Al iniciar la universidad me sentía muy feliz. Sin embargo durante ese primer año tuve lo que fue el primer acercamiento a ese monstruo llamado depresión.
No fui yo. Fue mi mejor amiga. Por accidente descubrí cómo se sentía, sabía que se hacía cortes. Me sentí muy angustiada por ella, sin saber qué hacer o como actuar... Sin saber cómo ayudarla.
Al final ella nunca necesito mi ayuda, lo pudo superar de otras formas. Me hubiera gustado que mi caso fuera así, pero no lo fue.
Los primeros años de universidad aunque fueron pesados no fueron tormentosos. Tenía tiempo para estudiar y para hacer todo tipo de hobbies, desde piano hasta esgrima. Amaba hacer todo tipo de cosas. Te preguntarás porque te cuento esto, porque digo que "lo amaba"... Esto fue una de las causas de que el monstruo en mi interior saliera haciendo daño. Todo fue un ciclo de casualidades que terminó explotando dañándome y dañando a otras personas.
Por practicar mal piano, se me empezó a desarrollar una tendinitis en las manos, pero fue muy tarde cuando me di cuenta. Llego un momento en el que mis manos me dolían, se me inflamaban y perdían su fuerza haciendo que soltara todo. Hasta ahí llegó la práctica de esgrima. Ya no era capaz de tener la espada por mucho tiempo por lo que terminaba perdiendo los combates.
El tener que terminar abruptamente con todos mis hobbies hizo que tuviera que ir por primera vez al psicólogo. Aún recuerdo esa primer visita, ella era bastante agradable. Me remitió a psicoterapia. Y por un tiempo ayudó a mejorar ese demonio. Al ver que mejoraba tanto física como mentalmente, retome algunas de esas actividad, sin embargo nada volvió a ser como antes.
Si alguna vez has estado en una montaña rusa, sabrás cómo son mis sentimientos. Unas veces feliz, otras veces hundida totalmente... No recuerdo cuál fue la primera vez que me corte, es más no recuerdo que hecho fue el que lo causó... Ahora solo quedan cicatrices, estas cicatrices se pueden ver si me encuentras desprevenida, ya que siempre uso camisas largas y sacos para ocultarlas del mundo.
El año pasado el monstruo salió totalmente. Fue la peor semana de mi vida. Todo lo que hacía ya no tenía ningún tipo de sentido para mí. Llego a tal punto que uno de los cortes que me hice fue profundo y se empezó a infectar, finalmente me tocó acudir al centro de urgencias de mi universidad, y claramente de ahí me remitieron a psicología. La psicóloga fue de gran ayuda, sin embargo, me vio tan mal que me remitió de urgencia con la psiquiatra. No era la primera vez que iba a psiquiatría, anteriormente me habían remitido pero como no era nada grave deje de ir. Sin embargo en esta ocasión, la psiquiatra me citaba seguido, me dio antidepresivos y pastillas para dormir.
Trastorno de adaptación y trastorno de ansiedad generalizada...
Ese fue el diagnóstico. Me tocó acudir a mi familia porque esto ya era algo que no podía seguir ocultando. Ellos me ayudaron para ir saliendo poco a poco de ese pozo oscuro. Ahora me encuentro mucho mejor, pero a veces el monstruo intenta salir para hacer daño...
Esta es mi historia... No es nada relevante sin embargo me gustaría que siempre que veas a alguien, pienses en como tus palabras y acciones lo pueden afectar. A veces las personas que más sonríen son las que están destrozadas por dentro. Un "estoy bien" puede significar "ayúdame". Si ves que una persona cambia su actuar de un momento a otro piensa que tal vez esta luchando con monstruos que pueden destruir su vida.
Si eres tú el que lucha contra esos monstruos, no te des por vencido. Si se puede triunfar...
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Gritos Silenciosos
Bí ẩn / Giật gânSimples escritos basados en vivencias reales de una persona con depresión... ¿Nunca has sentido que tú mundo es una mentira? Bienvenido a mi mente, si lees esto, no lo sientas por mí, ya tengo suficiente con sentirme lo peor cada noche. Solo léelo c...