Arcano mayor - El mago parte 2

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Así que lo que me estás diciendo es que tuviste una visión donde veías una casa y una familia. - Dijo Berto mientras se alejaba para que el aceite del sartén no salpicara sobre su playera de superman.

-No cualquier casa, ni cualquier familia, era mi casa.  

-¿y como sabes que era tu casa? solo por que no viste al marido no quiere decir que era tu casa. 

-Es que no se como explicarte pero estoy seguro que lo era, no necesito averiguar más, deberías creerme  Berto. 

-Y tú deberías creerme a mí, aquí en esta ciudad no hay casas como la que tu viste, las únicas son las que están en la zona de los más adinerados y aun te falta mucho para vivir allí si es que algún día lo logras. 

-Independientemente sea la zona que sea, yo vi esa casa con mi hermosa mujer, mis hermosos hijos y mi perro nalgón. 

-¿Perro nalgón? 

-Si, es que era un corgi. 

-Me gustan esos perros

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-Me gustan esos perros. 

-A mi también... pero no me cambies el tema en serio la vi.

-Bueno, supongamos y te creo, ¿Donde está esa mujer? ¿cuando la vas a presentar?

-bueno, hee, diablos... Ese es el problema aun no la conozco. 

-Ese es tu problema, llevas demasiado tiempo soltero y eres muy selectivo con las mujeres, nada te gusta. debiste ponerte de novio con Gladis. 

-Gladis solia ser hombre Berto. 

-¿Y luego? por lo menos te va a comprender mejor, quien quite y te termina gustando. 

-Bueno ya. Creo que nos desviamos mucho del tema, en especial con esto último - Dije mientras me sentaba frente a la mesa del comedor y Berto hacía lo mismo trayendo dos platos con algo que el llamaba BERTOSPECIAL. 

-Gracias Berto por la cena - dije mientras comenzaba a comer esa mezcla de pasta, queso, carne, champiñones, jamón, más carne, y creo que algo de pollo. 

-No tienes nada de que agradecer, era lo último que quedaba  ahora solo tenemos que esperar a morir por inanición.

-o podemos comprar más- contesté.

-o podemos comprar más.

Ambos continuamos cenando y una vez terminamos ambos llevamos nuestra loza al fregadero, esa vez me tocó lavarla, acomodarla y secarla. Berto se despidió y se fue a su habitación a dormir, yo por otro lado me tomé mi tiempo en el fregadero mientras pensaba el significado.  Me estaba dando un poco de sueño en ese momento, pero antes de terminar sentí como vibró mi teléfono celular. No era una llamada porque solo vibró una vez así que definitivamente era un mensaje, pensé que sería de mi madre que todos los días me llamaba o en su defecto mensajeabamos. Olvidé mencionar pero creo que es muy obvio a estas alturas que no me encontraba viviendo en mi ciudad natal. Era un forastero, un foráneo como se acostumbra decir.  

El mensaje era de un compañero del trabajo, Bernardo. 

"César, como se que te gusta correr y hacer ejercicio, te invitamos el día domingo a subir con nosotros a la montaña de dios ¿vienes?

-Visto...

-Subir la montaña, bueno, me gusta correr pero soy algo vertiginoso así que no creo que sea para mí - dije mientras apagaba las luces.

-Hazlo... -Escuché un susurro

-¿Qué? ¿que fue eso? - pensé mientras me apresuraba a entrar a mi habitación. 

Sabía lo que escuché, no fue mi imaginación, no fue un sueño, fue algo más, en ese entonces creí que era un fantasma pero razoné y llegué a la conclusión de que era la fatiga, así que al calmarme solo me desvestí y me tiré a la cama. Volví a ponerme mis audífonos y comencé a escuchar la lista de reproducción titulada "para dormir mejor" esa noche mi mente estuvo tranquila, no soñé nada de trascendencia, por el contrario, en ese sueño maté a más de mil zombies con una katana y salve una ciudad del apocalipsis. 

A la mañana siguiente, sonó mi despertador. 6:00 a.m. 

Listo una vez más, tomé mi ropa mi toalla y me metí al baño, abrí el agua y mientras esperaba a que se calentara me vi al espejo. Tenía una mirada cansada pero me había conservado bien a pesar de que los primeros indicios de una pérdida de cabello se estaban haciendo notar. Era delgado y tenía marcado algunos músculos en mis brazos, pecho y abdomen, No quiero decir que era el hombre más bello del planeta pero me sentía conforme con mis resultados. Antes de dejar de verme me hice la misma pregunta que solía hacerme todos los días "¿Me gusto?" la respuesta fue sí. 

Pero hoy, me veo al espejo y al preguntarme lo mismo respondo "No" interesante ¿verdad? no pierdas la calma, pronto llegaremos a aquella parte. Tu ten paciencia.  

El tarot de la vida y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora