Entre actos y deberes

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Plenty of flames is the only way to breathe in
Renounce what made you him
Would you speak them to me?
Would your breathe look still?
It makes me believe
The sins, never die.

Sins of the father
Donna Buker

Antiguo cuartel central del grupo de investigación.
Patio

El sol estaba literalmente sobre nosotros, transmitiendo su calor abrazador. Barría algunas hojas y plantas marchitas. Si, esa era mi gran contribución al Departamento de Investigación. Lograr que el patio se viera más limpio. Más no era tan malo. De vez en cuando me entretenía cómo la líder Hanji, estudiaba a los dos titanes. A pesar que estuvieran atados y clavados, literalmente, al suelo; seguían mostrando sus instintos básicos: vivir y devorar humanos. Hanji era la única que parecía aceptar el reto de acercarse más allá de la cuenta. Por ello, agradecía que mantuviera cierta distancia conmigo ya que no estaba seguro de cuán extrema podría ser mi participación en sus investigaciones. Aunque debían tomar medidas necesarias para no ser lastimados, ella parecía querer incluso abrazarlos. Al principio su actitud me ofendió ya que parecía que tomaba todo como un juego. Sin embargo, conforme los días pasaban, aprendí a incluso reírme de lo ridículos que se veían los titanes intentando comprender su comportamiento.

De vez en cuando, perdía mis pensamiento en otra cuestión... No había visto al sargento Levi en el día. Era muy extraño ya que siempre solía merodear por los alrededores, sobretodo para detener a Hanji de hacer algo extraño. Pero ese día era como si hubiera desaparecido del cuartel. Sin embargo, la cuestión que más me tenía preocupado eran los acontecimientos del día anterior. Tenía curiosidad de saber cómo llevaríamos a cabo "la farsa".

- Escúchame bien, la única regla será que nadie lo sepa, no quiero que mis soldados piensen que baje la guardia contigo – demandó Levi - ¿Está claro soldado?

¿Cómo quería que ocultara mis sentimientos aún más de lo intento?

Antiguo cuartel central del grupo de investigación.
Comedor provisional.

Bebí del vaso innecesariamente para intentar calmar mis nervios ya que estaba comiendo alrededor del llamado: "escuadrón de Rivaille". Un equipo de tácticas especiales del grupo de Investigación. En otras palabras, si salía de control o usaba mi "fuerza de titán" inapropiadamente; ellos me matarían. No tenía idea de cómo pensaban controlarme y no quería conocerlo. Sobretodo si fueron entrenados por el mismo sargento.

El día transcurrió más rápido de lo esperado. Podría decir que estaba decepcionado. Era muy tarde y los demás habían iniciado sin el sargento; probablemente no vendría a cenar tampoco.

De pronto, como si hubiera sido convocado por mis pensamientos, llenó con su presencia el sitio. Traía su uniforme y tenía en las manos una bandeja llena de comida. Como siempre, su elegante forma de caminar atrajo mi mirada hasta que se sentó. Saludó con la cabeza a sus superiores y contempló su comida mientras escuchaba la conversación. Al parecer, les seguía costando trabajo trasladar al nuevo grupo de novatos interesados en unirse. Aunque lucían más preocupados por saber cómo les convencerían de ingresar, estaban casi escasos de personal.

No pude escuchar más la conversación porque tuve la sensación que alguien me miraba. Para mi sorpresa, me encontré con los ojos que más deseaba evitar. El sargento tenía su atención en mi. Al instante me puse nervioso, era imposible no estarlo bajo aquella presencia. Tranquilamente, con su cabeza, me indicó que fuera con él. Al principio estaba dudoso en siquiera acércame ¿y si malinterprete su intención? Más tuve que obedecer, puesto que su mirada denotaba extremo peligro. Me levanté con mi bandeja en manos y me senté en el lugar donde me indicó. Traté de encontrar alguna orden expresada en su mirada. Sin embargo, él se dispuso a comer tranquilamente. Algo extrañado, decidí imitarlo... al menos en sus movimientos. El sitio se llenó de inmediato de un silencio incómodo. Al parecer, todos estaban igual de extrañados que yo pero al sargento parecía no darle importancia así que sólo me quedó fingir estar tranquilo. 

Blame it onDonde viven las historias. Descúbrelo ahora