Me despierto con un golpe en la mejilla y una fuerte patada en la espalda. Abro los ojos y me encuentro en un cuarto que no es el mío, compartiendo una cama con un chico, mis padres no saben dónde estoy y ya estoy llegando tarde al instituto. Este va a ser un gran día pienso. Miro a Jake y no quiero despertarlo. ¿Por qué la gente se ve tan inocente cuando duerme?
-Jake despierta-digo sacudiéndole el hombro suavemente-¡DESPIERTA!-digo ahora gritándole fuerte en el oído.
-¿Qué pasa?-dice Jake incorporándose sobre sus codos y mirándome inocentemente.
-Vamos a llegar tarde-le digo como si fuera la cosa más obvia del mundo. Se ríe y me mira con una sonrisa y ese típico brillo travieso en sus ojos.
-¿Por qué te ríes?-digo ya algo molesta, odiaba cuando hacia eso.
-Si tu siquiera te molestaras en mirar la hora, te darías cuenta que ya son la una pasadas-dijo-La alarma sonó a las siete pero estábamos tan tranquilos que no te quiere despertar
Lo dijo tranquilamente como si fuera una broma, cosa que me hizo enfurecerme más. Miro mi celular y veo que no solo tiene razón sobre la hora sino que también tengo doce llamadas pérdidas de mi madre y cinco llamadas pérdidas de Paul. Extrañamente me siento tranquila, normalmente ahora mismo estaría matando a Jake y corriendo hacia el instituto, pero como nada de esta situación era normal preferí permanecer tranquila.
-Está bien, no es para tanto-digo mientras llamo a mi madre
-Menos mal. Pensé que te ibas a poner toda loca
-Hola mama-le digo a mi madre a través del celular
-¿Alexandra? Al fin creí que no ibas a llamar nunca. ¿Dónde estás?-me contesto mi madre preocupadamente-Tu padre y yo estuvimos muy preocupados
-Me quede a dormir en lo de Paul. Creí que te lo habías dicho-digo lo mas inocentemente que puedo sonar
-Mmm, no lo recuerdo. Pero si tú lo dices entonces te creo-ciento varias punzadas de culpabilidad, raramente les miento a mis padres y ellos confían en Paul.
-Te tengo que dejar, tengo que volver a clase-le digo a mi madre
Le corto a mi madre y le mando un mensaje a Paul diciéndole que estaba viva y que después le explicaba todo. Me dirijo hacia Jake no muy segura de que hacer. El esta despeinado solo usando unos pantalones, con su torso al descubierto. Me doy cuenta que no estaba tan equivocada sobre su físico, tiene los músculos bien definidos y por lo que parecía duros.
-Cuidado no se te vaya a caer la baba-dice Jake mirándome con burlonamente
-No te estaba mirando idiota
-Tus mejillas dicen lo contario, estas mas roja que un tomate
Obviamente eso hace que mis mejillas se pongan todavía más coloradas. El se ríe y se acerca, luego me acaricia la mejilla derecha.
-Me gusta ponerte nerviosa-me susurra en el oído-Me hace pensar que tengo un poder sobre ti. La pregunta es si lo tengo.
-No tienes ningún poder sobre mi-digo tartamudeando
-Entonces no te importa que haga esto-dice mientras me empieza a abrazar por atrás. Yo me pongo dura sin saber qué hacer.
-Y esto-dice mientras pone sus dedos debajo de mi camiseta y empieza a hacer círculos en mi espalda con sus dedos. Me da vuelta rápidamente y quedamos cara a cara. Sus ojos mirándome directamente, nunca me había sentido tan observada.
-Ni esto-dice mientras se acerca lentamente hacia mis labios. Sostengo el aliento y miro hacia adelante sin saber si quiero besarlo o no, pero a último momento gira y se va a poner una camiseta. Yo me quedo dura en mi lugar.
-¿Quieres ir por un helado?-dice como si nada hubiera pasado.
Yo no tengo mucha experiencia con estas cosas, pero sé que esto no es normal. Quiero irme pero al mismo tiempo quiero quedarme. Quiero empujarlo por la escalera pero al mismo tiempo quiero besarlo. Quiero ir a hablar con Paul pero al mismo tiempo quiero hablar con Jake.
-Si- digo antes de poder detener a mis labios
-Genial, te veo abajo en diez minutos-y con eso dicho se va como si nada hubiera pasado.
-¿De qué quieres tu helado?-me dice sonriendo como un niño de seis años
-De chocolate. Es mi favorito-digo mientras el abre la boca y se ríe
-El mío también –dice, me sorprendo ya que la gente generalmente me dice aburrida por eso-Uno grande de chocolate-Jake le dice a la empleada de la heladería.
Jake me da el helado y salimos afuera.
-¿Quieres un poco?-le digo luego de casi verme comido todo el helado
-Odio el helado-confiesa Jake
-¿Cómo? Me mentiste-digo incrédula
-No quería que eso te impidiera disfrutar tu helado
-Y encima pediste uno grande, me quieres engordar-digo medio bromeando, medio enserio
-No digas eso, creo que eres perfecta tal y como eres-dice con un brillo en los ojos. Me pongo roja y trato de cambiar de tema.
-Entonces sobre ayer…-pero soy interrumpida antes de poder terminar la frase
-No quiero hablar de eso-dice Jake ahora con un brillo oscuro en los ojos
-Pero vamos a tener que hablar de eso en algún momento
-Lo sé, pero ahora no. Por favor-me dice casi rogándomelo
-Está bien. ¿De qué quieres hablar?
-De tu amigo Paul-dice sugestivamente y dibujando comillas en el aire con la palabra amigo
-Ya te dije que solo es mi amigo. No entiendo porque le das tantas vueltas-digo ya cansada
-Es tu amigo, pero no creo que tú seas solo su amiga
-No te entiendo-le digo aunque le entendía perfectamente
-Creo, que por cómo te mira, que tú le importas más en otro sentido
-Tiene novia-digo como si eso explicara todo
-Eso no quiere decir nada. Créeme yo tengo experiencia en esto. Por cómo te mira, como si fueras su propiedad, como si quisiera protegerte-dice
-¿Por qué tienes experiencia?
-Hace unos años me enamore de mi mejor amiga-oír eso me fue como una patada en el estomago-O por lo menos creía estarlo. El punto es que la miraba como Paul te mira a ti, capaz que él no lo sabe, pero yo lo sé.
Quería saber más sobre las pasadas novias de Jake. También quería que no existieran. No estaba segura de donde había salido este odio pero de repente odiaba a todas estas chicas que habían conquistado el corazón de Jake. No me gustaba la sensación.
-Quiero irme a casa-digo de repente. Me estaba empezando a sentir incomoda hablando de Paul de este modo.
-¿Es por algo que dije?
-No, es que quiero llegar y hacer la tarea que era para hoy
-Está bien, adiós
-Adiós
Empiezo a caminar hacia la casa de Paul. La conversación que acababa de tener con Jake me dejaba serias dudas respecto a Paul. No quería que Jake tuviera razón, pero yo había sentido esa mirada sobre mí, como si quisiera protegerme. Siempre la había interpretado como una mirada que te daría un hermano, pero pensándolo bien quizás si era la de un enamorado.