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¿Recuerdan la primera vez que se enamoraron? como tu estomago se contrae cada vez que la persona de tu afecto pasa siquiera unos metros delante de ti o como simplemente sientes tus piernas debilitarse cuando este te dedica unos segundos de su vida ¿si? bueno, es exactamente así como me siento en este momento con Draco Malfoy sentando frente a mi en el pequeño compartimiento del hogwarts express a solas.

No es como si fuese algo nuevo, en realidad todos los años me siento en el mismo vagón con las mismas personas: Draco Malfoy, Vincent Crabbe, Gregory Goyle, Theo Nott y Pansy Parkinson quienes, a pesar de ser unos obsesionados de la sangre pura y de la casa Slytherin, suelen ser bastante divertidos y fáciles de tratar por lo que mi estancia en la odiosa casa Slytherin no es tan mala después de todo.

No es que odie a Slytherin, en realidad odio lo que Slytherin significa para mi familia, mas precisamente mi madre. Ella solía ser una Slytherin orgullosa en sus días de estudiante, mas bien parecía ser la chica popular de Sltyherin en ese entonces y, como era de esperarse, la refinada señora Lilith Seyre deseaba el mismo futuro para su primogénita...yo. No puedo decir que me vaya del todo mal en Slytherin, soy una de las mejores estudiantes de mi generación, favorita del profesor Snape y si no hubiese entrado aquí no hubiese sido compañera de Pansy, quien es mi mejor amiga y menos hubiese tenido la oportunidad de conversar con Draco Malfoy.

Recuerdo la primera vez que lo vi, fue en este mismo tren, ambos teníamos once años pero el parecía mucho mayor debido a aquella elegante forma de caminar y de portarse. Su cabello platino peinado perfectamente hacia atrás fue lo que llamo mi atención, ni siquiera los gigantes gorilas que caminaban un paso detrás de el como si su vida dependiera de ello. La pequeña yo de ese entonces solo tenia ojos para Draco Malfoy y su aristocrático rostro, me encontraba perfectamente embobada con sus pálidos ojos grises y la manera en la que enroscaba la nariz cada tanto alguien se le acercaba.

Exactamente como ahora.

No sabia con exactitud que hacer, ni siquiera como comportarme, era la primera vez que me encontraba sola en aquel vagón con Draco. Mi temperatura variaba de frió a calor en pocos segundos, sentía como las palmas de mis pálidas manos sudaban mas de lo debido, y eso que el chico solo se había limitado a leer un pequeño libro de magia frente a mi. Decidí que tal vez necesitaba aire fresco, quizás mis pensamientos podrían aclararse y seria aquella chica que con gran facilidad suele hablar con las personas, o atraerlas.

-Draco -le llame vacilante. -¿Te molesta si abro la ventanilla un poco?

El susodicho levanto la mirada con una expresión irritada, me encontraba perfectamente acostumbrada a sus miradas poco entusiasmadas por lo que no me afectaba en nada su comportamiento. Draco chasqueo la lengua al momento en que se levantaba con gracia del asiento de cuero del vagón y estiraba sus larguiruchos brazos hacia la ventanilla con la finalidad de abrirla. El suéter negro que había decidido usar ese día se subió tan solo unos centímetros dejando así al descubierto pequeños fragmentos de una pálida pero muy tonificada piel en donde mis ojos se habían perdido por unos segundos.

-Así esta bien -afirmo finalmente con la mirada puesta en mi rostro.

-Claro -respondí sonrojada después de aquel extraño momento. -Gracias.

Draco levanto las cejas una sola vez indicando que estaba al tanto de mi agradecimiento y prosiguió con su ardua lectura durante unos cinco minutos, minutos en los cuales yo simplemente vacilaba en mis pensamientos. El me había dejado completamente noqueada después de ese extraña forma de actuar, el nunca se había comportado así conmigo ¡es mas! de todo el grupo era con el que menos había interactuado, o quizás me encontraba muy tímida como para hacerlo, sea lo que sea Draco me había dejado en estado de muerte súbita.

C R E E P (Draco Malfoy fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora