Parte 3

31 1 0
                                    


Voy hacia el aparato que acaba de vibrar y lo enciendo veo que pone en la pantalla su mensaje.

Marcos-Hola , al final ayer no me dijiste tú nombre ¿ Puedo saberlo?
Yo-soy Olivia

Marcos - ¿te gustaría quedar o ir a dar un paseo?

Al leer eso, pienso que es la segunda persona que me dice de quedar en mucho tiempo. La única que me hablaba era Pandora, y si me hablaba alguien más, era para preguntarme el temario de cualquier asignatura.

Yo- Ahora mismo te diría que no pero no tengo nada mejor que hacer.

Marcos - vaya pensaba que te ibas a negar

Yo - Yo también

Marcos - Te recojo en tu casa...

Yo- No puedes, no sabes dónde vivo...

Marcos - Ehh, claro...

Yo- Oye... Que me está diciendo mi amiga que tenemos que hacer un trabajo, así que mejor otro día quedamos...

Marcos- No, no, Ya perdón, era broma.

Yo- Ehh... Vale

Marcos- En realidad si se donde vives, mi hermano pequeño va a tu clase.

Yo- Ah sí? Cómo se llama?

Marcos- Carlos... Tuviste que hacer un trabajo con él hace unos años.

Yo- Si, cuando íbamos a cuarto. Espera, ¿el chico que acompañaba a Carlos eras tú?

Marcos- Si, ¿Sorprendida de que ese chico rechoncho soy yo?-
No sé cómo me ha leído el pensamiento, pero es que no sé cómo Marcos podía ser... Él...

Yo- No hombre, solo que has cambiado solo un poquito

Marcos- Si tú lo dices. Bueno, creo que ya va siendo hora de que te vistas, ya he salido de mi casa.

Yo- ¿A las diez de la mañana crees que voy a ir a alguna parte?

Marcos- ¿Están tus padres en casa?

Yo- Sí, y mi hermano sobreprotector que si ve a algún chico entrar a mi casa no le quita ojo.

Marcos- Asumiré las consecuencias.

Yo- Pero yo no, así que vuelve otra vez a tu casa.

Yo- ¿Oye estás ahí?

Marcos- Lo siento, estaba conduciendo, ya estoy en tu puerta ¿Que piso es?

Yo- No te lo voy a decir, suficiente tengo que un acosador esté en frente de mi casa

Marcos- Pues empezaré a tocar todos los pisos.

Yo- No tienes huevos...

Marcos- ¿Que no?

A los pocos segundos oigo mi timbre y las quejas de los vecinos. Me asomo al balcón que da a la calle y grito:

-¡¡¡¡En diez minutos bajo pesado!!!!

Me giro para entrar pero vuelvo la cara y lo veo haciendo un baile un tanto extraño como de victoria.

- Ah, y bonito pijama de unicornios.

Le oigo gritar desde abajo y al momento me sonrojo porque no me había dado cuenta de que había salido en pijama.

Entro rápido sin contestarle y voy directamente hacia mi cuarto. Abro mi armario y cojo unos pantalones grises holgados con una camiseta morada corta y pegada. Me pongo una chaqueta bomber verde militar. Me calzo con mis converse negras, cojo algo de dinero y bajo las escaleras.

En el último escalón veo como Marcos está con la cabeza gacha mirando su móvil. Me quedo embobada viendo su camiseta negra ceñida que hace que todos sus abdominales se marquen y eso hace que tropiece con mis pies.
Cuando me doy cuenta de que casi me como el suelo suelto un pequeño grito; él se da cuenta y aunque me hubiera gustado, no le da tiempo a reaccionar y acabo en encima de él .
- Primero no querías que entrara a tu casa y ahora te hechas encima de mi, literalmente.

- Si, estoy muy bien, gracias por preguntar.- Me levanto inmediatamente y abro la puerta indicándole fuera con la mano.

- ¿Vamos? - no me responde solo sonríe de una manera que no termino de entender se levanta y sale.

-Por cierto¿Cómo has entrado? - vuelvo a decir.

- Creo que se pensaban que era el cartero o algo así - dice soltando una leve risa.

- Pues os dais un cierto parecido

- Me has pillado, tengo un hermano gemelo que es cartero.

No contesto pero río por el comentario.

- Por cierto, ¿A dónde vamos?- pregunto andando sin un rumbo fijo.

- Ahora lo verás.

- No me estarás llevando hacia una furgoneta y me dirás qué hay chocolate pero en realidad me llevaras a un sitio donde vendan mis órganos, ¿Verdad?.- me mira de una forma graciosa y a la vez extraña.

- Servirías para escritora porque te montas unas películas.- dice riéndose; no le contesto y sigo andando.
Andamos durante un rato hasta que paramos en lo que parece una cafetería, es pequeña y tiene mesas fuera, son redondas con sillas alrededor y decoración encima .
- ¿Entramos? - no respondo solo asiento y me aproximó asta la entrada.
Pero de repente una camarera se choca conmigo. Ni se inmuta y va hacia Marcos. Me quedo mirando la escena y la chica le abraza y le besa en la mejilla.
Hablan de algo que no llego a escuchar y en pocos segundos, ella me mira con una cara de desagrado. Terminan de hablar por la llegada de otros clientes. La chica va a atenderles y Marcos se dirige hacia mi. Sin dejarme formular la pregunta, responde:

- Era Sofía mi mejor amiga.

- Pues creo que no le he caído muy bien.- respondo secamente.

- Bah, seguro que sí.

No digo nada y nos sentamos en una mesa con un ventanal al lado. Uno frente al otro.
- Por cierto, ¿Tienes gato? - al oír eso suelto una pequeña risa.

- No, y eso, ¿A que viene?

- Aunque no lo creas,- hace una pausa y se acerca a mí para susurrarme algo al oído mientras se ríe - Me han llegado a decir que era el cumpleaños de su gato para no quedar conmigo.
- ¿En serio? - digo sin aguantar la risa, me empiezo a poner roja y giró la cabeza hacia la izquierda, donde encuentro a Sofía, mirando hacia nuestra mesa con una mala cara. Me giro hacia Marcos y le hago señales con los ojos para que vea a la chica y haga o diga algo pero en vez de mirarla, empieza a mover las cejas como si esto fuera una competición de baile raro, lo doy por perdido y acabamos pidiendo un café cada uno.

Salimos de la cafetería y andamos por una calle hasta que llegamos a la carretera y empezamos a andar por el filo hasta llegar al campo. Le pregunto varias veces que a donde vamos pero no me hace caso.

- Lo único que te diré es que será mejor que sepas nadar.

Empezar a vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora