13 | Narrado.

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—No entiendo... —sollozaba Hailey con un vaso de agua entre sus manos, mientras estaba sentada en su sofá con Cameron y Bella a su lado—. ¿Por qué ese maldito me hace esto? Después de haberme negado a Olivia, dijo que solo quería su fama, él me rechazó a mi bebé... Y ahora quiere ser un buen padre... —cerró sus ojos y respiró, pidiéndole a Dios todas las fuerzas que él fuera capaz de transmitirle, porque no se sentía nada bien—. No es justo.

Ariana se encontraba tratando de localizar al abogado de Hailey, mientras daba vueltas por toda la casa. Le había escrito emails, llamado, dejado mensajes de voz y hasta enviado mensajes de texto y nada funcionaba. El hombre no daba señales de vida.
Los demás adultos estaban estupefactos, tratando de tragar aquella noticia tan dura.

—No puedo creer que haya traído a la policía hasta acá... —susurró Kylie—. ¿Tan poco descaro tiene?

—Harry Styles no sabe nada de eso —apunta Zayn mirando fijamente hacia el suelo—. Le pasa por encima a quién quiera con tal de su bienestar y conseguir lo que quiere —mira a Hailey con sumo pesar.

Todos saben la historia de Hailey, saben lo duro que fue para ella sacar a Olivia adelante sin un padre, porque aquel hombre no se quiso hacer cargo. Saben lo que fue ver a Hailey llorar noches completas, porque sentía que no iba a ser suficiente cualquier esfuerzo que ella hiciera, porque nunca le iba a poder dar un padre a su pequeña bebé.
Por la misma razón, el grupo de amigos agradecieron al cielo cuando Cameron llegó a la vida de aquel par de mujeres. Cameron aceptó a Hailey junto con Olivia, y la crió como si fuera de él, fue capaz de darle el amor que aquel ingrato hombre no quiso darle y el mismo amor por el que Hailey siempre soñó que su hija tuviera.

A pesar de que Cameron criara a Olivia como suya, ella sabe que él no es su padre biológico, y ese tema para la muchacha tiene fin hasta ahí. Todavía a sus diecisiete años de edad, no sabe quién es su padre biológico, es algo que Hailey siempre le quiso ocultar; no quería que su pequeña viera a esa persona como el primer hombre en su vida que no la quiso.
Su objetivo era evitarle aquel dolor a toda costa y ahora, su primer miedo está a punto de hacerse realidad. Ahora Olivia tendrá que saber la verdad, enfrentarla y enfrentar a aquel hombre que la concibió, porque de los tribunales la menor tampoco se va a poder librar.

—Justin, ve a llamar a los chicos. Diles que debemos de comenzar a empacar —habla Gigi mientras toma del brazo a Haile —. Vamos Hails, vamos a darnos una ducha y a hablar de esto lejos de los chicos —levantó a la muchacha y la encaminó hacia la habitación en la que estaba durmiendo.

Suspirando, y con las manos dentro de los bolsillos, el castaño se dirigió hacia el área de la piscina, donde estaban sus hijos y los demás adolescentes. Miró cómo estaban disfrutando del sol y el agua, y le dio una profunda lástima ser él quién tenía que ponerle fin a aquella diversión.

—¡Papá! Ven con nosotros, el agua está muy bien —gritó Jack entusiasmado.

—No Jack, no puedo —se puso de cuclillas hacia todos, frente a la piscina—. Todos deben de salir de ahí e ir a empacar. Me temo que las vacaciones han terminado.

Inmediatamente hubo una exasperación y confusión increíble por parte de todos. La estaban pasando realmente bien en México. ¿Por qué tienen que irse ya? Si ni siquiera ha pasado la mitad del tiempo que iban a estar en aquel paradisíaco lugar.

—En algún momento sabrán lo que sucede, pero ahora debemos volver a Beverly Hills lo más antes posible. Es algo delicado —hizo una mueca rogando que entendieran y cooperaran con la causa.

No muy satisfechos, todos comenzaron a salir uno a uno de la piscina mientras Justin tomaba en brazos a sus dos gemelas y las sacaba también. Jack tomó a Emma, facilitándole la acción a su padre y rápido la llevo dentro de la casa, mientras Justin, todavía con Mila en sus brazos, comenzaba a caminar detrás de todos los muchachos.

—Tío... —escuchó a sus espaldas, provocando que se volviera hacia aquella persona—. No entiendo porqué tenemos que irnos, la estábamos pasando muy bien.

Justin suspiró.

  —Olivia, hay unas cuántas cosas que deberías saber...—habló acariciando el macho cabello de aquella pequeña princesa.
Porque para él, tenga la edad que ella tenga, siempre va a ser aquella pequeña princesa por la cuál todos movieron cielo y tierra. Y a quién ama y protegería con toda su vida.

Desperate wives ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora