Orgullosa.

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¡Hola! Este es mi nuevo proyecto, que la verdad tenia ganas y aprovechè que sali temprano para poder darle una culminaciòn!

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, esto sòlo nacio de las pequeñas ideas de poder lidiar con una Hiro en su versiòn¡Fem

Advertencia: Miguel Rivera x Hiro'Fem . Una serie de drabbles que contiene Hiro como una chica, que igual son bien randoms!

1. Orgullosa.

Miguel se consideraba alguien muy afortunado para su corta vida que ha tenido hasta aquí.

Tenia lo que consideraba necesario, y lo agradecía de corazón.

Una famiia que lo queria y apoyaba, una mascota que era su mejor amigo y el cuàl siempre se encontraba a su lado , amigos que nunca le fallarìan, y un don para la mùsica que en algùn momento lo llevarìan a ser el mejor cantante de Mèxico.

Ah, ademàs se consideraba alguien muy afortunado en el amor.

Ahora tenia una novia prodigio y amante de la robotica. Una novia de apariencia desaliñada, cabello alborotado y ropa holgada que cubría toda su figura, una novia que le agotaba la paciencia.

Luego desde que a su corta edad odiarà tanto a las niñas como a las vitaminas. Habìa encontrado el gusto fortuito por una chinita de cabello negro y ojos cafès despuès de que èsta lo amenazarà con su megabot al pensar que era un acosador.

Una novia inteligente, bonita y capaz de liderar a las personas siendo admirada por muchos por entrar a tan corta edad a una de las universidades màs prestigiosas.

Una novia orgullosa que ahora mismo estaba tropezando al traer cajas que doblaban, una novia a la que habìa intentado ayudar, pero de orgullosa renegò su presencia diciendo que èsto no era su asunto y que podìa hacerlo sola.

Una novia que lo miraba ahora mismo con ganas de asesinarlo porquè se estaba burlando de ella con su sonrisa cuàndo tropezò de nuevo al no poder màs allà de los paquetes de herramientas alineados.

—¿Me dejas ayudarte? —Miguel se acercò a ella, justo antes de que èstas cayeran al inclinarse un poquito a la izquierda, sosteniendo las piezas metàlicas que se asomaban —, parece que necesitas ayuda.

La nipona gruñò al verse auxiliada, acomodàndose un rebelde mechòn que se cruzò al mover la cabeza a un lado, le dio esa sonrisa arrogante.

—¿Estas diciendo que no puedo? —gruñò al malinterpretar sus palabras.

Miguel negò de inmediato, no era que la consideraba debil. Su familia sòlo le habìa enseñado a ser cortes con las niñas, no podìa quedarse quieto al ver que Hiroko necesitaba ayuda, de inmediato se veìa que no podìa sola, aunque su necìa cabeza no parecìa comprenderlo.

—Sòlo te ves un poco atorada —argumentò.

—Hablas con una peleadora —se defendiò, apegando las cajas cuàndo èstas se le inclinaron un poco, su voz empezaba a hacerse bufada por la dificultad de cargar tanto en sus pequeños brazos —, necesitaràn màs de èsto para vencerme.

Miguel arqueò una ceja y las peligrosas caja que amenazaban con caer

No, en realidad Hiroko no necesitaba màs que eso.

Se venìa un desastre, mìnimo podìa intentar detenerlo.

—Insisto.

Miguel dio un paso, la chica de pelo negro retrocediò como si su presencia le causarà roña. Un paso de Miguel hacia que Hiroko recularà, fue una pequeña batalla en lo que los dos forcejearon, al final, con un gruñido exasperada ella le pisoteò el pie para que se alejara.

—¡Auch! —reclamò, sobàndose el pie, para ser pequeño si que dolìa cuando era aplastado por esto.

Ella sonriò orgullosa de por fin tener las cajas en su poder, se permitiò celebrarlo con aquella sonrisa y girò sobre sus propios talones para regresar a dònde estaba. Miguel, aùn sobàndose la

—Te digo que yo pue...

Una colisiòn inesperada, sus pies tropezàndose por no poder ver màs alla y al fina, las cajas fueron botadas junto a las herramientas, esparcièndose en el suelo junto a una Hiroko

—¡Mierda! —berrincheò frustrada al fallar.

—¿Quieres...?

—No —cortò de nuevo, recogièndose los mechones con la poca dignidad y se limitò a recoger su espontaneo desastre de herramientas —, que yo puedo hacerlo.

Miguel rodò los ojos con diversiòn, se agazapò para ayudarla a limpiar del desorden.

—Pinche orgullosa —exclamò, luego carcajeo cuàndo recibiò el seco golpe de la chica contra su hombro.

—¡Què las dejes ahì!

Notas finales.

¡Gracias por leer hasta aquì! Luego de hablar y hablar de la Hiro'Fem.

Esto naciò de una platica con Ureshi dònde le decìa que me imaginaba que ella por màs que quisiera cargar las cosas, no puede hacer toda sola. uwu)/

Me gusta la Hiro'Fem y sus Headcanon, verè si puedo ir posteando màs!

Sostenes, pechos y ciencia (Hiro Hamada'Fem & Miguel Rivera)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora