BROKEN LOVERS ➳ Jungkook

나인

Las puertas del elevador se abrieron dentro de mi departamento, SunHee se encontraba en mi espalda inconsciente después de tanto beber.

—Jungkook...—Habló a lo bajo.

—Si supieras que te hice entrar a un elevador me matarías.

La coloqué en la cama dejándola descansar, le quite sus zapatos y la deje en el sofá ella se acomodó y me me dirigí a la pequeña cantina que estaba en la sala.

— ¿Por qué lo hiciste? —Serví un poco de Whisky. — ¿Por qué tomaste de esa manera?

La observe desde el otro lado del departamento.

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Llegué corriendo al Bar More Bar, me acerque al cantinero que estaba detrás de la barra atendiendo a la gente.

—Hola, ¿sabes si todavía está aquí una chica delgada, con piel pálida, cabello café castaño claro que le llega a la cintura, con un uniforme de trabajo, con piernas bonitas? —El chico me miro sin expresión.

—Hay una chica que tiene esas señas, estaba en la mesa cercas del baño.

—Gracias.

Camine con dirección a los baño y en la mesa que estaba distanciada de las demás se encontraba ella con tres botellas de soju alrededor de ella en el suelo, una botella de soju vacía en la mesa, mientras frente a ella una botella sellada y la otra la tenía empinada. Me acerqué a ella y me senté a su lado.

— ¡Hey! —Habló cuando le quite la botella. — Eso es mío.

—No tomes de esa forma.

—¿Tú quién eres para hablarme de esa manera? —Tomo la botella sellada y la abrió, comenzó a beber de ella.

—Jungkook. —Me crucé de brazos y la observe.

— ¿Luego? —Le quite la botella y las tire al suelo, provocando que se derramaran ambas.

— ¡Hey! —Gruño.— Mesero otras dos botellas de soju por favor. —Grito lo más fuerte que pudo.

— ¿Por qué me llamaste? —Me crucé de brazos.

—No tengo dinero. —El mesero llego con dos botellas de soju SunHee abrió una y bebió rápidamente de ella.

— ¿Por qué estas tomando tanto? Hace un rato te deje comiendo en casa muy feliz.

Mentira, ella lloró frente a mí en la mañana, pero inmediatamente se limpió las lágrimas y fingió algo que había pasado. Algo que la había destrozado. 

—No, estoy bien ¿Ok? —Termino la botella en un dos por tres.

—Deja de tomar. —Le quite la botella que estaba a punto de abrir.

—Dámela.

—No.

—Es mía. —Se cruzó de brazos.

—Si no quieres quedarte endeudada aquí es mejor que no sigas tomando.

—Pero tu pagaras.

—Si sigues pidiendo más, ten por seguro que no pagare ninguna.

Ella bajo la cabeza y comenzó a sollozar. La gente de al rededor nos comenzó a observar mientras yo miraba a SunHee.

— ¿Estas bien?

Ella negó.

Saqué mi billetera y deje cuatro billetes grandes tome a SunHee, como si fuéramos recién casados y salí de ahí con ella en brazos, camine al carro abrí la puerta como pude y la coloqué en el asiento trasero, mientras yo me dirigí al del piloto.

—SunHee... ¿Qué are contigo? —La mire por el retrovisor.

—Quererme. —Aún mantenía la mirada en el suelo.

Prendí el carro y comencé a manejar hacía mi departamento, ella en ocasiones lloraba y comenzaba a reír, la mayor parte del viaje se la paso llorando hasta que después de un largo rato ella se quedó dormida en el asiento trasero. Aparque mi auto en el estacionamiento del departamento, la tome entre mis brazos, me voltee y la cargué en mi espalda, llame al elevador y subí con ella dentro.

—Espero que no despiertes ahora...

Te daría un infarto.

El elevador tardo bastante en llegar mientras que yo rezaba por que ella no despertara, sabía que ella me golpearía antes de morir de un infarto, así era ella.

SunHee...

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—Vomito...—SunHee se paró corriendo hacía el baño que mágicamente encontró a un costado de las escaleras. Deje mi Whisky aun lado y me dirigí corriendo a ella, la encontré de rodillas frente a la taza del baño vomitando. Le tome el cabello para que no lo manchara y le comencé a acariciar su espalda.

—Tranquila, ya pasara.

—Jung...Jung...Jung...—Continuó vomitando.

—Tranquila.

Después de unos cuantos minutos de estar sosteniendo el cabello de SunHee y acariciando su espalda ella se sentó en el piso, jalo la cadena del baño y me miro.

—Soy una tonta.

—Lo sé.

— ¿Por qué no me dejaste en el bar o tirada por las calles?

—No digas eso.

—Es lo que merezco.

—No es así.

—No me cuides tanto.

—No lo estoy haciendo.

— ¿Aun me quieres como antes?

—No. —Las lágrimas en las mejillas de ella comenzaban a caer.

—Antes no te quería, recién llegas a corea, quiero intentarlo contigo. Pero tengo miedo. —Frunció el ceño.

— ¿De qué?

—De volverte a lastimar.

—Mi novio me ha lastimado. —Se limpió las lágrimas.

—Yo también lo hice...

[EDITADO: 8/Febrero/18]