¿Enamorado?, esa pregunta vacilaba la cabeza de Monkey D. Luffy ¿Qué es eso?. En su cabezita torpe no encajaban ciertas palabras ¿Quién era la culpable de hacerle sentir bichos en su estómago ?
[Historia originalmente mía]
[No copias ni adaptacione...
— Chopper salgamos de aquí. — la peli naranja pronunció sin retirar los ojos de encima de Barba Negra.
Nami sabía perfectamente que él los estaba buscando y poder dar con Luffy, lo mejor sería alejarse y salir lo más rápido posible de la isla y buscar a su tonto Capitán.
Se alejaron del bar y Nami buscaba desesperada a Luffy, el único lugar en dónde lo podría encontrar sería en un puesto de comida.
— ¡Luffy! — gritó
— ¿Nami? — Sonrió — ¿Qué haces aquí?
— Te-tenemos que irnos de aquí. —
— ¡Ehh! ¿Por qué? — ahogó un bufido. Si le decía la verdad no tardaría en ir corriendo a patearle el trasero a Barba Negra, lo mejor sería mentir.
No es que desconfiara de Luffy solo...
Me preocupo.
— La marina se acerca. — mintió sonando lo más segura posible y rogando que Luffy la creyera. Era fácil de subestimar.
— ¿Y? Soy fuerte. ¿Acaso no confías en mi Nami? — abultó su labio inferior ante tal desconfianza.
Lo sabía, Luffy no iba a ceder fácilmente, lo mejor sería alejarlo de la ciudad central y llevárselo lo más lejos posible, al menos por ahora. — Prometes no meterte en problemas — sonó más como una orden antes de que una pregunta.
— Mmm... no sé — empezó a silbar
— Luffy. — advirtió haciendo una mueca de disconformidad.
— Olvida eso, tengo algo que mostrarte — tomó la mano de la peli naranja olvidando por completo la existencia de Chopper. Por lo menos si el azabache estaba con ella podría estar mas tranquila.
Salieron corriendo y el pobre de Chopper solo suspiro y sonrió.
— Sería buena idea conseguir plantas medicinales — y sin decir nada más caminó por la isla en busca de algún centro medicinal.
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Nami y Luffy llegaron a un lago, cada uno con respiraciones agitados, aun sosteniéndose de las manos. — ¿Y qué pasó con Robin? — Nami caminó observando el lago.
— No sé — dijo despreocupadamente.
— Qué voy hacer contigo — llevo su mano a su frente moviendo su cabeza de un lado para el otro
El pelinegro se adelantó sentándose en un espacio en donde dejaba ver ese hermoso lugar que por casualidad Luffy encontró, aunque no era toda la verdad pues el viejo del puesto de comida le había dicho que ese lugar era muy famoso debido a que la mayoría de turistas que llegaban a la isla se maravillaron con la vista del lago que no eran tan extenso, apenas y cubría una circunferencia pequeña y, al parecer no era tan profundo.
