Capítulo 4.

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De por sí las cosas ya iban mal para Ten, y sólo se pusieron peor con el pasar de los días. TaeYong no le dirigía ni una palabra, sus respuestas a las preguntas del menor siempre eran cortantes, sin darle oportunidad alguna para seguir ningún tipo de conversación.

Justo como ese día, Ten trató de iniciar varios tipos de temas posibles mientras se dirigían al hospital para que le hicieran una revisión a TaeYong y le quitaran el yeso. El mayor había mostrado sin descaro alguno su desinterés a cualquier cosa que Ten pudiera decirle.

El humor del menor se agrió cuando vieron a Joo Hyun quien parecía estar esperando por ellos, contrario a su reacción, un destello de interés se reflejó en los ojos de TaeYong, sus labios formaron una sonrisa al ver que la enfermera se acercaba a ellos.

La chica saludó a Ten con la cabeza antes de enfocar toda su atención a TaeYong.

— TaeYong — le dijo con voz dulce, tan dulce que Ten tuvo ganas de arañarle el rostro.

— ¡Hola, preciosa! — le saludó en broma TaeYong riéndose al ver que la chica se sonrojaba.

— Van a sacarte el yeso hoy, ¿no estás emocionado?.

— Claro que estoy emocionado, ahora te veré más seguido —. El castaño odiaba estar mintiendo de esa manera, no tenía ningún interés en la mujer, pero tenía que seguir con su acto.

La enfermera rió tontamente y miró a Ten dándole una mirada de disculpa, una muy falsa en opinión del menor. Se notaba que estaba disfrutando los piropos que TaeYong le daba.

— No creo que a tu esposo le guste eso — dijo coquetamente.

— Bueno... Ten, ¿te molesta? — le preguntó el mayor.

Con su corazón lleno de celos y dolor, Ten respiró fuertemente.

— De hecho, sí. Permiso. — Ni siquiera se molestó en ocultar el dolor en su voz antes de salir de la habitación.

A pesar de que se sentía mal, TaeYong mantuvo su sonrisa por Joo Hyun. «Lo siento Ten»

Tan pronto salió del cuarto Ten corrió, como si esa acción lo ayudara a escapar del dolor que TaeYong le estaba infringiendo. Cuando se detuvo, se encontró jadeando en la entrada del hospital.

«Yo sé que me ama... muy dentro de él, sé que lo hace». Ten respiró dolorosamente. «Por favor, no dejes que me rinda, por favor...»

Las lágrimas que había estado tratando de reprimir por días finalmente cayeron por sus mejillas, se dio cuenta que las personas lo estaban mirando pero no le importó. Era una escena común en los hospitales, tenía que llorar, tenía que sacar todo el dolor.

«Uno de estos días su memoria va a regresar, resiste un poco más» pensó tratando de consolarse. Sí, esto solo es una prueba con ese pensamiento en mente, respiró varias veces para tratar de calmarse. Cuando sintió que ya estaba bien, regresó a la habitación.

Esperó un par de minutos afuera del consultorio del doctor mientras TaeYong estaba dentro. Cuando el mayor salió, Ten tenía una sonrisa en el rostro como si nada hubiera pasado.

— ¿Cómo están tus piernas?.

— Bien.

TaeYong se dio cuenta que los ojos de Ten estaban rojos, quería preguntar la razón, pero no podía, no debía mostrar ningún tipo de preocupación. Ten debía dejar de perder el tiempo con él, y si eso significaba ser grosero con el menor, entonces lo haría.

Una mentira innecesaria.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora