos me percaté de que Yoongi no estaba a mi lado. Pero me tranquilicé al recordar que antes de ayer me había dicho que debía atender a alguien hoy en la mañana, así que solo me levanté y me duché tranquilo.

No quería comer solo. La idea de no tener en qué pensar más que lo que pasó ayer me deprimía. Así que decidí ir al restaurante de SunHee y aprovechar para hablar con ella respecto a mi sentimiento de culpa. Ella sabía mucho sobre amoríos y solía darme consejos y hablarme sobre mi suerte según los astros y otras cosas místicas del universo.

Me puse la ropa más cómoda que encontré y partí rumbo hacia el restaurante.

En la ciudad se respiraba olor a domingo, la mañana me abrazaba con su olor a pan recién hecho y su cálido sol que saciaba el gran frío. Mientras caminaba, un olor familiar llegó a mí. Me teletransportó a cuando era niño, una mezcla de colonia de bebé y crayones.

Dejando de lado las cursilerías de mis sentidos, tardé en llegar al restaurante gracias a un perro que me conmovió con su rostro. Le miré, me miró, y le acaricié la cabeza con cuidado. Luego seguí caminando, pero el perro me siguió.

- Hey, ya basta. Quédate aquí. En el restaurante no permiten perros.

El perro me miró con ojos irresistiblemente conmovedores, y suspiré por mi blandeza de carácter.

Seguí caminando aún con el perro siguiéndome, hasta que llegué a mi destino.

- ¡Taehyung-ah! ¡Qué sorpresa verte por aquí! Nunca vienes los domingos-. Dijo SunHee riendo.- Pasa, siéntate. Te traeré algo, pide lo que sea.

SunHee se paseaba de un lado al otro ordenando y limpiando la mesa, siempre decía que había que optimizar el tiempo, ya que es lo más valioso que una persona puede tener.

- Te ves radiante hoy Noona. ¿Dormiste bien?

- Como un bebé, TaeTae.

SunHee era una anciana que no aparentaba más de sesenta años, de aspecto elegante, como esas personas que da gusto observar su forma de hablar y reír, siempre llevaba lápiz labial de un fuerte color rojo, tenía una tez pálida y cabello blanco y ondulado. No me di cuenta de su edad hasta que la conocí más y me contó su relación con la dictadura de 1973, y me sorprendió saber que tenía casi ochenta años.

- Ahora, ¿Qué se servirá el príncipe del barrio?-. Sacó su agenda para tomar nota.

- Tráeme de esas tortitas que preparas, por favor, son deliciosas.

- Lo que gustes, ¿Para beber?-. Preguntó.

- Una malteada.

- Está bien, vuelvo enseguida-. Se iba a dar la vuelta, pero paró en seco al recordar algo.- Por cierto... Tienes muchas cosas que contarme jovencito-. Me dedicó una mirada picarona y posteriormente se dirigió a la cocina.

Suspiré exhausto. Al fin se me había ido de la cabeza el tema de Jungkook, y SunHee me lo recordó. Como sea, tendría que acostumbrarme, ahora que Jungkook volvió, dudo que se vaya. Es obstinado y siempre consigue lo que quiere.

Saqué mi celular para escribirle un mensaje a mi novio.

Yoongi, ¿Cómo vas con el trabajo?

YoongiMA❤️

Tengo que hacer unos trámites complejos 🙄. Sácame de aquí amor.

Tengo ganas de estar comiendo contigo.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2020 ⏰

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