8. Quiero volver a casa.

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Después de estar casi una hora explicándole a Alfred todas sus dudas.

Recogí mi material y llegue hasta la salida no sin antes mirar al cielo y maldecir a los cuatro vientos, de que estuviera lloviendo.........otra vez.

Bufé muy alto y empecé a caminar rumbo a mi casa, pero una mano me sujeto y me dio la vuelta.

-Oye si quieres te llevo- me dijo el con su sonrisa cautivadora. ¿Por que coño tenía que ser tan guapo?

-No gracias, creo que ya he pasado demasiado tiempo cerca de ti- vi como apretó un poco los dientes e hizo como si no le importara.

-Venga, que esto pinta mal- me respondió mirando el temporal- y seguro que no quieres llegar a casa mojada- sonrío.

Empecé a insultarlo por lo bajini, mientras le seguía hasta su gran coche, y como desee que su sonrisa se desvaneciera o que por lo menos se adentrara en mí y poder ya saborear esos lindos labios.

Me dejo rápidamente en mi casa y ni le dirigí la palabra, saque mis llaves y me dispuse a entrar cuando escuché algo a mis espaldas.

-Oye Sarah, que gracias por las clases- respondió y se fue sin decir nada más.

O MA I GOOOD Alfred me había agradecido algo, señores se acerca el Apocalipsis.

Cuando ya entré definitivamente a mi casa, pude ver todas las luces encendidas, y en el momento que fui hacía las escaleras pude escuchar la voz de mi madre.

Me paré en seco y di media vuelta hasta donde ella estaba.

-Señorita, usted no se va a quedar sin ningún castigo merecido por lo que ha hecho- me respondió con los brazos cruzados.

Yo bufé cansada, porque siempre decía lo mismo pero nunca lo cumplía.

- A mi no me pongas esa cara, sabes que siempre te salvo el culo en todos lados y tú me lo agradeces así- hizo una pausa y prosiguió- estoy intentando hacer esto lo mejor posible, pero tú no pones nada de tu parte ¡Y estoy harta!- grito al borde de la cólera- No puedo creer que en todos los institutos que estés, siempre pero siempre, tengas problemas y yo, no puedo más.

Respire hondo, porque sabía cómo iba a reaccionar y no quería montar un numerito cuando mis hermanos pequeños estaban en el piso de arriba.

Mis ojos se cristalizaron, ver como mi madre me miraba, me mataba cada vez más. Se que no era la hija ejemplar, pero me duele que nunca confíe en mí. Odio que no me crea, pero lo que más odio es su indiferencia como si esto no fuera su problema también.

Y exploté, y exploté como una bomba que solo tenía cuenta atrás, y que nadie podía salvar.

-¡Tú no sabes nada! No tienes ni idea de lo duro que es para una niña, viajar de estado en estado sin tener una vida estable, sin poder hacer amigos de verdad, yo solo hacía esto para que te fijaras más en mí mamá.
¡Porque no me hacías caso joder! No me hacías caso- grité como si la vida me fuera en ello. Ya no podía más, ya no podía hacer como que no ocurría nada, y solté toda mi rabia contra ella, a los segundos empecé a hiperventilar y a sentirme mareada.

Pude ver la expresión que puso mi madre, tenía miedo, miedo a que yo volviera a caer.

-Tranquilízate por favor cariño, sabes que eso no es bueno para ti- intento acercarse

Me condujo hasta sus brazos y me dio calor con un cálido abrazo.

-Lo siento mi vida de verdad, sé que todo esto no es culpa tuya- intento calmar mis sollozos.

-Yo solo quiero volver, volver a casa- le respondí como si todo lo que estaba diciendo me pesara.

Pasaron unos minutos y me deshice de sus brazos y me limpié las pocas lágrimas que tenía en el rostro.

Salí rápidamente de mi casa, sin importarme si estaba lloviendo, sin importarme a donde me dirigía.

Solo quería pensar, y estar sola. Poder sentir por una mísera vez, que algo estuviera bien, poder sentir que no siempre lo jodia. Pero lamentablemente eso no era verdad...... todo lo que tocaba, lo destruía






Muchos besos y abrazos!!😛😛😛

Siempre y cuando tú te quedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora