Prólogo

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Cuál es el punto de seguir torturándote siempre con lo mismo, no se puede cambiar el pasado, lo tienes más que comprobado, pero aun así, continuas con lo mismo.

Lo quieres, es cierto, pero él está con otra, no hay mucho que hacer. Cuando se separaron, estabas tan seguro que era lo correcto, que al final, estaban mejor alejados. Llevaban tan poco tiempo juntos, sin embargo, no faltó mucho para que comenzaran las discusiones, todo era un problema, nunca podían llegar a un acuerdo. Tú ya viste lo que las peleas pueden provocar, lo comprobaste con tus propios padres,no querías llegar a eso; después de todo el amor que se profesaban, no poder ni mirarse o entablar una conversación normal sin terminar odiándose.

Es simplemente irónico, si lo piensas bien, él con su nueva novia, feliz , si es que es cierto lo que te han dicho tus amigos; y cuando pasa por tu lado ni te mira, es como si no fueras nadie, tal vez, nunca lo fuiste.

No sabes si solo es el despecho o de verdad lo sigues queriendo, nunca has sido bueno entendiendo tus propios sentimientos, esperas que sea solo un capricho y pronto desaparezca esa sensación en tu pecho cada vez que lo vez, te vuelve estúpido y si hay algo que tú odias en sentirte estúpido, o inferior a alguien, para que mentir. 

No sabes que hacer, si actuar siguiendo tus sentimientos o solo ignoras, como siempre lo has hecho, y te guardas todo para ti. Además el tener que trabajar con ella no es tan fácil como pensaste; no puedo creer lo iluso que fuiste, supongo que tú tampoco; el escuchar como se conocieron, cuando empezaron a hablar, su gran historia de amor, sabes que ella lo hace con intención, ya han tenido más de un roce entre los dos, pero no es mucho lo que puedes hacer, estás atado de manos y ella lo sabe; no es tan inocente como intenta hacer creer, sabes que tu llegada no le sentó nada bien, te ha estado provocando y lo único que puedes hacer es no caer en su juego, es su territorio. No lo entiendes, qué más quiere, tiene a su novio, prácticamente todos tus compañeros de trabajo son amigos de ella, estas arrinconado, más de una vez se te paso por la cabeza renunciar, pero tu orgullo te lo prohíbe, te niegas a demostrar que te afectan en algún punto, tú no volviste por él, y lo tiene que tener claro. 

 No puedes negar que a veces te quedas imaginando que hubiera pasado si solo en el momento en que todo terminó, cuando se rompió todo lo que hubo entre ustedes, hubieras hecho solo el último esfuerzo, sabias que él no quería terminar, pero una vez más tus sentimientos te abrumaron y te acobardaste, no luchaste, solo te rendiste a lo que creíste inevitable, es decir, todas las parejas terminan en algún momento, lo has visto ocurrir mil veces; tus propios padres, hermanas, amigos, familiares, hasta el día de hoy nunca has conocido una pareja medianamente feliz que siga junta.

Te sigues diciendo que  no crees en los finales felices, sin embargo, es una mentira y lo sabes, sigues con la esperanza de encontrar tu propio final feliz, no puedes evitar llorar con esas comedias románticas que aseguras odiar, películas como "27 Bodas" o "La boda de mi mejor amigo" son algunas de las que más te emocionan, consideras que es un poco patético, pero no hay nada que puedas hacer la respecto, deseas con toda tu alma encontrar a tu compañero de vida, aquella  persona que te va a acompañar en este viaje, te da terror la posibilidad de nunca encontrarla, por lo cual, te dices no te importa estar solo el resto de tu vida, no necesitas a nadie para ser feliz, eres capaz de convencerte la mayoría de las veces, pero están esas ocasiones, donde estas tan melancólico que no te importa aceptar que anhelas, añoras conocer a tu alma gemela.

De amores y enredosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora