"Me llamo Isaac" Parte 1

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(Al lado foto de Isaac *-* me tiene enamorada jajajajaja)

MAÑANA SEGUNDA PARTE, ESTO ES COMO UNA PEQUEÑA INTRODUCCIÓN

Seguimos abrazados durante un buen rato.

James no paraba de repetirme lo mucho que sentía el haberme roto el corazón y su forma de haberme tratado hace 3 años.

Yo me mantuve en silencio, sin saber exactamente qué decir. Por una parte quería apartarlo de mi lado ya que no quería volver a pasar por lo mismo de antes, pero por otra parte, ese abrazo se sentía muy cálido. Me traía nostalgia de muchos buenos momentos vividos junto a él. Mi corazón y mi cabeza se debatían en un duelo de sentimientos renacidos debido al haberle vuelto a ver.

Oímos la puerta de la habitación abrirse y empujé con las pocas fuerzas que tenía, su fuerte cuerpo musculado, rompiendo bruscamente nuestro contacto.

--¿Pero se puede saber qué haces aquí? –Preguntó una enfermera con los brazos cruzados y el ceño fruncido. –El horario de visitas terminó hace varias horas. –La mujer corpulenta y algo mayor, cogió el brazo de James y lo llevó hasta la puerta de entrada.

--¡Oiga! –Se quejó James del agarre. Se intentó librar del agarre de la enfermera pero esta demostró tener una mayor fuerza a la de James.

--Vuelve cuando sea la hora. Tu hija necesita descansar. Ya la verá cuando lo marque el horario. –Salieron de la habitación juntos dejando tras de ellos un portazo.

Afuera se escucharon varias quejas de James hacia la enfermera, la cual no le hizo caso y supuse que siguió su camino no sin antes comprobar que James no entrara otra vez.

Yo simplemente reí ante la teoría de la enfermera, que pensaba que James era mi padre.

Antes, cuando empezamos a salir juntos por la calle cogidos de la mano, la gente hacia dos pasos. Primero miraban nuestra unión de manos y luego nos miraban sin entender qué clase de relación manteníamos. Pero como ahora mi cuerpo era un poco más de mujer, no creía posible que hubiesen confusiones.

Dejé de lado el tema en cuestión e intenté dormir aunque solo fuese una hora. El reloj colgado en la pared en frente de la cama marcaba las 5 de la mañana. Realmente necesitaba descansar, estaba exhausta, sin ganas de nada. Solo tenía ganas de dormir y deseé despertarme sintiéndome un poco mejor.

Pegué miles de vueltas en la cama antes de que para mi suerte, cayese en el sueño.

Sentí una fuerte presión en mi vejiga que me despertó al instante. Me dirigí rápidamente hacia el baño y me senté rápidamente en la taza. Al finalizar, me lavé las manos y me eché agua por la cara, intentando refrescarme un poco.

Me miró en el espejo y este, como casi tonos, se tornó en mi contra. La imagen que me devolvía me dejó completamente impactada. Unas ojeras color violeta se posaban debajo de mis ojos, los cuales me pesaban y se me hacía difícil el parpadear. Mi melena color caramelo estaba desastrosa, y aunque intenté peinarme con mis dedos, obtuve mejora alguna.

Me aparté del espejo y con paso lento y pesado fui otra vez hasta la cama. Al caminar noté que por la parte de mi torso estaba extremadamente ligera, me di cuenta de que no llevaba ropa interior.

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