EL EXTRAÑO

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Nos miraba fijamente y le solté del temor, Bryan hizo lo mismo. El hombre se levantó y escapó como un delincuente. Cuando comenzamos a perseguirle veíamos cómo se debilitaba y caía rendido. Nos agachamos a mirarle y susurro dormido. No hicimos caso a lo que decía pero de pronto me di cuenta de que nombraba unos nombres.

Aquel hombre debía tener 40 años y vestía con ropa vieja y grande. Estaba muy delgado. Era de raza negra y era calvo y sin barba.

Lo dejamos durmiendo en una tienda de campaña. Era de noche y venía de hacer mis necesidades cuando vi a todos en la hoguera hablando. Estaba Troy, el niño, comentando su como el futuro que se imaginaba no existiría más. Después fue el turno de mi mujer Meghan dijo que echaba de menos su rutina semanal que tanto odiaba y ahora la aprecia. Más tarde, Brandon dijo que nunca había pensado en su futuro pero tenía esperanzas serlo y que el mundo volvería a como era antes. De pronto Susan, la madre de Troy, empezó a rechistar de que nunca más volvería a disfrutar de hacerse la manicura e ir a la peluquería y lo que los demás pensaban era una estupidez, ya que lo mejor en la vida es no hacer nada. Todos la miraron con cara de desagrado.

Cuando ya era tarde Savanah mostró un gesto de incomodidad pero no se movió. De pronto Troy despejó la mirada al cielo con la boca entre abierta y cayó al suelo de cara.

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