Se acabó

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Narra Sara

El verano se acabó y eso conlleva volver a clase, algo que creo que a nadie le apetece, pero tal vez este año sea diferente, es mi pen-último curso en el instituto.

Esta mañana he vuelto a ver a mi mejor amigo, ha sido difícil después de lo que pasó la última vez que le vi...

Fue el último día de clases en el festival de verano, el presentaba y allí fue donde sucedió todo, el se me declaró ante todo el instituto, yo le respondí que no, le quería como a un hermano, pero no como algo más. Pero hoy pasó algo que no me esperaba, él hizo como si nada, como si nunca me lo hubiese pedido, como si no le hubiese dejado en evidencia ante todo el instituto. A pesar de ello le sigo queriendo, al llegar al instituto y ver los listados de las clases no sabía si estar feliz o triste, me habían separado de mis amigos pero me habían metido en un nivel superior de inglés.

Cuando salimos de clase me reuní con mis amigos, nos hacemos llamar "Deficientes multipolares", son seis chicos: Eurico mi mejor amigo, Javier, Ángel, Daniel, Rachid y Nicolás y una chica, que soy yo, Sara. Pero ahí había alguien más que no había visto en mi vida, se llama Pablo y era el chico nuevo, pero al parecer ya conocía a Eurico de antes, de sus clases de judo, y se unió a nosotros, él era algo callado y todo un misterio para mi, normalmente cuando miro a alguien a los ojos se como reaccionar con esa persona, pero con él no pude, me bloqueé y no se ni como, ni porque.

Al día siguiente empezamos la semana de los deportes, era una semana de convivencia en la que no teníamos clases, solo deporte y me propuse conocer a Pablo, quería saber porque no podía leer su mirada, quería saber como era él.

Me senté a su lado en las gradas del polideportivo mientras estaban otros equipos jugando a baloncesto y le saludé.

-Hola, ayer no pude hablar mucho contigo, soy Sara- Le dije tendiéndole la mano, él me miró extrañado y yo le sonreí.

-¿Qué quieres?- Me respondió en un tono borde.

-Solo conocerte, pareces buena persona pero estas muy solo, entiendo que pueda ser porque eres nuevo y todavía no conoces a casi nadie, pero si quieres puedo enseñarte todo esto y ser tu amiga.-

-Eso... Eso estaría bien, me llevo bien con los chicos pero prefiero pasar mi tiempo con vosotras.-

-Vaya...-

-¿Pasa algo?-

-No, solo que nunca había conocido un chico que prefiriese pasar el tiempo conmigo a que con sus amigos, creo que nos llevaremos bien. ¿Que te parece si esta tarde te vienes con nosotros? Iremos a las Torres es nuestra base por decirlo así y luego a la plaza a la sesión de Dj de las 21h.-

- Vale, aunque a lo de las 21h no podré ir con vosotros, tengo cosas que hacer ¿Pero donde nos encontramos? Me mudé hace poco y no conozco mucho la zona-

-Me parece bien, te esperaré en la rotonda del instituto a las 16:45-

-¡Sara vamos, nos toca boxeo!- Me llamó uno de mis compañeros de clase.

-Me tengo que ir, nos vemos esta tarde no lo olvides-

-Vale, adiós-

Me giré para despedirme pero él ya se había ido así que seguí mi camino hacia el gimnasio del polideportivo ahí demostraría lo que me habían servido los cuatro años de boxeo contra tíos mayores que yo, para darles una paliza a todos, en los combates gané la mayoría hasta que me tocó contra Javier, tenía buena base y sabía defenderse bastante bien y me costó más vencerle pero al final lo hice aunque me pidió revancha y la clase se hizo más entretenida de lo que esperaba estuvimos luchando toda la hora y la gente apostaba para que él perdiese, pero después de varias rondas me dejé ganar, me gustaba ver su cara de satisfacción parecía un niño pequeño al que le acababan de regalar un juguete por primera vez, fui a darle la mano como solemos hacer al final de cada combate peo el se abalanzó sobre mi, me tiró al suelo, me abrazó y me susurró al oído:

Por última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora