Capítulo 3: Alguien en quien confiar (Parte 1)

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Mi nombre?...~
______

La conciencia de la niña débilmente reconoció la sensación del cálido viento pasando por su piel.

La siguiente sensación que sintió fue una sensación dura en su espalda, y débilmente, un dulce aroma cosquilleando en su nariz.

La razón de que su vista estuviera oscura, era por que tenia sus ojos cerrados?

Niña:
"Mmn..."

La niña lentamente abrió los ojos.

Giró su cabeza hacia ambos lados para ver todo lo que se extendía a través de su campo de visión, al parecer se encontraba en el interior de una pequeña y acogedora cabaña.
A su izquierda pudo ver a un joven humano parado de espalda a ella, era un chico de aproximadamente 1,70 de alto: cabello desordenado teñido de un color negro profundo, llevaba una una gran espada oscura equipada en su ancha espalda y con vestimenta de mercader.

Al verlo, rápidamente cerró sus ojos.

Pudo sentir como el humano se acerco a ella y poniéndose de rodillas le coloco gentilmente un paño húmedo en su frente.

Niña:
"Ugh"

La niña dejo escapar un quejido al sentir el paño frío en su frente.

Niña:
"(Esto.. ¿como llegue aquí?)" Se preguntó la niña.

Para resolver el misterio de como había terminado en ese lugar, la niña trabaja en su mente.

Niña:
"(Recuerdo que deje mi clan con la tarea encomendada por mi maestro, para recuperar [La Daga de las Arenas] la cual había sido robada a mi pueblo, por los humanos, hace ya mucho tiempo. No fue una tarea fácil, pero tuve suerte de recuperarla y salir sin oportunidad de algún enfrentamiento. El problema fueron los soldados de la Santa Sede, que luego de haber recuperado la daga fui perseguida por un grupo de ellos, por la desesperación del momento me adentre en el bosque, al parecer no fue la mejor opción, pero al menos aún sigo con vida. Por último, recuerdo haber llegado hasta un acantalido, luego de eso mis recuerdos son vagos... no logro recordar más... me abre visto forzada a saltar por el acantilado? puede que si haya sido eso. Lo mejor será hablar con el humano)"

Poco a poco su mente se aclaro.

El joven, que se encontraba de rodillas a un costado de la niña, suspiró pesadamente, se notaba un poco pensativo, como si algo le preocupara.
Al ver que la niña parecía seguir aún en un estado de inconsciencia, se levantó, para luego abandonar el lugar.

Niña:
"E-espera, no te vayas!" Grito la niña, haciendo que el chico pelinegro se detuviera.

La niña abrió los ojos mientras se sentaba. Al sentarse, el paño húmedo que se encontraba en su frente cayó entre sus piernas, un escalofrío recorrió todo su cuerpo haciéndole poner de punta hasta los pelos de su cola. La niña dio tal salto al sentir ese escalofrío que hizo volar por los aires al paño que se encontraba en sus piernas, el paño voló hasta estamparse contra el rostro del joven humano parado frente a ella.

Humano:
"Tsk" se quejo un tanto molesto mientras retiraba el paño.

La niña un poco apenada, agachó la mirada, al hacerlo noto que sus ropas estaban manchadas de sangre. Al parecer lo que la niña olía antes, en el momento en despertó, era el olor de la sangre que desprendían sus ropas, que al entrar por sus fosas nazales se convertían en un dulce y tentador aroma para ella.

Niña:
"Ah? ¿C-cómo llego esta sangre aquí?" Se preguntó aspirando el olor de sus ropas.

Humano:
"Oh, esto, lo siento. Fue mi culpa, al cortar el brazo del ogro el torrente de sangre que salió de el, fue tanto que habrá alcanzado a mancharte"

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2018 ⏰

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