Smile to the camera [Zayn Malik]

Smile to the camera

No dejaba de mirarme. Podría llegar a dar miedo, aunque no a mí, por supuesto. Estaba completamente enamorada de él. De sus ojos color miel. De sus pendientes. De sus tatuajes. De su característica sonrisa con la lengua entre los dientes. Cada noche soñaba con hacerle mio y que él me hiciera suya. Olía muy bien. Aún no había conseguido averiguar qué colonia usaba, pero era adictiva, como una mañana de invierno. Tenía un aire exótico que atraía a todas las chicas, pero en estos momentos él solo me observaba a mí. A Idoia. Ni a la animadora, ni a la científica, ní a la modelo. Me miraba a mí. De repente se levantó de su silla y se dirigió hacia donde estaba yo, es seguro, no creo que tenga el poder de atravesar paredes, que es donde estoy apoyada. ¿Qué hago? Respira, tranquila. Necesitaba aire y por más que intentaba encontrarlo parecía haber desaparecido de mi alrededor. Tenía que actuar con normalidad. Pestañee y tragué saliva, me mentalicé en seguir siendo una persona normal. Movimientos mecánicos simples, me decía a mí misma tratando no hacer nada estúpido. Él continúa avanzando hacia mí, hasta que se detiene a medio metro de mi cuerpo completamente paralizado. Acción.

-Hola. -Dijo con una sonrisa- Idoia, ¿verdad? Te he visto en clase de fotografía.

-Sí, soy Idoia, Idoia. - Deja de repetir tu nombre, anormal. Va a pensar que tienes un problema mental.- Tú eres Zayn. Te conozco.

-¿Ah, sí? -Preguntó sorprendido. 

-Sí, ¿quién no te conoce? Quiero decir, ¿quién no conoce al capitán del equipo de fútbol? La estrella. -Dije nerviosa. Eso, tu halágale, así se pensara que estas comiendo de su mano. Si es que... ¿A quién quiero engañar?, estoy comiendo de su mano, pero nadie tiene por que enterarse.

-Ya bueno, supongo que sí. En fin, lo que quería decir era que hay que ponerse por parejas en clase para un proyecto, y eres buena. ¿Te gustaría trabajar conmigo? Si quieres claro, tu trabajo es muy bueno y supongo que tendrás más gente que te lo ha pedido.

-¿Cómo? ¿Quieres hacer el proyecto conmigo? -Pregunté para asegurarme, aunque no había error a confusión. Zayn Malik, la estrella, mi amor platónico desde hacía dos años, quería hacer un proyecto de fotografía conmigo. Raro.

-Sí, siempre y cuando tú quieras claro -dice algo inseguro-, si ya tenias pareja para el proyecto no quiero molestar...

-No, no, me encantaría. -Le interrumpí. No había nada que pensar, no dejaré pasar la oportunidad de conocerle mejor, de estar tiempo a su lado. Definitivamente no.

-Vale, guay. Entonces, ¿nos vemos después de clase para ver que proyecto hacemos? -Dijo sonriendo. Es mas majo de lo que pensaba. Siempre había creído que sería un egocéntrico. Y aun con todo, me volvía loca, asé que esto solo podía mejorar mi imagen de él. 

-Claro. Ha sido un placer Zayn. - Dije cogiendo la mochila y saliendo del aula.

-E... Espera, Idoia. -dijo viniendo hacia mí. Oh, Dios mio, ¿Qué quiere? ¿Por qué me tiemblan las piernas? No tenía que ser sano que él causara ese efecto en mí, necesito tranquilizarme.

-¿Sí?- Me giré haciendo un movimiento Pantene. Probablemente no quedaría como en el anuncio, pero le dio un toque dramático al asunto.

-Se te olvidaba la cámara. - Dice entregándomela. ¿Dónde narices tengo la cabeza? Ah, sí, perdida en su cara de ángel.

-Oh, gracias. Si no fuera porque tengo la cabeza pegada al cuerpo, la perdería. - Admití con una sonrisa tímida, notaba mis mejillas arder. He de reconocer que soy la persona más despistada del mundo.

-De nada, a mí me pasa igual. Bueno, te veo luego, adiós.

Vi que le llamaba un amigo suyo. Era más alto que él, aunque tampoco exageradamente. Tiene unos hoyuelos muy marcados debido a que está sonriendo. Parece el típico chico de 17 años, ni más ni menos. Camiseta básica con demasiado escote para mi gusto, camisa de cuadros encima y pitillos negros ajustados. ¿Cuál es el problema de los chicos con los pantalones ajustados? ¿Acaso quiere ir marcando? De todas formas no le sentaban nada mal. ¡Pero que nada mal!

- Eh, Styles.-Se dieron una palmada en el hombro mutuamente y se alejaron camino a la salida. Ya podía centrarme en lo que acababa de pasar, y lo que es aún mas difícil, asimilar que dentro de unas horas había quedado con el chico de mis sueños. Aún no me creía que pudiera ocurrir algo así, aún dudaba que no siguiera durmiendo y no hubiera ido a clase ese día. Si ya me había costado estar con él manteniendo una conversación normal, tendría que hacer esfuerzos mil para no desmayarme.