Sin más

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Los días pasaban rápido y cada vez quedaba menos para terminar el trimestre, Pablo pasaba cada vez más tiempo con nosotros hasta convertirse en uno de los nuestros, un nuevo deficiente con el que se podía contar en cualquier momento sin importar las circunstancias, él siempre estaba ahí.

El fin de semana justo antes de la semana de exámenes de noviembre estaba estresada y agobiada, tenía el de matemáticas, literatura y resistencia el lunes lats tres últimas horas seguidas y quería explotar y sin saber ni cómo ni por qué él vino a mi casa.

-Vístete y coge el bono bus, nos vamos-Me dijo.

-¿Qué?¿A dónde?- Le pregunté.

-Tú confía en mi y ya está, ya verás.- Me contestó con su sonrisa malvada y misteriosa.

-Está bien, pero si no me dices a donde vamos no sabré que ponerme- Le dije mientras le fulminaba con la mirada.

-Tranquila que de eso me encargo yo- Contestó tan tranquilo que me dio miedo.

Me abrió el armario y saco unos vaqueros blancos y una sudadera negra corta y me lo dio.

-Toma, póntelo y yo mientras te busco las zapatillas pero date prisa-

-Vale vale-

Hice lo que me pidió y todo misterioso él me puso las deportivas y me ató los cordones, como si fuese una niña pequeña a la que la estaban enseñando a atárselos y cuando terminó me cogió de la mano y me llevo a la parad del autobús, íbamos justos así que tiro de mi para que fuese más rápido, cuando nos subimos me dejó el lado de la ventana él sabe que me encantaba mirar a través de ella y ver las cosas que sucedían por la calle, pero lo único que se me pasaba por la cabeza era intentar averiguar a dónde íbamos.

-¿A dónde me llevas?- Pregunté

-Yo no te llevo, lo hace el autobús- Contestó sarcásticamente.

-Entonces puedo bajarme en la siguiente parada y volver a casa a estudiar- Le dije contestona

-No puedes, no te lo permito- Me dijo sin mirarme

-¿Y eso por qué?- Le pregunté, me tenía intrigada ya la vez molesta.

-Porque estás agobiada y voy a hacer que te diviertas, solo déjame que te sorprenda-Contestó

-Eso no vale, sabes que me encantan las sorpresas y el misterio, dime a donde vamos porfa- Le volví a insistir pero el no dijo nada.

Crucé los brazos y miré por la ventana, estuve todo el camino pensando que era lo que íbamos a hacer, me había sacado de casa así como así y me había arrastrado hasta ahí, le miré por el rabillo del ojo y estaba sonriendo, tenía algo planeado yo lo sabía pero no me lo quería decir, cuando bajamos del bus me llevó hasta el metro para coger el circular, de ahí se podía ir a muchos sitios pero no se movió hasta que llegamos a la línea ocho ahí salió por la puerta y cogió otro metro que nos llevaba al Campo de las Naciones me di prisa para alcanzarle y no perderle de vista, no se porque lo hice, pero quería saber a dónde me llevaba.

Al salir de ahí me tendió la mano y me dijo:

-Así no te perderás, ahora va a haber mucha gente-

-No te daré la mano amenos que me digas a donde vamos.

-Al IFEMA.

-¿Para qué?

-Nunca había conocido a nadie tan curioso, tú solo dame la mano y confía en mi ¿Vale?

-Vale, pero no te acostumbres

Le di la mano y me llevó dentro, iba tan metida en mis pensamientos que no sabía ya donde estábamos eran las 12 de la mañana y estaba muy confusa, hasta que me hicieron volver a la realidad.

-Ponte esto, lo necesitas para entrar- Me dijo mientras me ponía una pulsera.

Era naranja, blanca y negra, cuando me la vi ya sabía a donde íbamos y me quedé sin nada que decir, solo le abrace y le susurré al oído un simple gracias y entramos al pabellón.

La comic-con, estábamos en la comic-con yo seguía sin creerlo, llevaba años insistiéndole a mis padres y a mi hermano para ir pero nunca podíamos y tenía tantas cosas en la cabeza que no recordaba que era ese fin de semana y ahí estábamos, me quedé impresionada por la belleza de aquel lugar, nunca había visto tantos geeks y otakus juntos.

Pasamos el día viendo puestos, jugando a videojuegos, viendo las luchas de jedis y haciéndonos fotos con todo el que pasase con algún cosplay de los que nos gustaban a nosotros, hasta tuvimos la oportunidad de ver en persona a Lena Headey, la actriz de Cersei en Juego de Tronos, Pablo se le veía muy emocionado le encantaba esa serie y ella también, cuando apareció para las firmas él estaba dando saltitos de alegría como un crio fue gracioso verle en ese modo, de el tiempo que le conocía nunca le había visto así y me hizo ilusión verle tan feliz. El tiempo pasaba rápido, todo en aquel día estaba siendo genial, se me habían olvidado todos los exámenes y toda la semana siguiente, solo podía pensar en estar ahí con uno de mis mejores amigos divirtiéndome, cuando salimos del IFEMA nos habíamos gastado casi todo el dinero que llevábamos en todo lo que habíamos comprado y todavía no habíamos cenado nada.

-Queda una sorpresa- Me dijo Pablo.

-¿Qué?- Le dije sorprendida.

-Sí- Contestó con una sonrisa malvada de las suyas.

-Confío en ti- Dije en bajito para que solo él me oyese.

Por última vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora