2.Ohh que precioso

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Sentí un peso encima de mi, mientras la marea me mojaba. Un poco aturdida,me intenté levantar pero algo suave me estaba aplastando. Mis ojos se iluminaron cuando vi un gran perro acariciandome.
-Ayyy, pero que preciosusususura😱. Cuál es tu nombre grandullón?- mire a mi alrededor y no vi a nadie.- Oh, ¿no tienes dueño?
Sarah,es un perro. ¡No te va a contestar!!- me grite a mí misma.
-Pues te llamaré Nemo- escuché de su parte unos pequeños ladridos, mientras le acariciaba la cabeza.
Me levante lentamente y cuando cogí a Nemo una voz me paró.
-Oye,que ese perro es mío- oí decir a alguien con una voz muy grave.
Me giré lentamente y delante mía se encontraba, un chico. Inspeccioné todo de el,empecé por su castaño y corto pelo, después me fijé en sus ojos color miel y al terminar vi un par de pecas esparcidas por sus mejillas.
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-¿Estas bien?- me pasó una mano por la cara,salí de mi trance y mi cara se cambió a un color más rojizo.
Carraspee un poco y a continuación hablé.
-¿Es tuyo este precioso perrito?- le pregunté con voz de niña buena.
-Si- me contestó de una manera muy fría.
Le di a Nemo y él lo cogió y se dio media vuelta y siguió su camino.
-Se dice gracias eh- le grité.
-De nada- dijo el sin darse la vuelta.
Bufé y seguí mi camino hasta en casa enfadada.
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¿Qué se cree ese chico, al hablarme así? Menos mal que yo me encontré con su perrito. ¿Y si se hubiera perdido? Já,ese niñato era un malagradecido.
Cuando llegue a mi casa,di un portazo al cerrar y como si me saliera humo por las orejas; subí muy cabreada a mi habitación.
Tan frustrada, que me tire a mi gran cama, cerré mi puerta y puse la tarjetita "de no molestar". Cogí mi móvil y puse música lo más alto que se podía. Busqué entre mis cosas, y unos minutos después mis ojos visualizaron lo que estaba buscando.
Al abrir mi cuaderno de dibujos, empecé a hojear cada uno de lo que plasmaba ahí.
(Mis pensamientos, mis miedos, mis sueños, mis amores...)
Cogí uno de mis lápices y empecé a dibujar poco a poco, empecé por su sedoso pelo, por sus ojos penetrantes y sus labios rosados.
Al terminar, abrí mis ojos y pude ver lo que había hecho y sin más una pequeña sonrisa se me había dibujado en mi rostro. Lo arranqué y lo guardé en un cajoncito de mi mesilla, con otros dibujos muy importantes. Pero uno me llamó la atención, cogí ese papel como si se me fuera la vida por ello. Lentamente lo acaricié y mis lagrimas empezaron a caer encima del dibujo.
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Lo echaba tanto de menos, el era mi pilar. Mi guerreo, mi héroe.
El era mi padre.
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Espero que les vaya gustando, poco a poco entenderán esta historia.❣️

Siempre y cuando tú te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora