Amor enfermizo

Capítulo 2- Recuerdos

Kagome hija despierta –dijo un anciano entrando a la habitación de Kagome para luego abrir las cortinas-

Cinco minutos más -respondió Kagome tapándose con la sabana-  aún es temprano abuelo.

Son las 6am, puede que aún sea temprano para otros, pero a ti se te hace tarde, tardas mucho comiendo y de aquí a tu nuevo trabajo duras 30 minutos en coche si es que no hay mucho tránsito vehicular, te recomiendo levantarte ya –dijo el abuelo de Kagome quitándole la sabana de encima-

Gracias por venir a despertarme, papá solía hacerlo cuando iba a la escuela –dijo Kagome con tristeza- te quiero mucho abuelo.

Y yo te quiero a ti mi preciosa nena –dijo el abuelo de Kagome- ahora ve a bañarte, el desayuno estará listo y servido para cuando termines de darte la ducha, la señora Hana lo preparó especialmente por tu nuevo trabajo.

Ya me dio hambre de solo pensar en ese delicioso desayuno, iré a bañarme entonces –dijo Kagome dándole un beso a su abuelo- enseguida bajo.

Te espero abajo –dijo el abuelo de Kagome saliendo de la habitación-

Kagome estaba bañándose cuando recordó lo que había pasado hace años, estaba por terminar su carrera como abogada cuando su madre la llamó para decirle que su padre tenía cáncer, dejó todo atrás y se regresó a su casa para darle apoyo a su familia, comenzaron las idas y venidas al hospital, tratamientos y medicinas que no funcionaban, horas de desvelo cuidando de su padre y al mismo tiempo ayudando a que su hermano menor no se deprimiera al igual que su dulce madre, ella lo llevaba al colegio y vigilaba que hiciera la tarea, los meses pasaban y su padre empeoraba, de pronto solo pasaba en la cama y no quería estar más tiempo en el hospital, se rehusó a tener una enfermera en casa, Kagome tomó cartas en el asunto y llevó una capacitación para los familiares de personas enfermas para poder atender a su papá de la mejor manera, mientras las gotas caían sobre ella las lágrimas no tardaron en salir, era una mañana soleada cuando su padre pidió ir al jardín, al principio no querían llevarlo debido a su condición pero convenció a Kagome para que lo llevara, le pidió a su esposa que los acompañara, llegaron a un viejo árbol y él le ordeno a Kagome dejarlo solo con su madre, ella se alejó lo suficiente, las palabras que escuchó nunca las iba a olvidar, su padre le recordó a su madre cuanto la amaba, le agradeció por los dos maravillosos hijos que le había dado y por tanta felicidad, le pidió disculpas por haberse dedicado tanto al trabajo, la fortuna que había reunido no le llegaba a los tobillos a su mayor tesoro el cual era su familia, la tomó de las manos y la beso, pidió volver a su habitación, Kagome lo llevó y dejó a su madre en el jardín, sabía que ella necesitaba estar sola, su hermano Sota estaba por salir del colegio, fue a recogerlo, pasó por la farmacia para recoger los medicamentos de su padre, cuando volvían a casa comenzó a llover, el camino fue silencioso, Sota se había vuelto más tímido de lo normal, llegaron a la casa, Hana tenía la cena servida, Kagome como de costumbre le llevó la comida a su padre junto con su dosis diaria de analgésicos, cuando llegó lo encontró tirado en el suelo junto con el álbum de la familia entre sus brazos, él tenía una sonrisa en el rostro, ella dejó caer la bandeja que traía, se apresuró para revisar sus signos vitales solo para confirmar lo que ya sabía, su padre estaba muerto, le dio reanimación en vano mientras llamaba a los paramédicos, la hora de defunción fue a las 7pm, justo la hora en que le había pedido matrimonio a su madre, después de que llegaron los paramédicos ella se dejó caer de rodillas culpándose a sí misma por no haber podido hacer más por su padre, su madre que no había dejado de llorar desde su encuentro en el jardín la tomó de los hombros para levantarla, Sota permaneció callado y se limitó a ver como se llevaban el cuerpo del que era su padre, las siguientes horas fueron eternas, entre los pésames de los amigos de su padre y los ex compañeros de Kagome el velorio transcurrió, lo enterraron al día siguiente para no alargar el dolor, Kagome salió de la ducha y secó su rostro para después susurrar "te extraño papá"

#MiracleDR