Capítulo 9.

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La verdad es una espada sin mango, el portador debe ser especialmente cuidadoso cuando la esgrima. La similitud entre la verdad y una espada en el combate radica en que ambas pueden matar. Aprende bien, hijo de las sombras, si no quieres ser tú quien derrame su sangre.

—Recomendaciones para quienes se adentran en arte de asesinar



Fue como quitarle toda la ropa y dejarlo a la intemperie. Las palabras se le clavaron certeras, como aguijonazos de frío. Ninguna erró en despertar sus recuerdos, fueran lacerantes o delicados.

Escocía.

Calaba hasta la médula.

Y a pesar de eso no se arrepentía.

Edward se creyó morir cuando su mente recibió tantas experiencias. Un lago. Un traje de metal. Un escudo. Era demasiado.

Gritó, y Steve lo acunó en su pecho.

Agradeció su buen juicio al pedirle al hombre rubio, no, al pedirle a su amado que conversaran en la cabaña.

Lloró y Steve le besó los ojos.

Hundió el rostro en quien lo sostenía, y se aferró a su chaqueta. Estaba allí, estaban juntos.

Steve había elegido soportar morir una y otra y otra vez solo para evitarle el dolor a él. Steve lo había esperado por años y lo había protegido de tantas maneras que no sabía que existían.

Steve lo amaba tanto que sintió que podía morir.

—Soy Anthony —reconoció entre hipos incapaz de detener el llanto—. Soy Anthony Edward Stark.

—Lo eres, siempre lo has sido.

—Y tú eres el jodido capitán América.

—Lenguaje... —Rio aun cuando el contexto parecía no permitir ápices de felicidad.

—Entendí esa referencia. —De verdad que lo hacía, Tony comprendía qué tanto habían cambiado los papeles como para que fuera él quien repitiera tales palabras.

—Lo fui... Fui el capitán América. Ahora solo soy Steve Rogers, el esposo de Tony Stark.

Trajes negros, sonrisas amplias y flores. Buscó la boca del antiguo capitán, y este se la ofreció con premura.

Su corazón se sintió en paz, el deseo oculto de amor estabacumpliéndose, más que eso, estaba recuperando lo que había olvidado y echado demenos. Noches de melancolía, esperando días enteros a una epifanía que lerevelara qué era eso que lo mantenía sumido en agua sin poder vivir realmente.Steve estaba desvelando todos los misterios ocultos en las sombras de su vida.     

Ojos eternosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora