-Te veo allá - Grito ella mientras miraba de reojo la pantalla
-Por tu culpa me han dejado un gran trabajo- Replique
-No seas llorona, ademas tu lo harás en un minuto- Rodee los ojos y solo le colgué.
De camino a la residencia me tope con Derek Sulkin, moreno, un poco alto, flaco, ojos negros, cabello negro, muy simpático el chico perfecto decían todas.
Estaba sentado en el anden esperándome y al parecer tenia algo escondido atrás
-¿Que haces aquí? -Inquirí con una gran sonrisa de tonta
-No estas feliz de verme- Al notar mi reacción esbozo una gran sonrisa y se acerco a mi- Te he traído estas tres rosas.
-La primera es por que quiero que sepas que te quiero
-La segunda por que me nació regalártela
-La tercera por que quiero que sepas que estaré contigo siempre
Muy lindo para ser verdad
Al escuchar las risillas de Sofia desde la ventana rompí aquel maravilloso momento, agradecí y le dije que lo vería en la fiesta.
-¿Que haces allí ?- Manifesté cuando la vi correr hacia el sofá y en su intento cayo al suelo
-Limpio el suelo querida- Notese el sarcasmo
Reímos ambas y subimos corriendo para elegir la ropa de la fiesta
-¿Y esto? -Reclame saliendo del closet por novena vez, mire al rededor y todo estaba hecho un gran rancho.
Chaqueta de cuero sintético, blusa blanca con cuello en v, jeans negros ajustados y rotos, converse negros y mis gafas redondas negras, una rockera completa.
-Sofia todo bien ?- Solté golpeando su puerta
-Rayos...
-Hey ! -Manifesté golpeando de nuevo -Todo bien
-Solo no encuentro que ponerme.. y yo.. ugg
Entonces abrió la puerta y se lanzo sobre la cama boca abajo.
-Uggg, odio a Andres - Declaro haciéndose rollito en la cama
Suspire hondo y me quede observandola
-Si quieres no voy, puedo decirle que ...
-No, Elizabeth.. anda ve, yo te estaré esperando
6:00 p.m me encontraba caminando hacia la casa de Damon.
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Mi razón de vivir
Teen FictionEl destino nos unió, nos separo y nos volvió a unir, pero cariño, los dos sabemos que todo pasa por algo. No eran sus músculos y tampoco su pasado; eran sus ojos, aquellas ventanas verdes que tanto me encantaban, sus raras formas de hacerme reír y d...