Love Slave [NamJin]

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-Pero si no fue eso lo que lo hizo enojar, entonces, ¿Qué sucedió?- Espetó uno de los jóvenes alrededor de Namjoon.

-Sigo sin tener idea amigo, pero creo que alguien le ha dicho algo y sumado a eso se lo ha creído. Por eso me siento tan mal, por eso estoy aquí...-

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-Bien príncipe, ¿Dónde quieres ir? Podemos ir a la sala de juegos, al parque, tu eliges. Traje mi auto así que si no quieres caminar me dices- Señalé mi lindo Hyundai veloster que estaba estacionado cerca. Un regalo de mi padre por supuesto. Yo con mi trabajo en un estudio nuevo no podría pagarlo -Mientras podamos hablar y conocernos un poco más... Después de todo estaremos unos meses juntos- Dije tratando de conservar la calma y que no se notara lo emocionado que estaba. 

La realidad es que luego de lo del bar pensé muy bien y nunca quise tanto que mi amigo gane la apuesta, por lo menos esta vez. Consideraba este "castigo" como una oportunidad de acercarme al hombre perfecto y probar como sería una relación de verdad con él, porque vamos, si realmente fuéramos pareja sólo existiría él en mi mapa.

En mi rastreador no habrían otras bolas del dragón, sólo dos y pertenecientes a la misma persona. Okay, eso fue asqueroso, pero me pareció bastante divertida la analogía. 

En fin, estoy algo preocupado así que quisiera decirle toda la verdad del asunto, quedar limpio de culpa y ofrecerle mi servicio de esclavitud de todas formas esperando que aún así acepte, pero primero debería hablar con mi enano amigo. Duele decirlo pero quizás él lo conoce más y mejor que yo, aunque sea por un par de meses.

Por primera vez en mi vida quería hacer las cosas bien y dejar toda mi estupidez atrás. No puedo cambiar el pasado, pero si puedo cambiar mi futuro, mientras lo incluya a él.

Vaya, que cursi.

-Uhm, está bien si vamos caminando, me gusta ver como caen las hojas en esta época y...¿Podemos ir por un café primero? Creo que tengo un poco de frío, además podríamos conversar un poco- No hizo falta que dijera una sola palabra más y asentí, tomándolo por el hombro.

-Nam, ¿Q-Qué haces?- Nos frenamos en seco y vi su mirada algo confundida, sus mejillas estaban rojas, que tierno. 

-Pues... Me dijiste que tenías frío, ¿No?- Se me escapó una pequeña sonrisa viendo su cara de cachorro perdido.

-Pero... Tengo mi chaqueta aquí- Levantó su mano y vi su lindo abrigo rosa. Expresé un casi inaudible "oh" y me alejé de él esperando para que se pusiera su abrigo ligero. -Aunque no me molesta que me abraces, ¿Sabes? Es algo incómodo porque aún no te conozco del todo, pero no me molesta demasiado- se cubrió la boca con una mano soltando una risita adorable y su abrigo a medio poner, alcé la otra manga y ayudé a que se la colocara completamente, como si fuera un niño pequeño.

Incluso yo me sorprendí con mis acciones, jamás actué así con alguien. Ni siquiera con mi primer novia ni con mi último novio. Nadie pudo hacerme sentir de ésta forma antes. Y definitivamente intentaría con todas mis fuerzas que Jin fuera el único al que tratara así en toda mi vida.

Esta vez le tendí la mano, supuse que sería mejor empezar un poco menos brusco. Para mi sorpresa él la tomó encantado y así caminamos hasta la esquina. Íbamos caminando muy lento, y yo encantado.

No es que no quisiera llevar mi auto, es que realmente era linda esa sensación de caminar a su lado mientras las hojas caían demostrando que el otoño había llegado. Para ser un domingo no se sentía así para nada. Esto era algo que me había imaginado desde hace un tiempo, seis o siete años atrás para ser un poco más exacto. No me juzguen, era un niño cobarde. Ni siquiera sé de donde saqué el coraje para estar aquí, mi interior estaba gritando como loco. Si la película de los muñequitos dentro del cerebro que controlan las emociones fuera cierta, probablemente estarían gritando mientras corren en círculos chocando unos contra otros.