Deadline on Love · Yoonmin

I

[☀️]

Capítulo Uno

Esto era increíble. El verano estaba aquí, al fin, y Jimin iba a disfrutarlo al máximo. Sacó la bolsa del maletero y le sonrió a su hermana pequeña, Joohyun, que trataba de rodearlo para llegar a sus propias cosas. Cedió un poco. Dejando que deslizase su delgado brazo por delante de él para agarrar sus pertenencias. Justo cuando estaba a punto de hacerlo, Jimin la agarró del brazo y la detuvo. Hicieron contacto visual y sonrieron, la excitación brillando en sus idénticos ojos cafés.

— ¡AHORA! — gritó Jimin, liberando su agarre sobre su hermana y ambos corrieron hacia la puerta, pateando la arena con los pies. Jimin rió con deleite cuando Joohyun casi chocó con su madre, quien salió de repente por la puerta mosquitera, hablando por encima del hombro con su padre sobre la necesidad de ir a la tienda antes de que cerrara o de lo contrario morirían de hambre.

Joohyun le gritó que se apartara de su camino, pero Jimin sabía que la victoria ya era suya. Saltó sobre el sofá de la sala de estar y se deslizó por la puerta de la única habitación de abajo. Se dejó caer sobre la cama, reclamándola como suya, y sonrió triunfalmente cuando su hermana pequeña apareció en la puerta, haciendo un gracioso puchero.

— Nunca consigo la habitación privada — se quejó, pero ambos sabían muy bien que no era cierto. Su hermana de trece años tenía una habilidad muy buena, una que utilizaba para su provecho tan a menudo como podía salirse con la suya. Podía lograr cualquier cosa de su hermano mayor, Jihyun, simplemente poniéndole sus grandes ojos de cachorro y haciendo un puchero. El enorme idiota se desmoronó cada vez que ella había usado esa habilidad para quedarse con la habitación privada más de una vez después de perder la carrera para reclamar habitaciones.

Dichos ojos de cachorro estaban en este momento dirigidos a Jimin, quien simplemente sonrió. No iban a funcionar con él, era inmune a sus poderes, y con Jihyun de viaje con sus amigos, no había nadie a quien ella pudiera cautivar con esas cosas.

Eso significaba que Jimin no iba a tener que sufrir llaves irrompibles y golpes en su cabeza de su hermano mayor para darle lo que deseaba cuando ella sacara su arma no tan secreta. Oh si, este verano iba a ser impresionante. Pero se prometió que se la dejaría a Joohyun de vez en cuando; la pobre chica tenía que tener un poco de diversión también, era lo justo.

— Lo siento, pequeña. Supongo estás atrapada arriba con papá y mamá este año — dijo con fingida simpatía — Esta nena es toda mía.

Joohyun refunfuñó mascullando sobre de no ser una niña, pero se colgó su bolso al hombro y caminó hacia las escaleras que llevaban hasta el único otro piso de la casa de verano junto a la playa. Jimin sonrió, dejando escapar un suspiro de felicidad mientras inspeccionaba su premio.

La habitación privada, como era apodada con tanto cariño, era justo eso, privada. Tenía su propio baño en suite y una entrada privada con un porche que llevaba al pequeño jardín de la casa; un jardín que daba a una gran maraña de árboles que separaban la casa de la carretera principal a la ciudad.

Los padres de Jimin eran los dueños de la casa y este era el lugar de vacaciones de la familia. Jimin acababa de cumplir dieciséis años hacia un par de meses, y cada verano lo había pasado allí. Uno pensaría que estaría harto de eso, pero no; se trataba de un trozo de libertad, un escape de toda la basura y falsedad que proseguía en la escuela. Todas las chicas pensaban que el maquillaje, la ropa y fiestas eran la razón y finalidad de todo, riéndose en sus pequeños grupos, mientras se comían con los ojos a los chicos y susurraban sobre ellos. Luego estaban dichos chicos, que pasaban todo su tiempo tratando de conseguir a esas chicas, desesperados por deshacerse de su asfixiante virginidad. Jimin estaba muy harto de todo eso.