Capítulo 23

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Marge había estado actuando extraña desde el día que Fred se había ido, cosa que, por supuesto, no pasó desapercibida por Charlotte, Alex y Brian. Su actitud alegre y habladora se había vuelto distante, estaba claramente preocupada. Freddy, por otro lado, había desistido de ir a visitar a sus padres, limitándose a enviarles una fotografía sosa; la única explicación que pudo darle a los demás fue que tenía algo más interesante que hacer en Los Ángeles. Ben y Chelsea habían comenzado a pasar mucho tiempo juntos y el de cabello celeste había descubierto que la joven tenía una voz hermosa, cosa que no dudó en comentarle a Brian.

La temperatura de la ciudad había comenzado a bajar gracias a la época del año a pesar de estar ubicada al nivel del mar, causando que los habitantes tuvieran que abrigarse más de lo que era normal para ellos.

—¿Estás bien? —Se aventuró Charlotte mientras se sentaba al lado de la de cabello rosado luego de observarla por un rato en silencio desde el umbral de la puerta.

—Si. —Fue su única respuesta, sin excusas o sonrisas para disimular.

—¿Quieres dejar de mentirme? —Gruñó, dolida. —Sé que no estás bien.

—No es nada importante, Charlotte. —Le restó importancia al asunto mientras se levantaba del sofá con la clara intención de irse del lugar.

—¡Claro que es importante! Por lo menos para mí, si se trata de ti —Lo último lo dijo en un susurro, arrepintiéndose al instante de haber hablado pues con el comentario había captado la completa atención de Marge.

—Estoy bien. —Reiteró. —Es solo que a veces me pongo nostálgica. —Llevó su mano hasta el cabello de la rubia mientras esbozaba una sonrisa sincera; algo dudosa depositó un delicado beso en la frente de la más baja.

Charlotte llevó sus dedos a donde los labios de la mayor habían estado, sonrojada y con el corazón golpeando su pecho con fuerza, sonrió levemente y suspiró.

Brian entró a la habitación algo irritado mientras sostenía su móvil entre sus manos, interrumpiendo la línea de pensamientos de la ahora solitaria rubia.

—¿Problemas en la cama, Bon? —Se burló ella.

— ¿Qué? —Levantó la mirada. —¡No! Es que mamá me llamó para quejarse de que nunca voy a visitarla y me ha pedido que vaya.

— ¿Qué tiene eso de malo?

—Que no puedo llevar a Alex. —La joven soltó una risa, divertida por la expresión en la cara del más alto.

—Solo ve a verla, Brian, no vas a irte para siempre. —Lo aconsejó mientras posaba una mano en el hombro del otro, pero sin poder borrar su sonrisa divertida. El de cabello púrpura salió de la habitación después de asentir enérgicamente, la rubia suspiró preocupada de repente, el chico estaba involucrándose mucho con el pelirrojo ¿Qué pasaría cuando tuvieran que separarse? Borró su sonrisa al darse cuenta que ese alegre ambiente que se había formado en la casa meses atrás desaparecería y las habitaciones se vaciarían de nuevo.

¿Podían ser egoístas y retenerlos más tiempo del necesario?

No, eso sería demasiado cruel.

Caminó hasta su habitación y después de cerrar la puerta se dejó caer en la cama, enterrando su rostro entre los almohadones en forma de estrella que cubrían parte del edredón en su cama. Suspiró contra la tela suave de uno de ellos y se incorporó segundos después, tomando su portátil y observando la pestaña del navegador en la que había estado investigando horas antes; en la barra de búsqueda escrito Marge Ross.

*

Brian terminó aceptando la invitación de su madre para ir a verla. La mujer le había sugerido que llevara a su novio, -porque si, oficialmente eran novios desde que el más alto quería dormir todos los días en la cama del de cabello púrpura- aunque obviamente se negó, diciendo que el mayor tenía cosas que hacer con su familia.

Murder House; [Fonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora