EVA

PRÓLOGO

Contaré la historia de un ser especial, que sirvió para algo que jamás en sus centenares de años de vida se imaginaria que haría. No es un ser con grandes poderes, no hizo nada histórico, no fue premiado por su logro. Pero todo lo que sí hizo, fue lo que terminó con el mundo que conocía. Este es un ser de luz, no como lo cuentan en muchas versiones, no vino del espacio, no fue creado exactamente en la Tierra, no vino de un cielo o un infierno, pero atravesó algo parecido a este último.

Muchos piensan que los seres de luz pueden ser invocados, que hay rituales dependiendo de las fases de la luna o alineación de planetas, que se les puede dar ofrendas y rendirles culto, que dan predicciones y traen esperanza, y lo más ridículo de todo, que hacen milagros, sanan a los enfermos y reviven a los muertos. De solo decirlo me hace reír.

No pretendo burlarme de los humanos por esto, pero se les da tan bien inventar cosas, sobretodo inventar seres de distintas religiones o leyendas, analizando sus orígenes y hasta incluso traduciendo símbolos en diferentes idiomas, es razonable que uno se termine creyendo semejantes cuentos. Algunos debo decir que son muy acertados describiendo a estos seres, a pesar de no haber tenido ninguna clase de contacto, pero me temo que no es el caso de los seres de luz. Ningún humano puede encontrarse con uno, ni mucho menos entablar una conversación.

Los seres de luz pueden aparecer frente a un humano, pero nunca se mostraran en su forma original. La forma original de un ser de luz no es un cuerpo definido, pero lo puede adaptar y transformar. Así como la energía, pero esto lo sabrán más adelante. Se puede decir que la forma neutral de la mayoría de los seres de luz es parecida a la del humano, ya que de ellos provienen. Puede que este ser, le dé a un humano algo que lo beneficie o ayude, pero solo será a través de señales, esto para que el humano se dé cuenta solo. Los seres de luz siempre, repito, SIEMPRE, cumplirán sus promesas. Esto los hace vivir en la armonía eterna, la paz, o el paraíso, como muchos lo describen. No son ángeles, aunque si tocan arpas, violines y todo tipo de instrumentos melódicos que crean las artes más bellas, que no se pueden comparar ni con la pieza más hermosa del músico mundano más talentoso. Tanto los seres de luz como de oscuridad crean melodías que harían que un humano cualquiera sintiera un nivel de éxtasis tan elevado que lo haría morir ni bien comenzara la pieza. Y no solo música, también teatro, pintura, y todo lo que integre el arte. Pero esto ya es irme por las ramas.

Acabo de hacer mención a los seres de oscuridad. Y tal vez piensen que hablo de seres demoniacos, con alas que se extienden como las de un dragón o un murciélago, con caras arrugadas y horrorosas, pues no. Puede que si puedan transformarse en dichas criaturas, pero eso solo lo hacen por pura diversión. Los seres oscuros también son como la energía, pueden transformarse, puede que incluso les guste hacerlo más que los seres de luz. Les divierte intervenir en asuntos mundanos, convierten las situaciones en problemas, pero se enojan cuando oyen a un humano decir que tal desgracia sucedió por causas demoniacas o del mal. Los inconvenientes mundanos ocurren por culpa del humano, no por otro ser, debo decir que en parte es molesto hasta para los seres de luz, que los seres oscuros reciban tales acusaciones. No son demonios que intervienen en la Tierra y poseen cuerpos o casas. Aunque sí son capaces de hacer atrocidades, pero solo a los seres de luz. Los oscuros pueden acabar con una energía de luz, es como si la mataran, solo que cuando "muere", toda su esencia desaparece, deja de existir. Así no puede renacer en la Tierra, ni volver a ser energía. Un ser de luz, por el contrario, no acaba con la oscura, la combate y la transforma, para que renazca en una luz, o regrese a la Tierra en forma y vida.

Pero no me seguiré metiendo en más detalles, no podré contar mi historia si lo sigo haciendo. Así que mejor comienzo con la historia de como yo, un ser de luz, terminó metido por accidente en una dimensión repleta de seres oscuros.