Debido a que nos habíamos desvelado, nos levantamos tarde.
Casi eran las 10 de la mañana y aquel Domingo pintaba espectacular
-¿Que haremos hoy? - Declaro Sofia entrando a mi habitación con su pijama de corazones
-Adelantar trabajos
-Que !- Solté una gran carcajada mientras ella me observaba sofocando un grito
-Sofia, tenemos laboratorio mañana hay que terminar ese taller y practicar para el quiz de Francés. Tu as compris (Has comprendido) -Manifesté acercándome a ella
-C'est Domigo et je vais seulement étudier (Es Domingo y solo voy a estudiar )- Expuso furiosa saliendo de mi habitación
Luego de arreglar todo casi a la 1:30 nos encontrábamos en la biblioteca, averiguando e imprimiendo diferentes cosas sobre el Pez Víbora de Sloane
-Muy bien aquí dice que se encuentra en aguas cálidas y ..-Me detuve al ver que mi amiga le sonreía a su pantalla- Eh !!
-Lo.. lo siento
-Laissez ce téléphone (Deja ese teléfono) -Hizo morritos y lo dejo en el bolso
-Je m'ennuie (Me aburro )
Recalco casi durmiéndose en la silla
Entonces empece a sentirme observada mire a todos lados, nada.
-Mangeons quelque chose (Comamos algo)
-Enfin, quelque chose de différent (Finalmente, algo diferente)
Mientras Sofia arrasaba con su segundo croissant aun me intrigaba por saber quien me espiaba, cuando gire hacia uno de los ventanales observe a un chico a lo lejos.
-Je reviens dans un moment (Vuelvo en un momento )
Tome mi bolso y salí a su búsqueda, corría a través del campus en busca de quien sabe que, cerca de la fuente gire hacia la cafetería donde el mismo chico le entregaba una carta a Sofia.
En menos de 5 minutos llegue allí, fatigada por supuesto
-¿Quien te ha dado eso ? ¿Quien era Sofia?
-No puedo decirtelo
Espera.. ¿Que?
-El me ha hecho prometerlo
¿Te veré esta noche ?
Con el papel en la mano, gire a todos lados en busca de una respuesta. Absolutamente nada.
-¿Verme esta noche.. de que habla?
-Te veras con el chico misterioso.. - Soltó Sofia tapando la boca con sus manos casi enseguida
¿Quien?
ESTÁS LEYENDO
Mi razón de vivir
Ficção AdolescenteEl destino nos unió, nos separo y nos volvió a unir, pero cariño, los dos sabemos que todo pasa por algo. No eran sus músculos y tampoco su pasado; eran sus ojos, aquellas ventanas verdes que tanto me encantaban, sus raras formas de hacerme reír y d...