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El pequeño kookie caminaba de la mano con el chico más hermoso que sus ojos hayan visto en su corta vida, con una sonrisa de oreja a oreja y dando pequeños saltitos.

Era ya tarde cuando se dirigían hacia su casa, habían estado en el parque desde más de dos horas y cuando taehyung verificó la hora para regresar a casa, no dudó en llamar a su pequeño kookie, quién corrió hacia él con una hermosa sonrisita y se le echó encima, éste sonrió enternecido y le agarró de la manito, separándolo de él para empezar su caminata a casa

— Hyung, ¿mañana iremos a casa juntos?— preguntó el pequeño jeon, alzando un poco la cabeza hacia arriba, ya que su primo era más alto que él

— Lo siento, kookie— el mayor lo miró y el menor frunció sus labios decepcionado

Era la quinta vez que su querido primo no lo recogería de la escuela y él se sentía triste cada vez que no lo veía a la hora de la salida, cada vez que no lo tenía a su lado, cada vez que no dormía junto a él, cada vez que el no le ayudaba hacer sus deberes, aunque eso era lo de menos, lo que más le importaba al pequeño jeon, era su compañía, su cercanía; lo quería tanto, que se podría jurar que lo quería más que a sus propios padres que sólo se dedicaban a pelearse entre ellos, sin darse cuenta de lo que eso causaba en el menor.

— Pero bebé, te prometo que el jueves iré, ¿sí?— jungkook apretó los labios, sin convencerse; pero de inmediato sonrió, asintiendo con la cabeza. Taehyung, mordió sus labios y sacó su móvil de sus bolsillos al sentirlo vibrar bajo su pantalón, lo desbloqueó al ver el mensaje de esa persona que lo ha vuelto loco, la única que conquistó su corazón, su fruto prohibido e imposible y la que no se podría comparar con las otras que habían pasado por su camino y les habría abierto las piernas fácilmente...¡NO! Ella no era como todas esas chicas que le rogaban por estar con él sólo una noche, por que sí, hubo chicas con las cuales se acostó, que le habían suplicado por pasar una noche, aunque sea sólo una y eso era hasta cierto punto repugnante; pero gracias a eso podría tener sexo cuando el quería y a la hora que quisiera, gracias a que las chicas de su secundaria estaban siempre a su disposición, en cambio ella... Era todo diferente, demasiado tal vez.

— Tae — llamaba kookie, pero el mencionado estaba tan metido en su burbuja, mirando su móvil, que no lo escuchaba— uh, hyung... ¿me está escuchando? — seguía llamándolo, pero aún no respondía; eso a él no le gustaba, cosa que le hizo fruncir sus labios y su ceño suavemente, haciéndole ver muy tierno y delicado, se fijó en el aparato que atraía toda su atención como si fuera eso más importante que él y eso de alguna manera le hacía sentir a su corazoncito triste, haciendo que el trayecto a la mitad del camino a casa, toda su atención este puesta en la pantalla de su móvil y lo restante que faltaba en llegar este puesta toda y solamente en su bebé.

Al llegar a la casa, la madre del pequeño jungkook abrió la puerta, antes que el mayor pudiera sacar la llave que le dio ésta

— Oh, que bueno que estén aquí— la mujer de uniforme ancho, tétrico, y de lentes gruesos y redondos y cabello hecho en un moño, sin un pelo salido de su bien recogido cabello, salió de la casa y se dirigió a su auto, que estaba estacionado en el jardin, con evidente apuro— Querido, ¿te podrías hacer cargo de jungkook hasta mañana? — preguntó la mujer, abriendo la puerta de su auto, agachándose y entrando medio cuerpo a su auto para sacar unos documentos— sólo será hasta las 2:00 de la tarde, luego vendrá su padre a llevárselo a su casa— ella se alejó del auto y entró a la casa, dejando unos portafolios en una mesita del pasadizo de la entrada de la casa que guiaba a la sala, pero si caminabas de frente estaba las escaleras, que guíaban al segundo piso donde estaba los cuartos. 

Taehyung entró detrás de ella con una sonrisa amable, ella volteó hacia su perfecto sobrino y ésta aún, después de 14 años de conocerlo, sigue anonadada por su bella sonrisa que parecía hecha por los mismos ángeles, es que aún no superaba lo guapo que era su sobrino y no sólo por eso; también por lo bueno, gentil, honrado y amable que es, todo el mundo que conocía a su sobrino, sabían que tenía un alma bondadosa y única, ya que en estos años, la gente era hipócrita, de la boca para a fuera y con el corazón podrido; en cambio Kim taehyung, hijo de un rico empresario, además de ser muy guapo, era un alma con un corazón lleno de alegría y pureza, buena persona y el mejor hijo que quisiera tener cualquier madre y no sólo por lo buen caballero que es, también por saber más de dos idiomas, tener una voz exquisita, notas muy altas en su escuela, popular en su prestigiosa secundaria, de haber aprendido a tocar más de un sólo instrumento en tan sólo su corta vida y entre otras actividades más que aprendió, cosa que el padre del pequeño jungkook, siempre deseo que su hijo fuera como su primo, lamentablemente, no era así.

— No se preocupe, yo cuidaré a kookie— el pequeño jeon volteó su rostro hacia su querido primo, sorprendido, ya que se suponía que tae le había dicho que no podría ir mañana a recogerlo y eso significaba que no lo vería después del desayuno, gracias a que tenía algo importante que tenía que hacer y no lo podía dejar de lado o eso era lo que le dijo su Hyung cuando él empezó por primera vez a no ir a recogerlo y así fue seguidamente

— Pero hyung...— tae se agachó a la altura de su bebé y le dedicó su sonrisa más encantadora y amable al pequeño, escondiendo detrás de esa espléndida sonrisa de todo un ángel, un ser que nadie había visto, por la frustración al recordar el mensaje de maribel... Tal vez al final tendría que posponer sus planes.

" Te veo mañana, donde siempre y a la misma hora.



Maribel "

— Kookie, creo que mañana si podré recogerte










.....

Sin corregir.

Tal vez encuentren algunas situaciones u oraciones sin sentido, lo siento por eso.

Soy nueva en todo esto, no sean muy duros conmigo 👏

PERFECT 🍒 MAN. ◽\\ Vkook \\ Yoomin \\ Namjin. ◽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora